Internacionales

Cómo China y EEUU también comparten intereses en Guyana y El Esequibo

¿Por qué Guyana hizo negocios estratégicos con grandes empresas petroleras como ExxonMobil y la china CNOOC? Para enfrentar mejor a Venezuela. El experto Salvador De Toma lo explica en esta entrevista desde Brasil donde pone el dedo en polémicos y poco conocidos aspectos de este conflicto impredecible, (porque una cosa es invocar al diablo y otra verlo venir).

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Guyana y las empresas

El profesor venezolano Ricardo Salvador De Toma García, uno de los más importantes expertos en la actualidad del Esequibo y en el litigio internacional territorial y marítimo entre Guyana y Venezuela, señala que hay muy poco que esperar de la reunión del jueves entre los presidentes Nicolás Maduro y Mohamed Irfaan Alí.

«Creo que hay que ser muy ingenuos para pensar que en esa reunión habrá algún tipo de negociación. Los guyaneses no necesitan negociar, desde 1966 se han visto beneficiados por el estatus quo, continúan ocupando y administrando el territorio y siempre han intentado dilatar los procesos de negociaciones que de manera ingenua Venezuela ha querido plantear», dice De Toma sobre los últimos giros de esta controversia limítrofe.

«Lo que sí han hecho los guyaneses es internacionalizar la controversia», puntualiza sobre una estrategia que resume la situación actual.

ExxonMobil causa mucho ruido con sus operaciones sobre áreas marinas no delimitadas, pero China ha avanzado sin estridencias.

Da Toma ha estudiado durante los últimos años las correlaciones de fuerzas entre China, Estados Unidos, Guyana, Venezuela, Brasil y las grandes petroleras. Doctor en estudios estratégicos internacionales por la Universidad Federal de Río Grande del Sur, tiene un enfoque claro y descarnado sobre la situación actual, y da muchas luces para entender esto más allá de las encendidas retóricas de parte y parte.

En tiempos en los que desde la histeria de las redes sociales o desde los salones del alto gobierno y los discursos nacionalistas callejeros le echan más fuego a la retórica nacionalista y proliferan la desinformación y las distorsiones, es más pertinente recurrir a voces autorizadas.

«Técnicamente ese referéndum es inaplicable. Nada de lo que está ahí es aplicable. Porque ni siquiera la renuncia a la Corte Internacional es aplicable quiéranlo o no. Y qué hace un referéndum hablando del Laudo Arbitral de París. si nosotros ya dijimos que el Laudo era nulo e írrito, que eso no existe?», advierte sobre la votación del 3 de diciembre que subió el tono a esta disputa.

En esta entrevista vía telefónica desde Brasil, De Toma comparte su análisis de la situación actual sobre la base de su tesis de doctorado «Geopolítica del petróleo en litigios territoriales: las dimensiones marítimas en el caso del Esequibo entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana», aprobada con honores en el Programa de Postgrado en Estudios Estratégicos Internacionales, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Río Grande del Sur.

En este espinoso asunto De Toma ha concentrado su trabajo en tres líneas de investigación: el entorno amazónico, o el entorno caribeño y el entorno guyanés.

«Las corporaciones petroleras pueden trascender como actores geopolíticos capaces de ejercer la territorialización geoeconómica del espacio mediante el despliegue de tecnologías, capitales y la extracción de informaciones estratégicas que inclinan la balanza de poder en favor de uno de los Estados Nacionales inmersos en una controversia limítrofe-fronteriza», es la hipótesis de su tesis de doctorado.

Su primera investigación presentada en Brasil en 2018, fue sobre los intereses geopolíticos de Brasil en el área y cómo gran parte de esos intereses geopolíticos que se traducen en el desarrollo de infraestructura crítica sufrieron «una alteración durísima» tras el escándalo de corrupción llamado Lava jato y el de la constructora Odebrecht.

Con la quiebra de este grupo en medio de escándalos de corrupción con ramificaciones internacionales, el Estado brasileño descartó muchas de las posibilidades de tener inversiones directas externas en Guyana y en el Esequibo.

«Esas inversiones, o esos proyectos (cuyos bocetos) datan de la década de 1970, acabaron siendo propuestos por Guyana a China, inclusive con participación del Brasil pero con el financiamiento chino», explica.

También ha estudiado la geopolítica del petróleo y su influencia en los procesos de delimitación marítima internacional, incluyendo el caso de estudio de la delimitación entre Guyana y Surinam, para presentar detalles de cómo se ha venido dando ese proceso entre Guyana y Venezuela.

Destaca «la intención deliberada de Guyana de internacionalizar la controversia (con Venezuela)», tema que ya había sido tratado hasta los años 80 por el también experto Sadio Garabini di Turno, ex embajador y diplomático venezolano, en su libro «Política Exterior de Guyana».

«Pero lo que yo observo es que a partir de la década del 2000 Guyana comienza un proceso de territorialización geoeconómica de espacio, distribuyendo concesiones por el simple hecho de que el estado nacional no tenía cómo desarrollar el territorio en disputa».

Ricardo Salvador Da Toma, experto en el Esequibo

Como Guyana no poseía los recursos ni la capacidad técnica, ese proceso de territorialización geoeconómica a su vez genera una etapa de securitización de la controversia.

El concepto de securitización, es una teoría relativamente nueva, «ampliamente utilizada por los académicos de todo el mundo para abordar algunas de las cuestiones más relevantes del sistema internacional contemporáneo de los últimos veinte años y analizar la seguridad bajo una perspectiva más amplia y profundizada, más allá de la seguridad militar estatal», destaca en otro trabajo el académico Alejandro Demurtas.

«Profundizar en la definición de seguridad implica asumir que el Estado – a pesar de seguir manteniendo su importancia esencial – ya no es el único sujeto de referencia. En virtud de los múltiples cambios que está teniendo el sistema internacional de la posguerra fría a nivel geopolítico, territorial, tecnológico, ambiental e identitario, hay que combinar el nivel de análisis estatal con otros niveles. Las perspectivas individual, regional y global pueden incluso llegar a ser las más importantes para el análisis de algunos sectores de la seguridad», explica Demurtas.

Sobre Guyana y Venezuela, De Toma explica que la cúspide de esa etapa de securitización se dio en el año 2013 con el incidente del Teknik Perdana, al servicio del gobierno guyanés, capturado por el patrullero militar venezolano Yekuana de la Armada de Venezuela cuando navegaba en aguas del Esequibo.

«Esa securitización generó una práctica discursiva reiterativa y el gobierno venezolano piso el peine (cayó en el juego) cuando aceptó hablar de un proceso de delimitación marítima internacional cuando Elías Jaua era el canciller. La securitización de la controversia dio paso entonces a la judicialización del caso y allí es donde estamos», resume.

Esa judicialización, es la posterior decisión de Guyana de recurrir a la Corte Internacional de Justicia, instancia que el gobierno chavista de Nicolás Maduro no reconoce para dirimir la histórica controversia.

«Lo que sostengo en la tesis es que la sentencia no será favorable a Venezuela por razones geopolíticas, independientemente de la participación o de la no participación de hecho» de Venezuela en ese juicio en ciernes.

«El punto es que yo hago un análisis realista y el escenario que yo veo es que será muy negativo independientemente de que el gobierno venezolano no haya participado en este caso porque la demanda de Guyana es clara: ellos quieren que la Corte declare perfecto, vinculante y definitivo el Laudo Arbitral de 1899 y esa es la situación».

Entre los hallazgos de la investigación de De Toma para su tesis de doctorado, destaca documentos del Parlamento de Guyana donde se encuentra que 15 meses antes de que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, formalmente transfiriese el caso a la Corte Internacional de Justicia, la petrolera ExxonMobil había realizado la transferencia de un bono de 18 millones de dólares al gobierno de Guyana preparase el equipo de abogados que irían a defender el caso en la Corte.

«O la Exxon tenía unos estrategas y unos analistas, que no dudo que lo tengan porque para eso tienen poder y ya sabían que el caso iría a la Corte, o eran adivinos. El tema es que ellos se prepararon y prepararon ese escenario», observa.

Pero el experto tampoco pretende reforzar la narrativa del gobierno de Nicolás Maduro que pretende responsabilizar a la corporación ExxonMobil de lo que está pasando con el Esequibo.

Desde China con amor

«Y justamente por eso, muestro cuál es la actuación de China en el área, cuál es la actuación de Brasil en el área y de otros estados. Esto con la finalidad de demostrar el realismo en las relaciones internacionales. Es ahí donde quisiera ir, el realismo», dice.

¿Porque una cosa es la teoría, la ley, el derecho y otros son los hechos?. Allí hay una ocupación de hecho, independientemente de que no sea de derecho. Y hay una realidad que es intangible: Hay una gran cantidad de intereses allí, hay un mapa muy complejo de intereses. ¿Cuál es ese mapa?,le preguntamos.

«En principio, cuando yo hablo del realismo, parto de que el sistema internacional es anárquico, de que no existe un organismo supranacional capaz de obligar a los Estados de presentarse, como un gendarme, como una mano dura, y obligarlos a tomar o asumir determinados convencionalismos. Existe un idealismo dentro de las relaciones internacionales, que es el respeto al derecho y a los principios del derecho internacional», responde el experto.

Pero el derecho internacional también tiene sus principios anversos, por ejemplo, el de la inviolabilidad de las fronteras nacionales; el principio de la autodeterminación de los pueblos y el principio del respeto a los convenios y los tratados.

El experto se pregunta qué van a hacer ahora los del gobierno venezolano tras presentar el resultado del referendo (tras los decretos derivados de él) y tras las histriónicas declaraciones y tras agarrar unos tanques y escribir sobre ellos «El Esequibo es venezolano».

«¿Van a entrar en el territorio? ¿Cómo está el apresto operacional? ¿Tenemos alimento para los soldados? ¿Tenemos combustible, baterías, cauchos? ¿Tenemos telecomunicaciones?¿O ellos creen que van a ir a la guerra utilizando WhatsApp? Es que esos son elementos claros, porque ellos alborotaron un panal de avispas, ellos dispararon las alarmas en Brasil», dice.

«En Caracas lo dicen muy claro los malandros: el que tiene una pistola si la saca es para utilizarla. Bueno, ellos están mostrando tanques y están pintando barcos y solo falta que ahora pasen los Sukhois con un vuelo raso por Georgetown».

«Entonces, un principio siempre va a tener otro principio. Y las potencias y los grandes hegemones se van a encargar de que sus intereses sean legitimados de acuerdo a las instituciones que son aplicadas a los estados débiles y sin influencia en el escenario internacional. Y Venezuela es un estado sin prestigio, sin fuerza, sin capacidad de actuación, que se está enfrentando a otro Estado mucho más decadente, mucho más paupérrimo, pero apoyado por un conjunto de actores internacionales, actores corporativos y actores estadales».

Sobre los hechos concretos en los que se manifiesta esta realidad, De Toma pone por ejemplo como el entonces ministro de Recursos Naturales de Guyana, (hoy diputado) Raphael G.C.Trotman, declaró al ser interpelado por el Parlamento de Guyana por qué se había violado la Ley del Petróleo de 1982 al distribuirle a ExxonMobil una concesión que superaba en 60 veces el límite permitido por la legislación nacional.

Lo que responde Trotman es que esa concesión fue otorgada y aprobada por Janet Jagan (ex presidenta de Guyana, estadounidense, viuda del ex presidente Cheddy Jagan), y que «la estrategia, en todo caso, respondía a la necesidad de que Guyana anclase a sus aguas a ExxonMobil, a una corporación estadounidense», explica De Toma.

«Porque una empresa nacional del petróleo representaba el respaldo diplomático y político de una potencia. ¿Qué pensaron los guyaneses? Colocar a Petrobras y darle concesiones a Petrobras o colocar a la empresa nacional del petróleo de China. ¿Y quién cree usted que acabó ganando? La empresa nacional del petróleo de China».

La empresa china a la que se refiere a es la estatal CNOOC, socia de ExonMobil y ahora de Chevron en el rico bloque Stabroek, cuya explotación ha puesto a Guyana en el mapa de petrolero internacional y donde han sido identificados unos 11.000 millones de barriles en reservas de crudo de alta calidad.

Observa que en Estados Unidos no puede operar la empresa nacional del petróleo de China, por órdenes ejecutivas de Washington contra empresas chinas que tengan vínculos con el Ejército Popular Chino. Por un asunto de defensa.

«Pero resulta que en el Esequibo y en las proyecciones marítimas de la Guayana Esequiba, ExxonMobil y CNOOC pueden operar como socios comerciales», señala.

«Entonces resulta que se unen el Águila (EEUU) y el Dragón (China) sobre áreas no delimitadas. Eso es realismo y pragmatismo en las relaciones internacionales».

Es muy difícil cuantificar el monto de las inversiones acumuladas de China en el Esequibo porque esas son empresas estatales, vinculadas al Partido Comunista en el poder y son manejadas con ese halo de misterio estratégico, corrupción y poco acceso a la información.

De Toma elaboró un mapa donde se detallan las inversiones más importantes de China en toda Guyana.

Mapa de

«ExxonMobil causa mucho ruido con sus operaciones sobre áreas marinas no delimitadas, pero China ha avanzado sin estridencias. Eso es un mapa que tiene una investigación de casi cuatro años. Donde yo investigué cada una de las actividades que ha venido desarrollando la República Popular China en los últimos 20 años», explica.

«Esto no quiere decir que los chinos se metieron en el Esequibo por Chávez. No, no. Ya estaba ahí. La presencia china tiene años en Guyana», aclara.

Por ejemplo, el primer estado del Caribe angloparlante en establecer relaciones con la República Popular China fue Guyana. Y también fue el primer estado del Caribe angloparlante en comprometerse con la política de una sola China.

La cooperación de China con Guyana en los primeros momento era irrisoria. Donaban un vehículo, una planta termoeléctrica. «Pero era un donativo que para Guyana representaba mucho. Para Guyana tener un jeep era algo extraordinario».

Venezuela por su parte oficializa sus relaciones diplomáticas con China en 1974 y fue el noveno país de la región en hacerlo.

China, EEUU y Guyana hoy

En el año 2020, en plena pandemia del coronavirus, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, fue a Guyana. Fue la primera visita de ese nivel en la historia de ese país angloparlante. Y allí encontró toda una serie de infraestructuras críticas levantadas por China desde los últimos 20 años.

«Como usted puede ver ahí, se está hablando de puertos de aguas profundas. Se han negociado acuerdos sobre Internet y banda ancha, sobre hidroeléctricas, eso es bastante complejo», dice al mencionar una hidroeléctrica en proyecto en el alto Mazaruni.

En octubre pasado el gobierno de Guyana revisó las condiciones para el desarrollo de este proyecto hidroeléctrico en las cataratas de Amaila, Esequibo, en que el que están interesadas y participando en licitaciones empresa de Brasil, Corea del Sur, Canadá y Estados Unidos, las cuales han firmado cartas de intención para seguir avanzando, según informa el departamento de Información Pública de Guyana.

«El punto es que ahora China proyecta un conjunto de intereses. Esos intereses entran en una etapa tibia, están tibios, bueno, a partir del coronavirus, pero los proyectos están. Hay muchos proyectos que no ejecutó el Brasil y que se está pensando en la posibilidad de que los ejecute el Brasil con financiamiento chino.

Destaca que la calidad de las obras chinas es cuestionada. Además las empresas suelen usar mano de obra y materiales traídos de China y dejan enormes deudas en los estados receptores, con la propia China, cuyas bancos financian los proyectos.

La posición de China en Guyana genera una situación que tiene que ser leída con la contrapartida de la presencia estadounidense en el Mar del Sur del China y el gigante asiático además tiene el proyecto claro de recuperar Taiwán antes del año 2040.

En el Caribe China está posicionándose y endeudando a un conjunto de estados caribeños para que eventualmente, cuando China necesite cobrar espacios de estos estados, pueda entrar directamente en el área de influencia estadounidense, señala el experto.

«China es el principal actor ahora en Guyana. Sin duda alguna»

Ricardo De Toma

Señala que los estadounidenses llegaron muy tarde a Guyana. El primer secretario de los Estados Unidos aterrizó en 2020 en un aeropuerto expandido por China, circuló por una carretera modernizada por China y se hospedó en hoteles financiados y construidos por China. «¿Qué mayor muestra de poder que este?»

El Esequibo y la salida al Atlántico

Otro punto fundamental que la gente parece olvidar es que ahora el perjuicio para Venezuela ya no es solo el territorio Esequibo sino la salida al Océano Atlántico, que ha sido bloqueada por completo por Guyana al trazar una línea arbitraria hacia el norte de punta Barima, al lado del estado Delta Amacuro. ¿Sería ésta la prioridad para Venezuela, ya que según algunos analistas y el territorio está perdido?

«Creo que el territorio no está perdido. Creo que estamos ya suficientemente advertidos. Ya estamos como que en el segundo strike, jurídicamente hablando. Pero aún no está perdido. Hay un proceso de reclamación en vigencia», replica De Toma.

«Solo se puede hablar de la pérdida del territorio cuando la Corte Internacional de Justicia emita sentencia. En caso de que esa sentencia sea favorable a la ratificación del Laudo».

En 2013, cuando Elías Jaua era canciller de Venezuela y Caroline Rodrígues Birkett era la de Guyana, en una declaración conjunta ambos coincidieron en que la delimitación marítima era un tema pendiente. «Fue una cosa sumamente absurda», recapitula De Toma.

«Es que la tierra domina el mar. Y si no existe un punto de referencia en costa, no se pueden realizar tratados que permitan entender cuál es el ángulo de un azimut en un proceso de delimitación marítima internacional», observa el experto.

Un azimut es un punto de referencia en la costa desde donde se proyecta una línea en ángulo en dirección al mar. Y si ese punto terrestre de partida no está esclarecido, tampoco puede estarlo la referencia de esa proyección.

«Nosotros no pudiésemos estar hablando de una delimitación marítima internacional cuando el asunto principal es la tierra y la tierra domina el mar. Guyana aprovecha una situación de un vacío y de debilidad. Y de falta de fortaleza del Estado venezolano para distribuir concesiones porque el Acuerdo de Ginebra no lo prohíbe», explica.

«El acuerdo de Ginebra no prohíbe la distribución de concesiones. El acuerdo lo que establece es que ningún acto que se ejecute mientras se haya en vigencia permitirá declarar la existencia de derechos de soberanía. Al mismo tiempo el acuerdo dice que ninguna nueva reclamación se hará valer mientras esté en vigencia el acuerdo. Y el acuerdo de Ginebra estará vigente hasta que se produzca la sentencia de la Corte», agrega De Toma.

«Si la Corte emite una sentencia se acabó el Acuerdo de Ginebra. Entonces dicho esto pasamos a hablar de la cuestión marítima. Existe una pretensión que fue lo que ocasionó la securitización, a partir del caso del Teknik Perdana Guyana dijo que Venezuela es una amenaza existencial para la estabilidad en el Caribe».

En 2015, el gobierno de Barak Obama declaró a Venezuela como «una amenaza» inusual y extraordinaria a la seguridad de Estados Unidos.

«Es claro que eso tenía que ver con cuestiones ligadas a narcotráfico y a lo que hacen todos estos malandros. Pero Guyana aprovecha nuevamente ese decreto de la amenaza inusual y extraordinaria para reforzar ese concepto de que Venezuela como Estado es una amenaza que además está generando un conflicto migratorio», con los venezolanos que ya se estaban yendo a Trinidad, a Georgetown, a Colombia, a Brasil.

Desde el punto de vista de Guyana, «como Venezuela muestra características de un Estado fallido, es peligrosa y debe existir una intervención internacional, así llega el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ)», señala.

Tras la captura del barco Teknik Perdana, «Guyana decide incorporar a una empresa nacional de petróleo de China y entonces estamos en una situación sumamente compleja. Porque yo estoy seguro que esta gente (el chavismo) no sabe, o no ha asumido que los chinos están allí, porque ellos realmente son tan ingenuos que piensan que China es un aliado estratégico de Venezuela. Ellos son ingenuos y no saben en dónde están metidos», agrega.

Ricardo Salvador De Toma García, profesor, investigador y consultor, especialista en temas del Esequibo.

Lo que viene con el Esequibo

¿Qué cree que va a pasar en los próximos días entonces con todo este show y la realidad?.

«Allí es donde yo me preocupo porque nosotros no entendemos hasta ahora quién está moviendo los hilos. Nosotros no sabemos a quién le puede resultar conveniente un escenario bélico. Nosotros no entendemos si ellos están entendiendo a dónde están yendo. Nosotros no entendemos si se están siguiendo directrices exógenas».

«Entonces tampoco se entiende cuáles sean las repercusiones de este escenario, porque ningún analista occidental previó lo que ocurrió en Ucrania. Todos decían que Rusia no iba a invadir territorio ucraniano porque se iría a iniciar un conflicto donde iría a intervenir la OTAN y la guerra ya tiene dos años».

«Entonces yo no soy el tipo de analista que hace futurología, yo no le puedo decir qué va a ocurrir porque las relaciones internacionales de Venezuela no son racionales, son emocionales son raras».

En este juego de poderes en el que también cuenta Brasil, destaca la interconexión terrestre entre el estado brasileño de Roraima y el norte de Guyana, pasando por el Esequibo. La primera obra de este proyecto binacional fue inaugurada en 2009, se trató del puente sobre el río Tukutu, que separa los dos países, entre las ciudades de Bomfim y Lethem, ahora unidas con una inversión final de $10 millones, financiados por Brasil.

«El puente entre Bomfim y Lethem es construido sobre territorio que Venezuela le reconoce a Brasil, de acuerdo al tratado de 1859 de límites y navegación fluvial. Hay mucha gente en Venezuela que no sabe que Brasil también perdió territorio en el Laudo de París, que Brasil protestó ese Laudo Arbitral y que Venezuela debe reconocerle una franja del Esequibo a Brasil si es coherente en su reclamación».

«Entonces ese puente sobre el río Tukutú para fines prácticos conectó al Brasil con el Brasil».

Pero falta otra etapa de esta interconexión: el desarrollo de la carretera Lethen – Linden, para la que hay que construir 50 puentes fluviales, asfaltar todo, hacer un gran puente sobre el río Esequibo y después un puerto de aguas profundas. «Todo eso tiene que tener una rentabilidad».

«Entonces el Brasil no sé si está en condiciones de hacer eso. En este momento, ese período donde los estados decidían realizar esas inversiones directas eso ya pasó. Ahorita los intereses son corporativos, son de empresas», explica.

Una de esas corporaciones es la minera de origen canadiense Omai, que explota e el Esequibo la que es una de las minas de oro más grandes de América.

¿En síntesis hay una escalada masiva de inversiones en infraestructura en el territorio Esequibo desde hace mucho tiempo en curso que se están acelerando ahora?

«Sin duda alguna y en los últimos 20 años se han incrementado en gran parte por la expansión de China y por la dinamización de mercados en todo el Caribe. Hubo una casualidad por decirlo de alguna manera que ese período coincidió con la presencia de estos individuos en el gobierno venezolano», señala.

«Pero Venezuela tenía las condiciones para emprender procesos de territorialización económica. Nosotros no nos podemos olvidar de Petrocaribe, de la condonación de la deuda externa de Guyana. Venezuela llegó a ser el segundo acreedor de Guyana después del Banco Interamericano de Desarrollo, Venezuela tenía un peso importante en Guyana, que fue continuamente subestimada porque pensaban que los guyaneses eran unos negritos que vendían helado en San Félix (ciudad del estrado Bolívar), porque creían que Venezuela tenía el billete del petróleo y podía comprar a todos los caribeños».

«El realismo es básicamente el ejercicio del poder, eo es lo que estamos viendo aquí: hay juegos de poder, juegos de influencia geopolítica. Esto no se queda en un asunto jurídico. Mire, hay que ser muy ingenuo para pensar que esto se resuelve con una sentencia yo lo coloco en mi tesis de doctorado si Venezuela si Venezuela es humillada con una sentencia arbitral que ratifique que es el laudo de 1899 y Guyana repite lo que hizo con Surinam y presenta en jurisdicción internacional un proceso de delimitación marítima internacional favorable a sus intereses Venezuela no tendrá otra alternativa que sea la guerra».

Rebate la tesis de que Guyana va encaminada al desarrollo gracias al petróleo, a convertirse en una Dubai de América.

«Guyana no tiene las condiciones para trascender como una Dubai en el espacio sudamericano. Eso es una mentira. Quien está extrayendo petróleo allí es ExxonMobil y corporaciones ¿cuánto tiempo le queda al petróleo? Al petróleo le queda poco tiempo y las corporaciones lo entienden y lo saben por eso es que quieren extraer la mayor cantidad de petróleo en el menor tiempo posible».

Ya Guyana, de hecho, exporta tanto petróleo como la mitad de lo que exporta Venezuela.

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