Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó el lunes un informe que ilustra la amplitud del sexismo en el periodismo, ya sea en internet, sobre el terreno o en el seno de las redacciones, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Entre las periodistas, aquellas especializadas en derechos de la mujer y las que se ocupan de la información deportiva o política destacan como particularmente vulnerables a las agresiones, señala.
RSF interrogó a sus corresponsales y a periodistas especializados en las cuestiones de género en 112 países. El estudio registra los actos sexistas que sufren sus colegas mujeres. La lista va desde discriminaciones e insultos hasta acoso sexual, tocamientos, agresiones verbales y físicas de carácter sexual, amenazas de violación e incluso violación.
Problema más allá del sexo
“Tenemos la imperiosa obligación de defender el periodismo con todas nuestras fuerzas y frente a todos los peligros que lo amenazan, entre los que se cuentan las agresiones e intimidaciones sexistas y sexuales”, manifiesta expresamente el secretario general de RSF, Christophe Deloire, en el prólogo del informe.
“Es inadmisible que las mujeres periodistas estén sometidas a mayores riesgos y que tengan que defenderse en un frente adicional. Este frente además es múltiple, ya que se encuentra fuera de la redacción, aunque, en ocasiones, también dentro”.
«Ser mujer periodista significa a menudo acumular un doble riesgo. Además del peligro inherente a la profesión, está el de exponerse a la violencia sexista y sexual», según RSF.
La violencia en internet y en las redes sociales fue citada en 73% de las respuestas. Después de internet, el 58% de los encuestados indica el lugar de trabajo como un entorno “en el que se han cometido agresiones sexistas”.
Mujer periodista pierde en el deporte
Pero también ocurre en el terreno de trabajo (36%), como en Brasil, donde un grupo de 50 periodistas deportivas pusieron en marcha el movimiento #DeixaElaTrabahlar (#DejalaTrabajar) para denunciar los besos forzados a los que las someten los aficionados cuando cubren eventos deportivos en directo.
En Francia, cerca de 40 periodistas del diario deportivo L’Equipe se han unido para apoyar a sus colegas tras las denuncias de acoso en las “secciones de deportes “.
Otro sitio de abusos es el lugar de trabajo (58%), RSF recuerda las revelaciones que sacudieron algunas redacciones en varios países durante el movimiento #MeToo.
La sociedad también lo paga
La ONG cita el ejemplo de la presentadora danesa Sofie Linde, que durante la retransmisión de una gala explicó ante las cámaras cómo un alto responsable de la televisión pública le había propuesto favorecer su carrera a cambio de una felación. Unas 1.600 trabajadoras de los medios daneses publicaron después una carta en su apoyo, en la que afirmaron haber sido víctimas también de sexismo.
RSF también examina el impacto que estas agresiones tienen en el periodismo. Diagnostica de qué manera, la mayoría de las veces, el trauma sufrido conduce al silencio y reduce el pluralismo de la información.
Más allá del estrés, la ansiedad y el miedo, la violencia sexista y sexual llevó al 43% a cerrar -de manera temporal e o incluso permanente- sus cuentas en las redes sociales.
Esa violencia también las conduce a la autocensura (el 48%), a cambiar de especialidad (el 21%) e incluso a la renuncia (el 21% de los encuestados).
RSF propone una serie de recomendaciones para luchar contra el fenómeno. Incluye desde acciones de sensibilización, formación y consejos prácticos hasta la creación de responsables editoriales encargados de «cuestiones de género».