¡“A full Chola”!
Desde muy joven en la actividad política, Andrés Schloeter, conocido como "Chola", es para Carolina Jaimes Branger la mejor opción para la Alcaldía del Municipio Sucre en las elecciones del 21 de noviembre
Desde muy joven en la actividad política, Andrés Schloeter, conocido como "Chola", es para Carolina Jaimes Branger la mejor opción para la Alcaldía del Municipio Sucre en las elecciones del 21 de noviembre
Para un político en un país latinoamericano, tener un apellido que se escriba Schloeter y que se pronuncie “Sho-le-ter”, podría ser un hándicap. Pero Andrés Schloeter, candidato por la Unidad a la Alcaldía de Sucre, supo convertirlo en ventaja al usar su sobrenombre: “Chola”. Porque en Venezuela una chola es algo que se conoce en todas partes. Y a Andrés lo conocen desde hace muchos años en el Municipio Sucre del Estado Miranda, cuando muy, muy joven, tomó la decisión de que quería dedicarse a la Política, así, con “P” mayúscula.
Hijo de queridos amigos, Marisol Chumaceiro de Schloeter y Jorge Schloeter y nieto de Fernando y Olguita Chumaceiro, personas de mis más caros afectos y de una absoluta solvencia moral, me consta la verticalidad de su formación.
¡No puedo olvidar mi primera experiencia con él! Todavía estaba en el colegio y ya picado con el gusanito de lo público, pertenecía al comité organizador de unas conferencias para muchachos de su edad. Me contactó para que yo fuera una de las ponentes, a lo que accedí con gusto. Le sugerí que, por mi amistad con Luis Alberto Machado, podía pedirle que él también participara. Andrés accedió encantado. Sin embargo, habló la inexperiencia -Andrés solo tenía 17 años- y me mandó un correo diciéndome que tanto el doctor Machado como yo debíamos enviarles nuestras ponencias “para ellos corregirlas” antes del evento.
¡Yo no podía creer que unos imberbes creyeran que estaban en capacidad de corregir ponencias, mucho menos la de Luis Alberto Machado! Lo llamé furiosa y le dije que yo había entendido que me habían invitado por mi trayectoria y que pensaban que podía aportarles nuevos conocimientos, no para “corregir mi ponencia”. Que eso hasta lo podía pasar. Pero que lo que no le aceptaba de ninguna manera era que se creyeran que ellos, unos chamos de 17 años, podían “corregir” a Luis Alberto Machado. Y por supuesto, me retiré del grupo de ponentes. Luis Alberto, tan especial como era, no les habló molesto como yo, sino como un abuelito. “Tómenlo como una lección para el futuro”, les dijo. “Si quieren incursionar en política, tienen que aprender a ser humildes”. Pero tampoco participó en las jornadas.
Lo siguiente que pasó es que Andrés, unos días después, se presentó en mi casa con un gran ramo de flores para mí, pidiéndome que aceptara sus disculpas y que lo que había pasado, en efecto, se había convertido en una gran lección. También habló con Luis Alberto Machado para disculparse personalmente. Mientras lo veía bajando hacia la calle, mientras se iba, pensé que tenía futuro como político.
Y no me equivoqué, porque así ha sido. Chola comenzó desde abajo. Conociendo a fondo las comunidades, sus necesidades y sus problemas. Tiene ángel para tratar a la gente porque es cercano, llano y empático. Es fácil quererlo. Fue electo concejal en 2013 y presidió el Concejo Municipal en 2017 y 2018, dejando una estela de buen hacer que redunda a su favor para las próximas elecciones del 21 de noviembre.
Su discurso es claro, convincente, pero, sobre todo, honesto: conoce los problemas de la comunidad a fondo, y aunque está claro en que hay medidas de emergencia que pueden paliar la enorme cantidad de problemas que tiene el populoso municipio, admite que no hay soluciones mágicas: “hay una enorme diferencia entre las promesas y las acciones”. Trabajador incansable, no teme “meter el pecho” para buscar remedios a tantas precariedades que viven los habitantes de Sucre.
Chola será un gran alcalde, no me queda duda. Una opción distinta, decente y franca frente a las corruptelas y marramuncias del chavismo. Un paso hacia la reconstrucción. Así que el 21 de noviembre, por más dudas que tenga, vaya y vote por él con toda confianza. Sucre no merece más horrores de los que ha vivido, todo lo contrario: merece ser un municipio que surja “a full Chola”.