Culmina el año más particular de la historia contemporánea. En más de cien años, nada similar se ha vivido por causa de una enfermedad esparcida por el mundo. Nadie ni nada quedó exento de particularidades y todo se movió en torno o relacionado al COVID-19.
El fútbol venezolano fue uno de los más afectados por la pandemia mundial, aunque hay todavía cosas positivas (y bastantes) que resaltar en el peor año del último siglo. Haremos a continuación nuestra tradicional columna evaluativa de fin de año, desgranando lo bueno, lo malo y lo bonito del balompié nacional en este año que termina.
LO BUENO:
Victoria contra Chile: Luego de un arranque desilusionante, Peseiro y sus dirigidos dieron un golpe de timón en el cuarto partido por eliminatorias para derrotar a Chile y mostrar una buena y esperanzadora imagen de cara al 2021 y los quince partidos (mínimo) que deberá afrontar la selección en Copa América y la continuación del premundial.
La dupla Machís – Herrera: El Granada español vive un momento pletórico en su historia con los dos venezolanos como protagonistas. De lejos, Machís y Herrera son los mejores futbolistas nacidos en el país que han hecho campaña en el extranjero en 2020, lo que ha valido la revalorización de ambos en el mercado.
La aparición de Cristian Cásseres: En las vueltas que ha dado Peseiro para armar el once de la Vinotinto, la individualidad de Cásseres es lo más relevante en cuanto a los aportes de las nuevas ideas del portugués en la Vinotinto. Una especie de Yangel Herrera: un volante mixto que ha hecho retrasar a Tomás Rincón a su puesto natural como volante de contención. Junto con Herrera, se ha convertido en indiscutible en el once del combinado nacional como interiores en la primera línea de volantes.
Por fin, La Guaira: El equipo naranja se hizo con el campeonato del particular Torneo Normalización y alzó su primer título absoluto en el fútbol venezolano. Con una base sólida de futbolistas juveniles y el aporte de jugadores con mucha experiencia, la terquedad de George Antar de nunca abandonar la lucha por un título pese a los reiterados fracasos, rindió frutos.
La norma del juvenil: La mejor regla que se ha implementado en el futbol local, tuvo una mutación en el Torneo Normalización y resultó un rotundo éxito. Dos juveniles en cancha permitieron la aparición y consolidación de nuevos nombres en un fútbol que está pasando a ser formativo en su profesionalismo. Guarirapa, Anderson Contreras, Yerson Chacón, Pipo Vivas, Conde, Bolívar, Carmona, Luifer Hernández, Lacava. Nombres propios que relucieron en un torneo tan particular.
Explosión Savarino: La llegada de Jefferson Savarino al Atlético Mineiro no pudo ser mejor. Dejó la MLS por un proyecto que se derrumbó pronto con Dudamel al frente del Galo, pero el talento del zuliano le permitió sobrevivir a la salida de su mentor y se ha convertido en uno de los mejores futbolistas del Brasileirao.
Savarese campeón: El técnico venezolano reivindicó a sus colegas en el extranjero y se llevó el título de la MLS al frente de su Portland Timbers. Un premio merecidísimo a la constancia y el profesionalismo de uno de los más grandes protagonistas en la historia del campeonato estadounidense.
Graterol y el alto nivel de los arqueros: Venezuela vuelve a ser tierra de porteros. Joel Graterol se alzó con el título del fútbol colombiano siendo protagonista en el pórtico de un histórico como América de Cali. Junto con las grandes actuaciones de José David Contreras en Táchira y Rafa Romo en Bélgica, la competencia para apretar la indiscutibilidad de Wuilker Fariñez en el arco Vinotinto es mayor.
Recuperación de la identidad de nuestro fútbol en pandemia: Los días de cuarentena provocaron un sentimiento realmente llamativo: la nostalgia. Por redes sociales, muchas cuentas y personas activaron los recuerdos, particularmente los que tienen que ver con el fútbol venezolano y su identidad. Muchos que no conocían nuestro pasado, lograron hacerlo gracias a cuentas y personas que desempolvaron valiosos archivos de nuestra rica historia futbolera.
LO MALO:
Crisis institucional en la FVF: Desde la salida de Rafael Dudamel al frente de la selección como noticia de año nuevo, el desplome institucional del ente federativo ha caído en un barranco interminable, sin fin. Un abismo sin suelo. Una persecución que culminó con la muerte de Jesús Berardinelli, pugnas por el poder y el nombramiento de una Junta Normalizadora que no ha podido hacer reflotar a la FVF de una profunda crisis que la ha llevado a la bancarrota y a verse obligada a ceder el control de ciertos sectores a terceros, ha marcado el 2020 para la organización del balompié en Venezuela.
Otra vez, las deudas: Un elemento que había desaparecido del FutVE en los últimos años, emergió de nuevo y con más fuerza. Se inició la temporada con 19 equipos porque Anzoátegui no puedo salir a competir. Era la advertencia de lo que estaba por venir. Llegó el Normalización con dos equipos menos y una situación grave de deudas, impagos y retrasos no solo a futbolistas sino a trabajadores de muchas organizaciones del país. En Trujillanos y Zamora alzaron la voz, pero son apenas la punta de un iceberg que se está tragando al fútbol nacional, donde los mecenas ya no pueden sostener económicamente lo que antes era prácticamente una distracción para ellos.
Espantada de futbolistas: La crisis económica e institucional del FutVE ha provocado que las noticias de año nuevo sean las salidas de futbolistas de alto, mediano y bajo cartel al fútbol extranjero, huyendo claramente de la situación que afecta nuestro fútbol.
Arranque Vinotinto: La desmemoria futbolística de Venezuela mostrada en sus dos primeros partidos de eliminatorias, en las que parecía retroceder a los tiempos de la cenicienta de Suramérica, puso en entredicho la continuidad y la capacidad de José Peseiro para llevar el timón de la selección. Un arranque desilusionante.
Intrascendencia internacional de los clubes: Victorias aisladas del Caracas y una actuación correcta de Estudiantes de Mérida en Copa Libertadores fueron las únicas noticias medianamente positivas de la actuación de los clubes en el escenario continental. Ningún equipo venezolano pudo superar su eliminatoria y trascender al siguiente objetivo.
Fracaso de Dudamel en Atlético Mineiro: Los días del ex seleccionador en el equipo Galo fueron muy pocos. Los malos resultados, el descontento de los futbolistas con sus métodos y el fútbol rácano mostrado, valieron para que Dudamel tuviera una corta e improductiva pasantía por el Brasileirao. La primera experiencia de un venezolano dirigiendo en el torneo del gigante amazónico fue para el olvido.
Actuación en el preolímpico: Lo que mal comienza, mal termina. Con un seleccionador nombrado a última hora y con escasa preparación, la Venezuela que jugó en Colombia el torneo preolímpico dejó una sensación de fracaso enorme. Tres derrotas en cuatro partidos fue el lamentable saldo de un equipo que nunca dio muestras de aspirar a la clasificación.
El arbitraje en el Torneo Normalización: La exposición televisiva de todos los partidos del campeonato express dejó en evidencia el nivel del arbitraje venezolano de los jueces que no son FIFA. La ausencia de estos por compromisos internacionales desnudó el nivel del resto de árbitros de Venezuela, cuyas actuaciones influyeron de manera determinante en los resultados de un buen número de partidos.
LO FEO:
La salida de José Hernández de la Selección Sub 20: La incapacidad de gestionar y administrar la planificación y preparación de la Selección Sub 20 hizo que la FVF tuviera que buscar quien se “encargara” de algo que le compete a ella por estatutos. El “grupo de Valencia”, el inversor que pone la plata, decidió contar con un nuevo técnico y la salida de José Hernández del cargo ni siquiera fue oficializada. Un desaire, un irrespeto para un entrenador de la trayectoria de Hernández en el fútbol nacional. Y la FVF aún le debe el salario de un año.
La salida de Rafael Dudamel de la Selección: Con el nuevo año, Dudamel tuvo que abandonar el cargo al frente de la Vinotinto justo cuando había encontrado el mejor fútbol y los resultados en sus cuatro años al frente de la Vinotinto. Su enfrentamiento con el entonces presidente de la FVF, Jesús Berardinelli, desembocó en su “obligada” renuncia al cargo.
La muerte de Jesús Berardinelli: El fallecimiento en circunstancias poco aclaradas del presidente de la FVF luego de ser detenido por autoridades policiales abrió una página oscura en la historia del ente federativo. Una persecución que terminó cobrando la vida (directa o indirectamente) de la máxima autoridad del fútbol venezolano fue uno de los resultados de una pugna devastadora por el poder en la silla de Sabana Grande.
La lesión de Josef Martínez: Luego de una campaña espectacular en Atlanta United, el atacante carabobeño se rompió los ligamentos comenzando la campaña de la MLS. Una baja muy dura para su club y para la Vinotinto, que tras la salida de Dudamel (en conflicto directo con el atacante) podía contar con la vuelta del artillero de “El Combate”.
Ha sido un año particular, con noticias muy malas, pero en las que resalta el buen número de las positivas (9). Esperemos que la esperanza de un mejor 2021 para nuestro fútbol se pueda concretarse aunque los escenarios no sean los más optimistas.
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