Opinión

4 claves y una virtud para encarar la existencia

Un poco decepcionado porque el covid-19 no logró que la humanidad viera la vida de otra forma, el coach Ricardo Adrianza da orientaciones sobre cómo ser mejores para nosotros y para los demás

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encarar la vida

Cuando decidí publicar mis “Cartas a Matías, lecciones de vida para mi nieto” a finales del 2019, lo hice como homenaje al nacimiento de mi primer nieto.

La comunión de su llegada con la soledad en la que me encontraba fueron la fórmula perfecta para plasmar mis emociones y drenar la sublime noticia de su nacimiento. Pero no todo quedaba allí: compartí historias y experiencias como apuesta para dejarle un legado de amor y valores, facilitarle el tránsito por su existencia e influir para que crezca como un hombre de bien.

Los nietos de Ricardo Adrianza. Foto cortesía

Desde ese entonces ha corrido mucha agua bajo el puente y nos hemos enfrentado a la catástrofe que ha supuesto la llegada de la pandemia a principios del 2020, la que todavía nos acecha y amenaza con quedarse por un tiempo más.

Lo que si no ha cambiado es la forma – y me da mucha pena decirlo – en como los seres humanos encaramos la vida.

Parece mentira que aún, a pesar de las duras lecciones que necesariamente nos ha dejado esta travesía llamada “covid – 19”, nos topemos con personajes nefastos que esparcen sus odios por todos lados y que, a pesar de su edad, no han crecido ni entendido las bondades que tiene, por ejemplo, la práctica del agradecimiento, del perdón, y de la humildad en todos los rincones de su influencia.

Encarar la vida de la mejor forma

¿Qué necesitamos entonces para sumar al cambio verdadero y profundo?

Filósofos e intelectuales podrán darte un abanico de respuestas, pero al menos yo no conozco otra forma que hacer el bien; en definitiva, ser una buena persona.

Esto último, en mi humilde opinión, ha sido el eslabón perdido de una sociedad impúdica ante tanto descalabro gubernamental. El “sálvese quien pueda” ha sido el mantra enarbolado por muchos a costa de conservar poder y embriagarse de dinero y malas costumbres.

existencia
Foto de Kaan Keskin

Aun así, quiero pensar que no todo está perdido. Por ello, hoy, desde esta humilde parcela les comparto algunas claves del mensaje que encierra esas páginas –Cartas a Matías – escritas desde el corazón, y que estoy seguro concuerdan con la postura de muchos, diría la mayoría, que pretende vivir bajo enunciados que potencien el camino hacia una vida más placentera y compenetrada con el desarrollo interior. Aquí te las dejo:

Actitud positiva

La forma en que decidas mirar la existencia depende absolutamente de ti, y en esto tiene mucho peso el valor de la actitud.

Una actitud positiva te permite valorar las situaciones en su justa medida y enfocarte solo en aquello que te reporte crecimiento.

Si alguna situación es adversa y mantienes una actitud positiva, tendrás siempre a la mano el primer paso en búsqueda de la solución. Si, por el contrario, te dejas llevar por la ira o el pesimismo, estarás en problemas.

Ponerse triste… solo un rato

Ante los baches que se nos presentan en la vida ponerse triste es una opción válida. Lo que no es válido es estar triste siempre.

Por condición natural evitamos mostrar nuestras emociones más profundas, quizás por protección o como una forma de mostrarnos poco vulnerables. Sin embargo, estar triste es una emoción válida como respuesta a un infortunado acontecimiento o uno poco deseado.

Lo que sí debes evitar es que esa tristeza se fije como un sentimiento, ya que, si esto sucede, estarás atado de manos para enfrentar los retos que la vida te tiene reservado.

Acepta la invitación a ser feliz

La vida es maravillosa y en su más pura esencia nos invita a ser felices. Y para ser feliz, simplemente hay que hacer el bien y pensar bien.

Foto Yan Krukov / Pexels

Escrito se presume fácil pero indudablemente no lo es. Además, cada uno tiene su propio concepto o entiende la felicidad de diversas formas.

Sin embargo, creo firmemente que uno de los atributos que no debe faltar en la fórmula de felicidad es hacer el bien, en concreto, ser una buena persona. Si a eso le agregas el interpretar los acontecimientos desde un lado optimista –pensar bien– habrás avanzado enormemente en la construcción de tu bienestar y en tu encuentro mágico con la mejor existencia.

Vive desde el amor

La fuerza más poderosa que existe es el amor. El amor es la emoción suprema, la madre de todos los sentimientos.

Foto Pixabay / Pexels

Es la energía que potencia nuestras ganas y moldea nuestra fuerza interior, esa que nos impulsa en la búsqueda del logro de nuestras metas. Como bien mencionó Albert Einstein en una carta a su hija: “El amor es Dios y Dios es amor”.

Y la virtud es…

No pretendo extenderme más en los mensajes, pero sí enfatizar en una virtud que nunca puede faltar en cualquier rincón o escenario de tu vida: la humildad.

Cuando eres humilde reconoces el valor de los demás. Además, siendo humildes, somos más agradecidos con lo que somos y lo que tenemos.

Aún estamos a tiempo

En definitiva, si queremos sumar al cambio que tanto añoramos, creo que es momento de rescatar, desde tu espacio de influencia, la bitácora de valores tan necesaria para la humanidad y nuestra sociedad.

No hay mejor antídoto para la desidia que alentar la práctica de los valores y los principios de equidad, justicia y empatía.
Aún estamos a tiempo. Hagamos esta cruzada para honrar las futuras generaciones, en honor de tus descendientes, y ser dignos de ser recordados.

Foto Kripesh Adwani / Pexels

Yo, humildemente, te invito a practicar el ejercicio de la vida desde una vitrina menos invasiva y entendiendo que la vida es buena, aún en los momentos aciagos. Esos sí, nunca te olvides de incorporar a lo que llamo “la humildad emocional”, que no es otra cosa que la humildad que nace del corazón.

Y tú, ¿te animas?

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