Como en los 51 días anteriores, la manifestación «por la salud y la vida», convocada por la Mesa de la Unidad Democrática, solo alcanzó a llegar a Chacaíto, sobre la avenida Francisco de Miranda, y a la autopista Francisco Fajardo, hasta Bello Monte. Las bombas lacrimógenas no cesaron a pesar de que la primera línea de la convocatoria estaba compuesta por médicos tomados de las manos. Los potentes chorros de agua hicieron a más de uno caer al piso.
Las consignas eran claras: «no queremos bombas, queremos medicinas» y «cuál Constituyente, si en los hospitales se nos mueren los pacientes», gritaban con las manos arriba, intentando una tregua con los militares.
Antes de la represión, Ana Perdomo, patólogo egresada de la Universidad Central de Venezuela, denunció que el Instituto de Anatomía Patológica tiene cinco meses cerrado. Por eso fue a protestar.
“Desde enero no se están haciendo diagnósticos de cáncer en la UCV. Pero además, desde hace 60 años cuando fue creado, esta es la primera vez que el instituto no recibe a ningún residente. Este año no se está formando a ningún estudiante”, dijo Perdomo a El Estímulo.
20.000 biopsias anuales dejarán de realizarse por este cierre.
La formación del relevo está en juego también en la Facultad de Farmacia. Los alumnos sienten que no están recibiendo todos los conocimientos que necesitarán en el futuro. “Tenemos que hacer las prácticas en grupos grandes porque no hay suficientes reactivos , cuando es indispensable que sepamos hacerlo de forma individual porque así es como trabajaremos en la industria”.
“No tengo para operar ni al hijo de Maduro, ni al papá de Capriles, ni a mi hijo”, decía el cartel que sostenía Sergio Martínez. El cirujano coloproctólogo pidió que el gobierno acepte la apertura del canal humanitario.
La medicina, aseguró, se ha apropiado del dicho popular “como vaya viniendo, vamos viendo”.
Los pacientes marchan a pesar de los riesgos.
Si no están medicados, los pacientes crónicos incrementan sus riesgos de descompensación al someterse a situaciones de estrés y a condiciones ambientales adversas. “Estar en una marcha me expone, pero no tengo miedo. No tenemos medicinas, no tenemos comida, en los hospitales no hay nada”, reclamó Rubí Pontón, durante la manifestación.
La mujer sufre de alta tensión ocular y glaucoma. “No consigo las gotas. Me lavo la cara con agua hervida con unas gotas de vinagre para refrescarme la vista”.
Adriana de la Rosa, por su parte, tiene tres meses sin recibir del Seguro Social su medicamento para la esclerosis. “Lo que me quedaba de Rebif lo estoy estirando. Debo aplicarme tres ampollas a la semana y estoy poniéndome una semana una, otra semana dos, y otra semana ninguna”.
Para esta paciente, comprar sus medicinas en el exterior es imposible, pues ameritaría un gasto de al menos 6.000 dólares mensuales.
Justo hoy, la ONG Convite publicó el Índice de Escasez de Medicinas correspondiente al mes de mayo. Los medicamentos para la diabetes tienen fallas del 100% y los antihipertensivos del 96%.
Ricardo Pérez padece esas cifras y debe resolver la escasez fuera del país. “Mi hermano tiene 78 años y padece párkinson, necesita Mirapex y Stalevo, ninguno lo hay en el país. Tenemos que traerlos de Colombia, al igual que la insulina de mi esposa que es diabética”, se quejó Ricardo Pérez, de 76 años de edad.
El Ministerio de Salud no se ha pronunciado al respecto de ninguna de las denuncias que los médicos y los pacientes han hecho en los últimos tres años en los que se ha agudizado la crisis de salud. Tampoco un funcionario se acercó a la manifestación opositora para conocer sus exigencias.
Sin embargo, el ex ministro Henry Ventura sí utilizó las redes sociales para rechazar el presunto ataque de un CDI de Barrio Adentro en el municipio Baruta.
La Guardia Nacional detuvo al joven Isidoro Gorrín en el distribuidor El Ciempiés
Algunos manifestantes huyeron de los cuerpos de seguridad por el río Guaire
Los médicos se colocaron frente a las tanquetas de la GNB
Un doctor tenía un guante para deshacerse de las bombas lacrimógenas
Una ballena carga contra un manifestante en el nivel superior de la autopista Francisco Fajardo a la altura del centro comercial Recreo
Un paramédico carga a un encapuchado que no podía caminar por golpes en las piernas
Médicos se subieron a una tanqueta en Chacaíto antes de que comenzara la represión
Una ballena defiende a la otra de un grupo de encapuchados
Manifestantes se protegen con escudos de las bombas lacrimógenas en el nivel inferior de la autopista a la altura del centro comercial Recreo
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