Fue el 31 de diciembre de 2019 cuando China notificó, oficialmente, la existencia de un nuevo tipo de coronavirus, el de la COVID-19. Sin embargo, las sospechas de su existencia se remontan a meses antes. A ellas se suma ahora la de la Escuela de Medicina de Harvard. Según sus investigadores, el nuevo coronavirus ya circulaba en agosto en China.
A principios de mayo, Christian Lindmeier, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó a países de todos los continentes, analizar las neumonías «sospechosas» de noviembre y diciembre, «incluso de octubre», ya que podrían ser «posibles casos de COVID-19».
Lindmeier ofreció su declaración después de presiones de países como Francia, Inglaterra y Estados Unidos sobre mal manejo de la información por parte de la OMS. El organismo de salud ha sido cuestionado en esta pandemia, especialmente su director general Tedros Adhanom Ghebreyesus, por no informar oportunamente. Los señalamientos provienen de países como Estados Unidos, Francia, Taiwán y, recientemente, Brasil.
El estudio de Harvard
Ante la falta de información de China, en los meses previos a diciembre, los investigadores de Harvard decidieron analizar imágenes satelitales y sacar patrones del movimiento alrededor de los hospitales chinos.
A principios de diciembre, el gobierno chino amenazó a Li Wenliang, primer médico que habló sobre el nuevo virus, con procesarlo por «diseminar falsos rumores». Li se contagió y murió a principio de febrero por COVID-19.
Sobre la base de estas imágenes de satélite, los investigadores de Harvard estudiaron los viajes al hospital. Descubrieron un incremento importante de vehículos que llegaban a cinco hospitales de Wuhan, la ciudad china origen del nuevo coronavirus. En agosto de 2018, el movimiento fue de 171 automóviles en los hospitales, y en agosto de 2019, de 285.
A esto sumaron que, en los motores de búsqueda chinos, aumentó la consulta de palabras clave relacionadas con el virus, como «tos».
Aunque no se puede asegurar que estos elementos sean prueba fehaciente de la existencia del Sars-CoV-2, como se llama científicamente al nuevo coronavirus, los médicos piensan que son evidencia y que «respaldan otro trabajo que mostraba que la emergencia ocurrió antes de la identificación del virus en el mercado de comida callejera de Huanan», según divulgaron los medios ABC y CNN.
«Se trata de armar un rompecabezas complicado», dice John Browntein, jefe de Innovación del Boston Children’s Hospital, y quien formó parte de la investigación. El médico también cree que esto comprueba que el virus es de origen natural, y surgió del mercado de animales de Huanan, en Wuhan.