El hambre en América Latina aumentó en los últimos tres años al pasar de 39 millones de personas a 42,5 millones, informó este 25 de julio en Cartagena la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El representante de la FAO en Colombia, Alan Bojanic, dijo a EFE que «los indicadores de América Latina han sido impactados por el caso de Venezuela», durante el VII Encuentro de Planificación de los Frentes Parlamentarios Contra el Hambre de América Latina y el Caribe.
«La crisis política y social en Venezuela ha producido que la situación del hambre se haya agravado. También vemos casos donde el hambre aumenta como en Brasil. En algunos países de Centroamérica la mitad de la población infantil tiene problemas de desnutrición crónica y el problema del hambre en Haití es trágico», detalló.
El funcionario señaló que pese a los esfuerzos de la comunidad internacional, en Haití el 50% de la población vive en condiciones de subalimentación.
De igual forma, dijo que las causas de este aumento en la región se dan por «la inestabilidad económica, el poco crecimiento económico y situaciones de conflicto interno».
A diferencia de estos países, en Colombia el índice de personas con hambre se redujo, pues pasó de un 6,5% al 4,8%, lo que significa que «más de 1,8 millones de colombianos han salido de lo que llamamos el mapa del hambre».
Con esto, Bojanic se refiere a las personas subalimentadas de un país, cuya clasificación se hace con base en la ingesta de calorías, que no debe estar por debajo de las 2.000 diarias.
En Colombia, la población con hambre se concentra en los departamentos de Chocó, La Guajira y Nariño, así como en algunas zonas de la periferia de grandes ciudades.
Uno de los principales factores para que casi dos millones de colombianos salieran del mapa de hambre en Colombia fue la firma del acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC en 2016, que Bojanic calificó como «el rédito de la paz».
En el encuentro, que se extenderá hasta mañana, participan parlamentarios de 20 países comprometidos con la agenda de seguridad alimentaria, en búsqueda de soluciones para combatir este flagelo.
«El tema número uno es cómo avanzar desde el punto de vista legislativo, de no sólo la formación de nuevas leyes sino la consolidación de las existentes», enfatizó.
El coordinador de los Frentes Parlamentarios de América Latina y el Caribe, Jairo Flores, dijo a Efe que la obesidad y malnutrición están generando «enfermedades como hipertensión y diabetes y otros problemas renales».
Por esto, la organización busca fortalecer las políticas alimentarias de los Estados «con recursos adecuados que permitan reducir la desnutrición aguda y crónica infantil, la desnutrición en las mujeres y los problemas de obesidad que hay en el mundo entero».
Durante el encuentro, los asistentes también harán seguimiento a los pactos acordados en la Primera Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición, que se desarrolló el año pasado en Madrid.
En la capital española se acordó trabajar de manera coordinada entre los Estados, la academia, la sociedad civil y el sector privado para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible número dos, «Hambre Cero».
Según cifras de la FAO, en 2016 habían 804 millones de personas subalimentadas, índice que para 2017 aumentó a 821 millones, principalmente por los conflictos y efectos del cambio climático.