Opinión

Las segundas oportunidades

Lo hermoso de la vida es que siempre te otorga segundas oportunidades. El éxito rara vez llega en el primer intento

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segundas oportunidades
Composición de imagen: Yiseld Yemiñany / Fotos: Pexels

Imagina que solo te falta un pequeño tramo para alcanzar la cima del Everest y el grupo del cual formas parte decide no seguir, básicamente, por un error de logística al haber olvidado la cuerda, lo que significaba un riesgo extremo al momento de bajar de la cima y, con ello, poner en peligro la vida de los integrantes de la expedición.

Esta experiencia narrada por una de sus protagonistas –la alpinista mexicana Karla Wheelock, primera mujer iberoamericana en alcanzar la cima más alta de cada continente (Las 7 Cumbres)– debió suponer un duro golpe para todos, especialmente, para el responsable principal.

Lo hermoso de la vida es que siempre te otorga una segunda oportunidad y Karla, en el año 1.999, coronó la cima del Everest.

Foto de Lorenzo Castellino

Referirme a este episodio me hace reflexionar acerca de las segundas oportunidades, esas que se presentan sin pedir permiso y que, si nos quedamos enganchados en episodios pasados, las desaprovechamos.

Y justamente a esto último me quiero referir. Si examinamos las historias de personajes famosos, la gran mayoría de sus historias exitosas sobrevienen luego de varios intentos.

De allí que lo impostergable es comprender que el fracaso es la puerta de entrada a nuevas y mejores oportunidades. Reflexionar acerca del porqué fallamos, que nos faltó, nos permite examinar concienzudamente ese “error” y convertirlo en aprendizaje.

Se dice fácil, pero no lo es. ¿Cuántas veces hemos fallado y cuánto nos cuesta reponernos para reiniciar el camino?

Puedo asegurar que en la historia de todos existe esa mancha que supone fallar o equivocarse, principalmente, porque nos anclamos en el pasado y eso juega un papel distorsionante descomunal. Sin embargo, si lo pensamos bien, haber fallado constituye la base para alcanzar el objetivo en segundos intentos

Para empezar ese “juego” que nos permita enderezar el camino e intentarlo de nuevo, lo primordial es diferenciar las consecuencias de esa acción pasada –la cual está y no puede borrarse– de la comprensión de lo sucedido, pero con la misión de corregir y apostar por nuevas estrategias que te permitan alcanzar el objetivo que te fue esquivo en oportunidades previas.

Hasta aquí no he dicho nada contundente. Como he referido, es muy fácil aconsejar a alguien y decirle ¡quédate con el aprendizaje!, sin ponerse en los zapatos del otro y comprender fielmente el tumulto de emociones que quiebra las ganas de continuar.

Claves para avanzar después de un fracaso

Ahora bien, ¿qué hacer para avanzar después de un fracaso? Específicamente, ¿qué claves tangibles nos facilitan el camino para recrear nuevos intentos?

Todo lo que has hecho en el pasado sirve para algo más. Nada se pierde, todo es ganancia. El valor de la experiencia e identificar los errores cometidos son una poderosa acción para enfrentar nuevos retos y abrazar las segundas oportunidades.

Foto andrea piacquadio

Fracasar no supone no tener éxito nunca. En la creencia de muchos, el fracaso tiene un efecto demoledor. Sin embargo, fracasar es parte de la vida. La vida misma no se transita en línea recta; por lo tanto, la única acción requerida es levantarte, prepararte e intentarlo de nuevo.

No esperes una segunda oportunidad, ¡busca una segunda oportunidad! Si tienes un objetivo entre ceja y ceja no lo abandones. Trabaja en él, crea tus propias oportunidades. Amarra tus errores y empieza de nuevo a diseñar tu nuevo Yo. Despréndete del pasado y conviértete en una mejor versión para encarar, con fuerza, cada acción planificada con la certeza de alcanzar la meta.

Sé optimista, no perfeccionista. Si algo he aprendido con los años, es que el gran secreto de una buena vida está en la simpleza. Sé tú mismo y confía en tus habilidades.

No te pido que no te esfuerces, al contrario, el esfuerzo es parte de la recompensa. Solo te pido que lo hagas sin obsesión y confiando en tus habilidades. Convéncete de que estás destinado a obtener grandes y maravillosas cosas.

Foto Oliver Schmid

Cree en ti, nadie más lo hará por ti. El soporte o acompañamiento de personas es valioso, pero si no crees que puedes, no podrás. Es la única manera de ampliar tus capacidades y construir nuevos espacios u oportunidades.

En conclusión, no olvides que la vida es noble y siempre te ofrece una segunda oportunidad para enmendarte o ser mejor cada día.

No importa lo que haya pasado. Importa lo que eres hoy y lo que pretendes ser. Cuando te encuentres en esa encrucijada de intentarlo de nuevo o no, recuerda a San Juan Pablo II y su “nacimos para ser felices, no para ser perfectos”. Eso, queridos lectores, encierra una profundidad absoluta porque, en definitiva, ¿quién dijo que la felicidad o el éxito se consigue en un solo intento?

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