Historias que duelen

Erlymar Romero: "Es doloroso ver a la cara a las personas que le hicieron eso a tu hija"

Erlymar Romero continúa exigiendo justicia para su hija de 12 años, quien presuntamente fue violada y lanzada del piso 7 de un edificio en Menca de Leoni Guarenas. El juicio lo han diferido cinco veces y considera que las razones ya no tienen fundamento

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Ser la madre de una víctima de violencia de género y abuso sexual infantil duele, y Erlymar Romero Hernández lo sabe bien: lleva ocho meses intentando conseguir justicia para su hija, una niña de 12 años que fue presuntamente asesinada y violada por su padrastro, Carlos Gabriel Herrera Milazzo, el 24 de enero de 2022. 

El hecho ocurrió en el bloque 40 de Menca Leoni, Guarenas, durante la noche. En aquel momento, la hija de Romero Hernández llevaba seis meses viviendo con Carlos Herrera, su madre Lorena Milazzo Istúriz y su hermano – hijo de Carlos y Erlymar – de un año.

Erlymar se enteró por una llamada de que su hija había muerto: ella llevaba el mismo tiempo residiendo en Estados Unidos, en el estado de Florida, y había confiado en su esposo para dejarlo como co-responsable de sus hijos. Estaba trabajando para conseguir documentos que le permitieran reencontrarse y faltaba menos de un mes para lograrlo. 

Sin embargo, al llegar a Venezuela se enteró de la verdad: su hija había sido lanzada del piso siete del edificio, también fue violada y el principal sospechoso era Carlos Herrera y su madre, Lorena Milazzo.

Desde entonces, Erlymar Romero no ha parado de insistir y resistir procesos burocráticos legales que la han vulnerado y revictimizado. Sus últimas experiencias han hecho más evidente la situación: el juicio se ha diferido cinco veces a pesar de que su abogada señala que existen condiciones para que avance.

Un juicio que no llega

La primera semana de agosto, Erlymar Romero y su familia se prepararon para iniciar el proceso de juicio a cargo del juez Luis Jiménez Lookian, pero se suspendió porque el tribunal estaba de comisión con plan de abordaje en un centro penitenciario. Es decir, no hubo despacho de tribunal.

La segunda fecha fue el 23 de agosto de 2022. Romero nuevamente viajó desde Aragua, su estado originario, hasta Miranda para asistir. Sin embargo, después de varias horas, el juez decidió suspender otra vez el proceso porque Carlos Herrera Milazzo y Lorena Milazzo Istúriz no tenían abogado.

La próxima fecha de juicio que le dieron a Erlymar fue el 7 de septiembre, pero ese día volvió aplazarse por la razón anterior: los acusados no tenían defensor y sin eso, el juez no puede tomar una decisión.

El 14 de septiembre fue el siguiente día que le asignaron para el juicio, pero el juez explicó que no procedería porque «había cambiado de secretaria y ella no conocía cómo funcionaba el manejo del tribunal».

El 28 de septiembre también aplazó el proceso. «Dice que él lleva muchos casos, que necesita más tiempo para poder realizar la apertura. Ahora da fecha para el 9 de noviembre, que es mes y medio. Se ha perdido todo este tiempo, ya serían 3 meses sin comenzar», expresa Erlymar Romero.

¿Qué pasa si el juicio se suspende varias veces?

Mercedes Silva, abogada de Erlymar Romero, explica que un juicio se puede suspender siempre y cuando exista un fundamento válido. Además resalta que no puede pasar mucho tiempo para retomar el proceso: «El lapso mínimo debería ser de 15 días para la nueva audiencia, no de un mes y medio».

¿Cuáles son los motivos aceptables? Silva responde: «Los motivos aceptables son que falte una de las partes o que no tengan las pruebas, pero en este caso no aplica porque siempre estamos todas las partes y las pruebas ya han sido entregadas en la fase de investigación».

«No han hecho nada»

Erlymar todos los días hace eco del caso de su hija. Sus estados de WhatsApp, sus temas de conversación, su pensamiento la llevan constantemente al recuerdo de su niña.

La espera de un juicio solo la llena de incertidumbre y no duda en expresarlo: «Es algo muy doloroso tener que ir siempre y verle la cara a las personas que le hicieron eso a tu hija, a esos presuntos culpables, a esos imputados. Es como revivir la situación cada vez que se va para allá».

Para ella no se trata de un choque emocional, sino que también es desgastante física y económicamente: «El juicio es en el estado Miranda y yo soy del estado Aragua. Subir cada vez ocasiona gastos de transporte, de comida, de tiempo (…) tú te vas desde la mañana y luego esperar hasta la tarde para que hagan un diferimiento… Eso es agotador».

La exigencia de Erlymar es obvia: quiere que el juicio inicie definitivamente. Sin contratiempos porque considera que ya no hay más excusas.

«Pido que ya se haga la iniciación del juicio (…) uno se pone a ver que el Ministerio Público y el fiscal general publican que tal persona fue presa por el cargo de homicidio, por el de violación, y le ponen 18, 20 o 25 años, casos que están recientes, y este caso que ya tiene tanto tiempo ni siquiera se ha aperturado el juicio», manifiesta Erlymar.

Para Erlymar una sola cosa es cierta: «Se juega con los sentimientos, especialmente el mío como víctima, al no ver una respuesta o que estén haciendo algo concreto referente al caso de mi hija. Ya son ocho meses desde la muerte de mi pequeña y no han hecho nada. Esas personas siguen allí sin ser trasladadas a los centros penitenciarios que le corresponden (…) El dolor es más fuerte porque siempre sucede lo mismo».

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