Seguramente habrá una relación entre la noche, las horas oscuras, y las acciones que violan derechos humanos. Las dictaduras, por lo general, suelen violentar durante la noche, al menos así se desprende de muchos testimonios de víctimas, en diversos países latinoamericanos.
La ola de cierre de medios en Venezuela, antes de que Nicolás Maduro llegara al poder, tuvo su epítome justamente a la medianoche del último día del mes de julio de 2009. Era un viernes y Diosdado Cabello estaba al frente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), entre otros tantos cargos que ocupaba de forma simultánea en aquel entonces.
Se pasó a conocer como el día del radiocidio. En una sola acción, ejercida de forma simultánea, el chavismo sacó del aire a 32 emisoras de radio y dos estaciones locales de televisión. Aquel día se estableció un modus operandi: se llega a los medios radioeléctricos incómodos en horas de la noche, al filo de la medianoche; se sustraen equipos imprescindibles para las transmisiones del medio, con lo cual lo dejan fuera del aire; todo eso sucede sin un proceso administrativo previo.
Este patrón, entre varios que se tienen en Venezuela para reducir y menoscabar la libertad de expresión, se llevó a cabo en días recientes. No es la excepción, en realidad cada tanto se repite. El radiocidio prosigue, sacando emisoras en distintos estados. El régimen actúa de forma paulatina, pero constante, tal vez se trata de que aprendamos que eso forma parte de una “cotidianeidad”.
Casi a medianoche se produjo el hecho. Funcionarios de Conatel, en compañía de uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana sustrajeron los equipos de transmisión de la emisora Selecta 102.7 FM en la población de Machiques, habitada mayormente por poblaciones indígenas de varias etnias, en el estado de Zulia, al extremo occidental de Venezuela.
Cuando faltaban pocos minutos para la medianoche, este viernes 5 de marzo, sin que hubiese un proceso administrativo previo, los funcionarios se llevaron los equipos y dejaron fuera del aire a la estación, que la semana anterior había entrevistado al dirigente político opositor Juan Pablo Guanipa, lo que generó disgusto en la alcaldesa de Machiques, Betty de Zuleta, militante del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
El pasado 26 de febrero, en esta emisora local se hizo una entrevista a Guanipa, diputado electo en 2015 y cercano colaborador de Juan Guaidó en la Asamblea Nacional controlada por la oposición democrática (2015-2020). Guanipa, además, fue electo como gobernador del Zulia pero se negó a juramentarse ante la irrita Asamblea Nacional Constituyente.
Al momento de la entrevista con Guanipa, decenas de mujeres indígenas de la etnia Yukpa irrumpieron en el estudio e impidieron que la entrevista pudiera concluir. Periodistas locales, desde Machiques, confirmaron la versión de que estas mujeres fueron enviadas por la alcaldesa, quien no estaba en el pueblo en ese momento.
“El ataque de Conatel a selecta 102.7 FM en Machiques (…) Es un pase de factura por darle la oportunidad a todos de hablarle a los vecinos y ser una ventana a la libertad de expresión”, reaccionó Guanipa para denunciar el atropello.
La alcaldesa vinculada al chavismo, en el contexto de este caso, hizo acusaciones contra el entrevistador de Guanipa, Freddy Alberto León, moderador del programa matinal “El Machiquense Radio”. Aseguró que era éste el responsable de cualquier hecho de violencia.
Como lo señalara la periodista Milagros Socorro, Selecta 102.7 FM es propiedad del machiquense Pedro Enrique Márquez Briceño, quien la fundó hace 13 años. Los equipos están ahora en Maracaibo en las instalaciones de Conatel. Márquez Briceño no recibió ninguna notificación de que tenía algún procedimiento administrativo en su contra.
Este viene siendo el modus operandi. En horas de la noche, o en el día con fuerte presencia militar, son llevados sin previo aviso equipos de transmisión para sacar del aire a estaciones de radio locales, que tienen información u opinión independiente.
No hay ningún procedimiento formal. Sencillamente la emisora queda fuera del aire, sin posibilidad real de apelar o revertir tal decisión. Así opera la censura.