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Expresidentes de Chile se reúnen con Bachelet para debatir nueva Constitución

Chile no modifica de forma importante su constitución desde 1980, cuando el dictador Augusto Pinochet impuso la Carta Magna que rige hasta hoy en ese país, salvo algunas indicaciones realizadas durante el período de Lagos (2000-2006).

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La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se reunió este lunes en la sede del Ejecutivo con tres expresidentes de ese país para discutir sobre el proceso que busca crear una nueva Constitución.

La cita, que duró cerca de dos horas, estuvo marcada por las diferentes opiniones entre los exmandatarios Eduardo Frei (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006) y Sebastián Piñera (2010-2017) sobre la iniciativa constituyente impulsada por el Gobierno de la actual mandataria.

Al finalizar la reunión, Frei señaló que «nadie en Chile está en contra de un proceso de reforma constitucional», en referencia a la la necesidad de una nueva Constitución para Chile, cuya más reciente Carta Magna data de 1980, impulsada por la dictadura militar.

El exmandatario democristiano agregó que «es interesante la fórmula planteada por el Ejecutivo, en torno a escuchar e incluir la participación ciudadana», pero descartó la Asamblea Constituyente.

«En lo personal, no soy partidario de la Asamblea Constituyente, porque creo que es un ejemplo internacional que ha sido negativo, se transforma en supra-poder del Estado por sobre todos los otros poderes», enfatizó.

En tanto, el expresidente Lagos, fundador del Partido por la Democracia (PPD), dijo que «demandaría de la nueva Constitución, junto con discutir el contenido, sin prejuicio del mecanismo» que «no haya sesgo ideológico».

«Esto no significa que se parta de cero, sino que quiero tener una situación de igualdad de condiciones, si no hay acuerdo en lo que queremos cambiar, rige lo de hoy», añadió.

Al contrario de lo dicho por los exmandatarios oficialistas, el exmandatario de derechas, Sebastián Piñera, argumentó que «hay que perfeccionar y no desmantelar la Constitución» actual.

Piñera aprovechó la ocasión para anunciar que presentará, junto a los partidos de oposición, un proyecto denominado «Chile Vamos» que busca proponer una nueva constitución paralela a la de Bachelet.

Advirtió Piñera que «la propuesta del Gobierno abre un largo e incierto proceso de discusión sobre la Constitución que se va a extender por mucho años».

«Sin duda provocará más desconfianza, incertidumbre e inestabilidad», aseveró Piñera, y agregó que «esto va a agravar el estancamiento que afecta a la economía chilena y postergar las urgentes soluciones a los graves problemas de seguridad, salud, educación y empleo».

Por su parte, el líder del partido ultraconservador Unión Demócrata Cristiano (UDI), Hernán Larraín, invitó al Gobierno a adelantar y transparentar el proyecto de esta nueva Constitución que será enviado al Congreso en 2017, según lo anunciado por Bachelet.

«No queremos que hablen de nueva Constitución sin que le digan a los chilenos cuál es el proyecto, cuáles son los contenidos de la constitución que quieren para Chile», aseguró el también senador.

Sobre lo último señalado, Larraín agregó que «de lo contrario, estamos de alguna manera engañando a la gente llevándolos a un mundo de ilusiones», aseguró.

Chile no modifica de forma importante su constitución desde 1980, cuando el dictador Augusto Pinochet impuso la Carta Magna que rige hasta hoy en ese país, salvo algunas indicaciones realizadas durante el período de Lagos (2000-2006).

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