El poder de los recuerdos
Estudios del Instituto de Investigación de la Felicidad en Dinamarca aseguran que las personas se sienten más felices con sus vidas si tienden a albergar una perspectiva positiva y nostálgica de su pasado
Estudios del Instituto de Investigación de la Felicidad en Dinamarca aseguran que las personas se sienten más felices con sus vidas si tienden a albergar una perspectiva positiva y nostálgica de su pasado
“Crear recuerdos felices, basados en primeras experiencias emocionantes y a las que prestemos atención, y después evocarlos, puede ayudarnos en algunos momentos adversos de la vida”, señaló Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto de Investigación de la Felicidad, situado en Dinamarca.
Me parece fascinante poder compartir esta frase solo un mes después de los días navideños, en el que muchos, por diferentes razones, se encuentran lejos de ese motor unificador que nos mueve a todos: la familia.
Es indudable que los recuerdos constituyen una parte importante para los seres humanos. Nos ayudan a penetrar nuestra esencia, evocar momentos de familia y nos permite reflexionar acerca del camino recorrido e identificar aquellas ocasiones donde nos sentimos más felices.
Claro está que, en esa inmensidad de momentos vividos y atesorados, se nos cuelan recuerdos ingratos. Pero como dice la canción de Serrat, “los recuerdos se endulzan, se amargan a nuestro acomodo, según nos convenga, porque antes que nada y a pesar de todo, hay que sobrevivir”.
En mi caso, traer a mi mente la dicha que me producía ver a mis hijas y sobrinos abriendo los regalos de navidad me hace revivir sensaciones maravillosas. La cena familiar, los intercambios de regalos y los abrazos en familia eran ingredientes que sumaban a las sonrisas y anestesiaban a los problemas y preocupaciones.
De allí que, sea cual sea la situación en la que te encuentres, utilizar esa capacidad para poner a volar a nuestra mente es una buena forma de enfrentar las nostalgias y forrarnos de emociones positivas. Dicho de otra manera, reclutar a nuestra memoria como un aliado incondicional para aniquilar alguna tristeza que ose presentarse y nos arruine los días por venir.
Las investigaciones sobre la felicidad efectuadas por el mencionado instituto sugieren que las personas se sienten más felices con sus vidas si tienden a albergar una perspectiva positiva y nostálgica de su pasado.
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“La nostalgia es una emoción humana universal antigua y ahora académicos de todo el mundo están estudiándola para ver cómo puede generar sentimientos positivos, reforzar nuestra autoestima y aumentar la sensación de ser amados”, manifestó el mismo Wiking que, además, llegó a la conclusión que existen ocho ingredientes que dan a nuestros recuerdos la categoría de feliz y que podemos potenciarlos para crear recuerdos memorables que traerán más bienestar a nuestra existencia.
En su libro, “El arte de crear recuerdos”, explica como acelerar la construcción de recuerdos nostálgicos y positivos. Aquí los comparto:
Según investigaciones, el 23% de los recuerdos de las personas proceden de experiencias nuevas o extraordinarias. Los análisis demuestran que recordamos mejor los días nuevos y extraordinarios en los que hicimos algo diferente.
Por ello, para construir recuerdos felices es recomendable, al menos una vez al año, visitar un lugar al que no
hayamos ido nunca.
Las cosas se recuerdan por asociación. Cuantos más sentidos usemos, más vívido será el recuerdo.
Por ello, la próxima vez que nos sintamos felices y queramos capturar el momento, debemos tomar nota de la información que se despliega en todos nuestros sentidos.
Vemos muchas cosas que no registramos y que no podemos recordar. Cada vez nos resulta más difícil ser conscientes de dónde estamos poniendo nuestro foco.
Por eso, es importante tratar los momentos felices como trataríamos a alguien especial: ¡Sin perder detalle! Esto potenciará la bitácora de recuerdos placenteros que nos servirán de escudo para el futuro.
La rutina es uno de los males más asiduos al que nos enfrentamos a diario. No nos damos cuenta de las cosas extraordinarias que nos pasan ni construimos momentos especiales por estar imbuidos en la rutina.
De allí que sea necesario incorporar en nuestro hábito nuevos retos, y una vez conseguidos, celebrarlos para que ese
logro quede vigente y se almacene en un sitio especial.
Las reacciones emocionales hacen que las experiencias y los momentos sean memorables, lo que significa que el arte de crear recuerdos también se basa en poner el aspecto emocional a nuestro servicio.
Ligar nuestras experiencias con las emociones que nos suscitan hace que los recuerdos sean imperecederos.
Escribir, hacer fotografías y videos, coleccionar souvenirs de viajes u objetos familiares, son ideas para no dejar escapar los recuerdos de nuestra mente.
Esta práctica nos hace vivirlos constantemente y es particularmente efectiva cuando extrañamos.
Cada una de las acciones comentadas tiene como única vía activar esa maravillosa máquina llamada cerebro para recuperar los recuerdos placenteros y protegernos de los infortunios que nos deja la distancia y los sin abrazos.
Si no tuviste la fortuna de pasar las navidades en familia, activa estos consejos que estoy seguro moldearán tus días y grabarán una sonrisa en el alma para cuando tus seres queridos te llamen o te escriban, y así, con el mismo impulso, puedas gritar con entusiasmo: ¡Feliz año!