La decisión de deportar directamente migrantes y refugiados indocumentados venezolanos desde Estados Unidos intenta frenar una ola que ha crecido sin parar en los últimos años. Pero, ¿cómo les va a los que lograron insertarse en el país de sus sueños?
Desde hace unos tres años Estados Unidos se ha convertido en el polo de atracción de más rápido crecimiento para la ola de empecinados migrantes venezolanos que huyen de la crisis económica y social de su país, o que ya han probado suerte en terceros países como Colombia, Ecuador y Perú y decidieron apuntar sus velas hacia el norte.
Este viernes funcionarios del gobierno de Estados Unidos ofrecieron algunos comentarios sobre la nueva medida de deportaciones directas de venezolanos hacia Venezuela, pero no dejaron claro cuales son las razones políticas de fondo que propiciaron un acuerdo para que el gobierno de Nicolás Maduro aceptara recibir a sus connacionales.
«Como hemos dicho consistentemente, las personas que cruzan nuestras fronteras de manera ilegal son sujetos a consecuencias», y esa consecuencia incluye la deportación directa a sus países, dijo en una encuentro por Zoom con periodistas el subsecretario del Departamento Seguridad Nacional (DHS) Blas Nuñes Neto.
«Venezuela hasta esta semana no estaba aceptando repatriaciones directas, pero en base al acuerdo que se llegó esas repatriaciones van a empezar».
Blas Nuñez Neto, DHS
«Necesito ser franco: esas repatriaciones directas las hacemos también a otros países que tienen situaciones complicadas, como Haití, Cuba y otros países en todo el mundo. Es un principio de la ley internacional que los gobiernos deberían aceptar las repatriaciones directas de sus nacionales que no establecen una base legal para quedarse en los Estados Unidos», recalcó el funcionario cuando se le preguntó qué ha cambiado en la relación entre Estados Unidos y el régimen de Venezuela.
«Y nuevamente quiero subrayar que lo que estamos anunciando está conforme con nuestras leyes, con nuestras obligaciones internacionales y vamos a seguir insistiendo a los ciudadanos venezolanos que les hemos ofrecido canales seguros, ordenados y legales para que vengan directo a los Estados Unidos, que ya hemos admitido más de 130.000 venezolanos en base a estos canales seguros y que tengan paciencia», agregó sobre el mecanismo de paroles (permisos temporales de permanencia vigentes desde hace ya un año).
«No pongan sus vidas en las manos del crimen organizado, no traten de cruzar la selva del Darién que es extremadamente peligrosa, utilicen estos canales regulares, utilicen estos centros de movilidad segura y por favor tengan paciencia», recalcó Nuñez Neto en el encuentro de unos 23 minutos con medios que participaron desde varios países de la región, incluyendo El Estímulo.
Pero, ¿qué pasa después de salir de Venezuela, de viajar por su cuenta o de ponerse en manos de redes internacionales de tráfico de personas? Tras cruzar la potencialmente mortal travesía del tapón del Darién, recorrer los países de América Central donde quedan expuestos -según sus propias denuncias- a robos por parte de bandas de delincuentes o de fuerzas del orden?
Y después de recorrer esos 4.500 kilómetros que los separan de la frontera de EEUU, ¿qué les pasa tras cruzar México y las traicioneras aguas del Río Gravo/Grande, o de cruzar el desierto para esconderse en refugios y después tratar de llegar a ciudades donde los esperan parientes y amigos?
Muchos de ellos serán deportados ahora de forma más expedita de regreso a Venezuela, opción disponible por primera vez en mucho tiempo tras un acuerdo logrado entre los gobiernos de Joe Biden y de Nicolás Maduro este jueves 5 de octubre.
Pero en realidad estas deportaciones ya vienen ocurriendo hace tiempo, contrariamente a la creencia extendida por redes de traficantes de personas y por los propios viajeros, que asumían que los venezolanos eran bien recibidos con solo entregarse a la Patrulla Fronteriza.
Solo que en vez de ser deportados a Venezuela -tras ser mantenidos en centros de detención- los llevan hasta ahora a México y algunas veces a Colombia.
Investigaciones de la plataforma TRAC Immigration, de la Universidad de Syracuse, nos revelan que este año hasta agosto de 2023 en total 24.981 venezolanos ya fueron deportados, de un total de 29.740 casos en proceso.
La cifra es pequeña en relación al total de capturas de venezolanos indocumentados 262.633 por la Patrulla Fronteriza y otras autoridades migratorias.
En 2022 otros 18.459 venezolanos fueron deportados, otros 3.084 en 2021; otros 3.288 en 2020 y 2.097 en el año 2019, antes de la pandemia del coronavirus que provocaría cuellos de botella en los tribunales de migración de Estados Unidos.
Las deportaciones relativas a estatus migratorio son resultado de procesos judiciales y de lejos el cargo más común es por haber entrado sin inspección.
«Todas las otras ofensas de inmigración incluyendo estar presente sin admisión o libertad condicional, no tener visa de inmigración valida, no mantener estatus legal, fraude o tergiversación intencional de visa o documentación para obtener admisión a los Estados Unidos y muchas otras», explica TRAC.
Miles de venezolanos que entran sin estar autorizados se entregan a la Patrulla Fronteriza, piden asilo con la esperanza de entrar en el proceso judicial de migración. Como hay un cuello de botella en estos procesos, mientras se resuelve su caso se quedan por ahí trabajando en algunos oficios. Pero ahora se supone que con las deportaciones directas este proceso se aligeraría un poco.
Para pedir asilo el solicitante tiene que exponer su caso en detalle, bien documentado y sustentado. El sistema migratorio no acepta las condiciones de criminalidad común e inseguridad personal como razones para otorgar asilo a un solicitante.
Lo otorga cuando se trata de un Miedo creíble: Entonces se pide a un juez de inmigración que revise la decisión de un funcionario de asilo del USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos) en cuanto a si el no ciudadano sujeto a expulsión acelerada tiene un miedo creíble de persecución o tortura en su país de origen.
Temor Razonable: A un juez de inmigración se le pide que revise la decisión de un oficial de asilo USCIS en cuanto a si el no-ciudadano -de otro modo sujeto a la expulsión acelerada o el restablecimiento de una orden de expulsión anterior- tiene un temor razonable de persecución o tortura.
Sólo Asilo: Procedimientos en los que el Juez de Inmigración sólo considera las solicitudes de asilo, retención de expulsión, y la protección en virtud de la Convención contra la Tortura.
Este año fiscal 2023 que terminó en septiembre ha marcado un récord histórico en el número de detenciones de venezolanos cruzando ilegalmente hacia Estados Unidos y esta ola que parece indetenible ha llevado al gobierno de Biden a negociar con el de Nicolás Maduro las deportaciones directas de estos migrantes, lo que supone un rotundo cambio en la política migratoria que hasta ahora había favorecido de algún modo a los paisanos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro frente a otros nacionales interceptados en la frontera con México.
El flujo de migrantes venezolanos rumbo a Estados Unidos, la mayoría sin papeles, sigue creciendo con fuerza en los últimos meses y solamente en agosto pasado fueron capturados otros 37.912 por la Patrulla Fronteriza y otras autoridades migratorias, según cifras oficiales divulgadas el 22 de septiembre.
En el año fiscal 2022/2023, que comenzó en octubre y terminó en septiembre, habían sido capturados por la Patrulla Fronteriza o se habían entregado a las autoridades migratorias262.633 venezolanos. Esto supuso un fuerte aumento del 28% comparado con los 189.520 del año fiscal 2021 y 2022; y aún mucho más comparado con los 4.520 del año fiscal terminado en septiembre de 2021.
Según datos preliminares del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), publicados este jueves por CBS, otros 50.000 migrantes de Venezuela cruzaron la frontera por México.
Los datos oficiales deberán ser divulgados a mediados de mes, pero ya está claro que la cifra superará con creces los 300.000 detenidos. Nadie sabe cuántos más lograron pasar sin ser interceptados.
«El récord mensual histórico de cruces fronterizos por parte de venezolanos impulsó en parte un máximo anual de llegadas no autorizadas a lo largo de la frontera sur en septiembre, constituyendo aproximadamente una cuarta parte de las más de 200.000 aprehensiones registradas por la Patrulla Fronteriza el mes pasado. En algunos días, hasta 3.000 inmigrantes procedentes de Venezuela cruzaron ilegalmente a EEUU en 24 horas, según muestran las cifras internas del DHS», dice CBS.
Ahora el gobierno de Biden se dice decidido a frenar esta ola que él mismo incentivó en pocos años pasados pues según las estadísticas los venezolanos tenían trato diferencial al menos en lo que concierne a la aplicación del título 42 que permitía las expulsiones instantáneas con los argumentos de la necesidad de frenar la expansión de la pandemia de Coivid.
«El anuncio de hoy deja claro que tenemos la determinación de hacer cumplir rigurosamente las leyes sobre inmigración y expulsar en forma rápida a las personas que no utilicen estos procesos ordenados y opten por cruzar nuestra frontera ilegalmente», dijo en un comunicado el Departamento de Seguridad Nacional.
«La migración irregular constituye un desafío regional que requiere de una respuesta regional. A través del marco establecido en la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, otros socios del hemisferio también están implementando nuevas acciones en respuesta a este desafío, incluido el mayor número de repatriaciones de venezolanos y otros migrantes que no tengan pretensiones de protección válidas», agrega.
«Estados Unidos continúa instando a los migrantes que intentan venir a Estados Unidos a aprovechar las vías legales que hemos establecido y ampliado significativamente, en vez de poner sus vidas en manos de contrabandistas inescrupulosos y cruzar nuestra frontera ilegalmente para luego ser expulsados», dice sobre los mecanismos legales que han beneficiado a unos 66.000 venezolanos que han entrado de manera autorizada este año para el parole.
En el año 2021 residía un estimado de 640.000 hispanos de origen venezolano registrados en Estados Unidos, la cifra incluye nacidos en Venezuela o aquellos que pueden rastrear sus ancestros hasta Venezuela. Eso supone el 1% de todos los hispanos viviendo en ese país, según los datos que analiza Pew Research.
Entre los años 2000 y 2021 la población de origen venezolano se incrementó en 592%, desde 95.000 hasta 640.000 personas.
La población de nacidos en Venezuela pasó de 75.000 en 2000 hasta 490.000 en 2021.
Entre los hispanos en general de EEUU, el 32% ha nacido en el extranjero, frente al 76% de los venezolanos. Esto ilustra cómo la migración venezolana es un fenómeno masivo de reciente data.
El 21% de los migrantes venezolanos nacidos en Venezuela y residenciados en EEUU llevan más de 20 años en ese país de acogida, y el 35% de los venezolanos nacidos en su propio país ya son ciudadanos estadounidenses.
El número de venezolanos migrantes que han vivido en Estados Unidos cinco años o menos se incrementó desde 40.000 en 2010 hasta 115.000 en 2021.
Alrededor de seis de cada diez inmigrantes venezolanos recientes de 25 años o más (62%) han completado al menos una licenciatura. Lo mismo ocurre con el 43% de los inmigrantes hispanos recientes de origen colombiano y el 42% de los de origen peruano.
El 20% de los hispanos estadounidenses de 25 años o más han obtenido al menos una licenciatura, en comparación con el 57% de los venezolanos. Entre los venezolanos de 25 años o más, el 53% de los nacidos en EEUU tienen un título universitario o superior, al igual que el 58% de los venezolanos migrantes.
Entre los hispanos de EEUU, la mediana de los ingresos personales anuales de los mayores de 16 años fue de $30.000 dólares, frente a los $31.200 dólares de los venezolanos.
En cuanto a los trabajadores a tiempo completo durante todo el año, venezolanos ganaban lo mismo en promedio que los hispanos en general de EEUU ($40.000 dólares cada uno).
Esto significa que su mayor nivel educativo no necesariamente se traduce en más ingresos, pues podrían estar desempeñando oficios diferentes a sus áreas de formación profesional.
La proporción de todos los hispanos en EEUU que viven en la pobreza es mayor que la de los venezolanos (18% frente a 13%). Entre los venezolanos nacidos en EEUU, el 14% vive en la pobreza, al igual que el 13% de los venezolanos de migración reciente.
La tasa de propietarios de vivienda entre los hogares hispanos de EEUU es del 51%. Para los hogares venezolanos, la tasa es del 39%. Entre los hogares venezolanos en EEUU, las tasas de propiedad de la vivienda son más altas para los hogares encabezados por un cabeza de familia nacida en EEUU que por un cabeza de familia nacido en el extranjero (45% frente a 38%).
La población venezolana se concentra en Florida (47%), Texas (15%), Georgia (4%), Nueva York (4%) y Nueva Jersey (4%).
La edad media de los hispanos estadounidenses (29,5) es inferior a la de los venezolanos (36,0) y a la de la población estadounidense (37,8).
Los hispanos estadounidenses de 18 años o más tienen menos probabilidades de estar casados (46%) que los venezolanos (56%). Entre los venezolanos de 18 años o más, los nacidos en su propio país tienen más probabilidades de estar casados que los nacidos en EEUU (59% frente a 39%).
El 6% de las mujeres hispanas estadounidenses de 15 a 44 años dieron a luz en los 12 meses anteriores a la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de julio de 2021. La tasa para las mujeres venezolanas también fue del 6%.
El 72% de los hispanos estadounidenses de cinco años de edad o más sólo hablan inglés en casa o hablan inglés al menos «muy bien», en comparación con el 56% de los venezolanos. Mientras tanto, el 67% de los adultos hispanos dominan el inglés, al igual que el 51% de los adultos venezolanos.
Autoridades de Trinidad y Tobago califican como "problema nacional" la ola de migrantes provenientes de Venezuela. Hay toda una industria dedicada al tráfico de personas, a la explotación de mano de obra barata y a la prostitución de mujeres jóvenes.
Nuevo Informe de Acnur reconfirma que ya una cuarta parte de lo venezolanos viven fuera de su país en calidad de migrantes y refugiados. Organizaciones que ayudan a atenuar este drama piden que aportes de recursos financieros se hagan realidad.
"No hay espacio" y la crisis migratoria "no va a mejorar", advirtió el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, el lunes. En el último año han llegado más de 93.000 personas, la mayoría latinoamericanos y en particular venezolanos y centroamericanos
