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Las Marcas, viaje a un itinerario de la belleza en la Italia profunda

Si tuviéramos que describir un viaje a Las Marcas con una sola palabra usaríamos "descubrimiento" y es que en la región del centro de Italia hay tantos lugares bellísimos llenos de historia, artes, paisajes, mar, colinas y buena mesa, relativamente poco conocidos, pero dignos de ser "descubiertos" por el viajero, a lo que hay que agregar la cordialidad y hospitalidad de sus gentes.

Italia Turismo
Eliana Loza
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Pésaro, situada en la costa centro-norte del mar Adriático, es conocida por ser la cuna del célebre compositor Gioachino Rossini (1792-1868). En efecto, se le llama «la ciudad de la música» y también «la ciudad de las bicicletas«, dos características que por sí solas nos dan la idea del agradable nivel de vida de sus habitantes, pero, fuera de Italia, no muchos saben que es solo una parte de los muchos tesoros artísticos, históricos y turísticos de la región de las Marcas norte, concentrados en el llamado «Itinerario de la Belleza«.

La ciudad rossiniana ha sido elegida «Capital Italiana de la Cultura 2024«, otro buen motivo para ir a conocer las múltiples sorpresas que nos depara, no solo Pésaro, sino toda la región marquesana.

Ya en octubre de 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (UNESCO) declaró a Pésaro «Ciudad Creativa de la Música«, un histórico resultado de un proceso en el que participan muchas realidades del territorio que se dedican a esta excelsa arte.

Rossini para todo el mundo

Obviamente, en Pésaro (95.296 habitantes) mucho gira alrededor de su más excelso hijo:

-El Museo Nacional Rossini, situado en el Palacio Montani Antaldi, que cuenta la vida del inmenso compositor -«el Cisne de Pésaro«- y la grandeza de su obra siempre actual con una serie de objetos, maquetas, partituras, instrumentos, fotos y trabajos audiovisuales para apreciar sus principales óperas, que ningún amante de la buena música, de cualquier edad, debe perderse.

Para contarnos vida y obra de Rossini, el Museo se ha valido de la estructura de una ópera, donde en la Obertura (Sala de los Espejos), se encuentra su piano Pleyel, un busto, un retrato óleo sobre tela que le hizo Vito D’Ancona y un gran cuadro con una vista de Pésaro.

I Acto (Salas 2, 3, 4 y 5) cuenta desde su nacimiento, el 29 de febrero de 1792, hasta 1821, su familia, sus maestros, las distintas etapas de sus éxitos dentro de Italia, su estadía en Nápoles.

Intermezzo «Rossini Renaissance» (Sala 6), un confortable lugar con un sistema interactivo donde se pueden escuchar las óperas preferidas y ver vídeos.

II Acto (Salas 7, 8, 9 y 10) Europa (1822-1824). París, primer acto (1825-1830). Regreso a Italia (1830-1855). París, último acto (1855-1868).

Un moderno museo para un compositor siempre actual, inmortal.

Partituras en composiciones de Gioacchino Rossini

-La Casa Natal de Rossini, en el número 34 de la calle que lleva su nombre, es un museo multimedia que conserva estampas, grabados, retratos y partituras autógrafas, uno de sus pianos (el fortepiano de la época) y, en el último piso, un espacio dedicado al Rossini «Gourmet» -se sabe que el maestro era un gran amante y conocedor de la buena cocina-, este proyecto se extiende a toda la ciudad con recetas y eventos enogastronómicos dedicados al compositor.

-El Teatro Rossini, que fue inaugurado en 1637 como Teatro del Sole, tras varias transformaciones, en 1818 se inaugura como Teatro Nuovo con una representación de «La gazza ladra«, dirigida por el propio Gioacchino Rossini, ya famoso a sus 27 años de edad. Será en 1885 que el teatro es rebautizado con el nombre del compositor. Después de una reestructuración concluida en 1980, la reapertura del teatro marca un intensa vida artística con la creación del Rossini Opera Festival.

Retrato de Gioacchino Rossini

Satisfechos de la inmersión rossiniana, vale la pena un recorrido por los Museos Cívicos del Palacio Mosca, donde se pueden apreciar obras maestras como «La coronación de la Virgen» de Giovanni Bellini o «La caída de los gigantes» de Guido Reni. Además, se destaca una importante colección de objetos en mayólica y la «Sonosfera», inaugurada en 2020, un teatro circular donde un audiovisual permite profundizar las técnicas de Rafael en «La Escuela de Atenas».

Muy cerca de Pésaro, un paseo a Casteldimezzo nos muestra la belleza de las costas mientras se sube la colina, que goza de una vista espectacular sobre el mar. En las cercanías se encuentra la casa veraniega del inmortal tenor Luciano Pavarotti. En la cima, el Santuario de Casteldimezzo, que, según la tradición popular, el 14 de septiembre de 1500, tras una tormenta, fue encontrada en la playa una caja que contenía un bello crucifijo de madera, obra de arte veneciana del ‘400, inmediatamente contendido entre los señores de Gabicce Monte y Casteldimezzo, se decidió resolver el asunto mandando un par de terneros atados a un carro, el objeto sacro se quedaría donde se detuvieran los animales, lo que ocurrió frente a la iglesia de los Santos Apolinar y Cristóbal, aún se puede apreciar allí.

La Belleza como proyecto de comunicación

La Belleza (con B mayúscula, insisten los organizadores marquesanos) es el tema central de un proyecto de comunicación concebido por Amerigo Varotti, a quien, estando en tierras rossinianas, podríamos considerar un verdadero «factótum de la ciudad» como cantaría Figaro en «El barbero de Sevilla«.  Es el director de Confcommercio Marche Nord, la entidad regional de la Confederación General Italiana de las Empresas, de las Actividades Profesionales y del Trabajo Autónomo, pero, con la gran experiencia que le permite un extenso currículum multifacético, dedica todo su tiempo a impulsar el turismo de esta zona, que se ha visto afectado por la pandemia y, más recientemente, por la agresión rusa a Ucrania, ya que muchos visitantes provenían de esas zonas.

El de Varotti no es un trabajo, sino un estilo de vida, gran conocedor del territorio y su cultura, desde hace seis años planifica itinerarios, que en su totalidad abarcan 21 ciudades, escribe libros-guías y no cesa de defender las bondades de su región en todos los escenarios imaginables. 

Los números le premian, a fines de noviembre 2022, la provincia de Pésaro-Urbino registró 638.583 visitantes (+ 15,47% respecto a 2021) y un total anual de 3.085.000 presencias (+ 20,88).

«El verdadero resultado de nuestros seis años de trabajo es haber hecho comprender a ciudades grandes y pequeñas la exigencia de presentarse en el mercado del turismo con una propuesta integrada. Trabajar juntos es una ventaja para todos, desde las ciudades de arte hasta los pequeños burgos tierra adentro», explica Varotti.

Agrega que esta integración logra presentar todo lo mejor de la región Marcas-norte: artes, con pintores como Rafael Sanzio de Urbino y compositores como Rossini, por citar los dos más célebres mundialmente, sugestivos paisajes entre montañas, ríos y mares, lugares históricos, así como excelencias de la cocina local y pequeños pueblos que son verdaderas joyas, «…¿Qué nombre sería más apropiado para describirlo que «Itinerarios de la Belleza»?«. ¡Así de sencillo!

URBINO

Desde 1998, Urbino es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Fue uno de los centros más importantes del Renacimiento italiano, del que conserva la herencia arquitectónica, situado sobre las colinas del Valle del Metauro, aparece al viajero, repentinamente, en la lejanía, con su imponente Palacio Ducal, edificio que representa el corazón de la ciudad y su historia.

El Palacio Ducal, «una ciudad en forma de palacio» como fue descrito por el humanista Baldassarre Castiglione (1478-1529), fue encargado por Federico da Montefeltro y realizado por Luciano Laurana entre 1466 y 1472. En estilo renacentista, de sobria decoración y por sus «trucos» arquitectónicos y el Patio de Honor es una de las realizaciones emblemáticas de la cultura de la perspectiva del Renacimiento urbinate.  Desde 1912, es sede de la Galería Nacional de las Marcas, donde se conservan cuadros de Rafael Sanzio, Federico Barocci, Piero della Francesca, El Greco, entre otros.

El hijo más célebre en la historia de Urbino es uno de los pintores y arquitectos más importantes del Renacimiento y de la Historia del Arte universal, Raffaello Sanzio (Rafael), nacido en 1483, en una casa que se encuentra en el número 57 de la calle que hoy lleva su nombre. Único hijo del también pintor Giovanni Santi, el apellido Sanzio podría ser una derivación de Sancti, traducción latina de Santi.

“Retrato de Dama, llamada “La Muta” (1508)
Rafael Sanzio (1483-1520)
Galería Nacional de Urbino

El pequeño Raffaello pudo dar sus primeros pasos en el taller de su padre, de quien aprendió las bases técnicas del fresco y tuvo la suerte de tener acceso al Palacio Ducal, donde podía estudiar los cuadros de Piero della Francesca, Pedro Berruguete, Antonio del Pollaiolo o Melozzo da Forlí. Su padre murió cuando él tenía 11 años, durante su adolescencia alcanzó rápidamente su madurez artística y tuvo una intensa y prolífica actividad profesional en su breve vida, es considerado como uno de los máximos intérpretes del concepto estético de la belleza. Murió en Roma en 1520 y su tumba se encuentra en el Panteón de esa ciudad.

Un verdadero «descubrimiento» en Urbino es el Oratorio de San Juan con sus maravillosos frescos que representan la vida del Bautista.

Frescos en el Oratorio de San Juan. Urbino
Altar del Oratorio de San Juan. Urbino

Urbino también se jacta de tener una de las universidades más antiguas de Europa (1506).

Mondavio

En medio de un sereno paisaje de suaves colinas, surge Mondavio, de 3.795 habitantes, que integra la lista de los «Burgos más bellos de Italia«. Como ocurre frecuentemente en nuestro «Itinerario de la Belleza«, no importa cuán pequeño sea un pueblo, siempre tiene por lo menos una catedral, un museo y un teatro, que suelen ser verdaderas joyas, aquí se impone dominante una fortaleza del ‘400, la Roca Roveresca«, construida entre 1482 y 1492 por voluntad de Giovanni della Rovere, Duque de Mondavio, se yergue sobre una base octogonal y paredes trapezoidales, realizada por Francesco Di Giorgio Martini y considerada una obra maestra de la arquitectura militar del Renacimiento. La Roca corrió con suerte pues nunca fue asediada, ni se ha disparado nada desde sus cañones, perfectamente conservada, quedó como herencia de la historia de esta pequeña ciudad que hoy la aprovecha como sede del Museo de la Revocación Histórica y de la Armería.

Vista de Mondavio

A pocos pasos de la Roca, en los muros de la ciudad, mimetizado entre edificios privados y recientemente restaurado, surge el pequeño Teatro Apolo, de 120 butacas, que en el ‘800 hospedó una intensa actividad cultural. Fue construido a partir de una iglesia dedicada a San Felipe Neri, desconsagrada, de la que queda solo la cripta subterránea. El pavimento del patio se puede subir al mismo nivel del escenario para que sirva de espacio para fiestas.

Mondavio se enorgullece de poder desplegar la «Bandera Anaranjada», que es un reconocimiento de calidad turístico-ambiental otorgado por el Touring Club Italiano y la «Bandera Amarilla», que premia las localidades o estructuras que se destacan en hospitalidad y servicios a favor del «turismo del movimiento», especialmente, en los pueblos y en las zonas costeras.

Roca Roveresca. Mondavio

Pérgola y Museo de los Bronces

Concluye el viaje por esta región italiana, relativamente poco conocida, entre arte, historia y naturaleza, con visitas al sorprendente Museo de los Bronces Dorados de Pérgola y, siguiendo la vía Flaminia, a las ciudades de Fano y Fossombrone.

Puerta con el Arco de Augusto. Fano

Pérgola

En el «Itinerario de la Belleza«, una de las mayores sorpresas fue «descubrir» el Museo de los Bronces Dorados y de la ciudad de Pérgola, que guarda en una de sus salas un extraordinario grupo escultórico proveniente de época romana, único conocido hasta ahora elaborado con esos metales.

El 9 de junio de 1946, en la localidad de Cartoceto di Pérgola, mientras excavaban la tierra para construir un canal de recolección del agua pluvial, las palas de los hermanos Pietro y Giuseppe Peruzzini se toparon, casualmente, con un insólito pedazo de metal, siguieron excavando y encontraron en una fosa de unos 4,5 metros de ancho y una profundidad de 1,60 metros, un total de 315 piezas de bronce dorado de diversos tamaños, además de una infinidad de partes de un verdadero «puzzle» en el que se reconocían las cabezas y las patas de dos caballos, un busto y dos piernas masculinas y la parte superior e inferior de una figura femenina.

Pérgola: Bronces dorados romanos

Después de muy largos y complicados trabajos de restauración y de una dura disputa, incluso por vía judiciaria, entre Ancona (capital de la región de Las Marcas) y Pérgola por la posesión de las estatuas de bronce, el Ministerio para los Bienes y las Actividades Culturales decidió que el hermoso grupo se quedara en la zona donde fue encontrado (aunque en Ancona no se dan por vencidos).

Para ello fue organizado el Museo de los Bronces Dorados y de la Ciudad de Pérgola en el ex Convento de San Giácomo (1390 ca.), agregándole secciones de varias épocas históricas y artísticas, fue inaugurado el 9 de octubre de 1999. Allí, finalmente, se pueden apreciar estas fascinantes obras maestras en una sala hecha a propósito y completada en 2019 con un audiovisual explicativo.

Las estatuas exhibidas son dos figuras de mujer (la mejor conservada mide casi 2 metros), un hombre en vestimenta militar sobre un caballo bien ornamentado y otro caballo, igualmente ornado lujosamente, donde sólo se aprecia el calzado del caballero que lo montaba.

Son muchas las hipótesis que giran alrededor a la identidad de de estos personajes, una de las cuales los ubica en el siglo I de la era cristiana y podrían pertenecer a la familia del emperador Tiberio, de la dinastía Julio-Claudia, otras los ven como miembros de la estirpe Domicios Enobardos o parientes del senador Sentinum Marco Satrio.

Será muy difícil identificarlos, pero lo cierto es que el drapeado de la vestimenta de la mujer, así como su anillo denotan a una familia de alto rango y la decoración en los caballos representando a Marte en reposo indican una operación militar concluida exitosamente. El motivo de su destrucción supone que haya estado en manos de saqueadores, posiblemente con la intención de fundir el bronce y el oro para revenderlos que, al ser descubiertos y perseguidos, destruyeron y enterraron las piezas; otra versión, menos probable, es que hayan sido víctimas de la damnatio memoriae, costumbre romana de borrar toda huella de las personas caídas en desgracia política.

Las otras salas del Museo son:

Sección Arqueológica, con mosaicos polícromos y objetos funerarios de tumbas de la época romana encontradas en la zona de Pérgola.

Sección Numismática, que comprende 238 monedas, la mayoría del período precedente o contemporáneo a las primeras campañas napoleónicas, cuando las dificultades económicas del Estado Pontificio llevaron a abrir en la zona casas de para acuñar monedas.

Sección histórico-artística, con una serie de pinturas, esculturas, obras en madera y dibujos situados entre los siglos XV y XVIII que concentran el patrimonio artístico de la ciudad, entre las que se destacan el políptico de San Giácomo, la «Piedad» de la iglesia de San Agustín y la estatua de madera del patrono San Segundo, entre muchas otras.

Sección de Arte Contemporánea, presenta una serie de obras del artista pergolés Walter Valentini (1928-2022), reconocido internacionalmente en el campo de la gráfica y el grabado, de estilo abstracto.

La gestión del Museo está en manos de Confcommercio Marche-Nord, una clara demostración de cómo la organización desarrolla una intensa actividad en el sector del turismo y de la formación profesional, así como en las actividades culturales. Se ocupa también se la gestión de los museos de Mondavio y Fossombrone y sostiene al Instituto Superior de Turismo y Nuevas Tecnologías de las Marcas, organizando cursos de especialización turístico-culturales.

Desde 2018, Pérgola (5.809 habitantes) forma parte de los «Burgos más bellos de Italia«, importante y activa asociación nacida en 2001 para impulsar el gran patrimonio de historia, arte, cultura, ambiente y tradiciones de los pequeños pueblos (burgos) italianos que, en su mayoría, no entran en los habituales enormes flujos turísticos del país.

Fano

Fanum Fortunae, el Templo de la Fortuna, de allí viene su nombre, fue un centro romano construido alrededor del lugar de adoración de la diosa Fortuna, en una época no precisada, antes de la Colonia Iulia Fanestris ordenada por el emperador César Octaviano Augusto, supuestamente, después de la exitosa batalla del río Metauro (segunda Guerra Púnica, 207 A.C.) cuando las legiones romanas, comandadas por los cónsules Marco Livio Salinatore y Gaio Claudio Nerone -encomendados a la diosa-, derrotaron al ejército cartaginés de Asdrúbal. Así, la historia milenaria de Fano es una herencia que ha forjado su rica identidad cultural.

Estatua de la diosa romana Fortuna, encontrada en las fundaciones de la Catedral de Fano, después de haber sido destruido su campanario por el ejército Nazi.
Museo Arqueológico. Palacio Malatestiano. Fano

Gracias a su posición estratégica en la aún existente y activa vía Flaminia, que comunica Roma con las ciudades centro-norteñas del mar Adriático, la importancia de la ciudad creció hasta ser elevada al rango de colonia por Augusto, que la proveyó de una monumental puerta de acceso -el Arco de Augusto-, de la muralla que todavía es en gran parte visible y de monumentos públicos, como el foro, el teatro y el anfiteatro.

La historia de Fano, desde la época romana, la llegada de los bárbaros, las pugnas medievales, hasta la ocupación de los nazis, está llena de invasiones, destrucciones y sucesivos renacimientos.

Caminando por Fano «descubrimos» varios testimonios de la atribulada historia de esta zona. Al entrar, pasamos por el Arco de Augusto, paseamos en una ciudad muy agradable (59.723 habitantes) y nos encontramos con un día de amplio mercado callejero con toda clase de productos a la venta, de pescado fresco a vestidos de playa, desde diferentes tipos de panes y dulces a multicolores carteras de cuero y, sobre todo, con la gran cordialidad, simpatía y hospitalidad de su gente.

Nos topamos con un edificio de apariencia común, en el que su nuevo dueño inició una reestructuración, pero tuvo que suspenderla porque en las fundaciones encontró, casualmente, restos de una construcción romana. Es una situación frecuente en Italia, basta excavar un poco más de lo acostumbrado para encontrarse con algo que amerita el cese de los trabajos y la visita de la Superintendencia de los Bienes Culturales para averiguar de qué se trata y cuánta relevancia histórica pueda tener. En este caso, se sospecha que pueda tratarse de los vestigios de la Basílica de Vetruvio, de ser así, estaríamos frente a un descubrimiento de suma importancia, es demasiado pronto para saberlo, pero sería una feliz ironía del destino, pues la calle donde está situado el edificio es, casualmente, vía Vitruvio, el célebre arquitecto romano que describió su Basílica en el V libro de su tratado «De Architectura«, desde entonces, principal referencia de la arquitectura de Occidente.

Puerta con el Arco de Augusto. Fano

Entre 1355 y 1463, Fano fue gobernada por la dinastía de los Malatesta, que dio prosperidad a la ciudad e impulsó las artes. En 1463, luego de un duro asedio, los Malatesta fueron derrotados por Federico de Montefeltro, pero los habitantes se negaron a pertenecer a su Ducado pasando Fano al Estado Pontificio, del que formó parte hasta la Unificación de Italia. En los siglos XVI y XVII, Fano gozó de una autonomía que dio pie a un importante desarrollo económico, se inauguró el Puerto Borghese que le dio un gran impulso a su condición de ciudad portuaria. Esa prosperidad significó también el auge de la cultura y las artes.

En nuestro caminar, dejamos atrás el bullicio callejero para llegar al Palacio Malatestiano sede del Museo Arqueológico y de la Pinacoteca. Este museo cívico comprende objetos y obras que van desde la Prehistoria hasta el siglo XX.

Comienza con un artefacto, que luce como una piedra y servía, entre muchas otras cosas, para cortar, de hace 100.000 años, siguen una serie de objetos del Paleolítico y el Neolítico. En las diferentes salas contiguas se exhiben cerámicas de la época de los picenos (antiguo pueblo itálico que vivió en el actual territorio de las Marcas y Abruzzo entre los siglos IX y III A.C.), así como mosaicos, posiblemente provenientes de termas, y varios mármoles romanos.

Siguen las esculturas de época romana, entre las que se destacan una estatua del emperador Claudio y su hijo Británico y otra, sin cabeza, de la famosa diosa Fortuna, que fue descubierta en el subsuelo de la Catedral durante los trabajos de reconstrucción, luego de haber sido destruido el campanario por el ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes en retirada, cuando ya no tenían motivo para combatir, mucho menos contra civiles, decidieron destruir a su paso todo lo que pensaban que podría ser útil al enemigo, en esta locura bélica bombardearon, entre otros edificios, 7 campanarios que no tenían ninguna importancia militar, solo por el perverso placer de terminar con la cultura italiana.

En otra ala del Palacio se encuentra la Pinacoteca, una de las principales de las Marcas. Entre las obras más importantes, podemos admirar un retablo de Giovanni Santi -padre del célebre Rafael- «Madonna con el Niño, entre los santos Elena, Zacarías, Sebastián y Roque«, que fue salvado de la Iglesia de la Santa Cruz, bombardeada en la Segunda Guerra Mundial; el tríptico «La Virgen de la Humildad«; el imponente políptico del veneciano Michele Giambono, popularmente conocido como «La Madonna con la Rosa Malatestiana«; «Ángel de la Guarda» (1641) de Giovan Francesco Barbieri, llamado «el Guercino; y el retablo proveniente de la Iglesia de San Miguel, que representa al Arcángel derrotando al demonio y el milagro de la resurrección de Lázaro (1532-34) de Pompeo Morganti, entre muchas otras pinturas.

La Fano de hoy en día también es ciencia, ya que es sede del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Bolonia. Además, organiza los cursos internacionales en la Vitruvius Summer School, este año con el tema «El Arco, de la antigüedad al mundo contemporáneo».

La historia en Fano llega hasta la fiestas, con el carnaval y sus festividades «in costume«, es decir, vistiendo los trajes de las épocas históricas a las que están dedicadas: «La Fano de los Césares», en la que se presenta un variado programa cultural e, incluso, se organiza una carrera de carruajes romanos («bighe«) a la manera de «Ben Hur»; el «Palio de las Contradas», típicamente medieval, con los desfiles de tamborileros y «bandieranti«, juegos con las banderas de cada barrio. Verdaderamente, el calendario de eventos de Fano es enorme, no olvida nada, ni nadie.

Fossombrone

Atravesada por la vía Flaminia, que se vuelve Corso Garibaldi -con sus elegantes pórticos- cuando pasa por el centro de la pequeña ciudad encajonada en la montaña, Fossombrone (Forum Sempronii) también nos depara sorpresas a quienes la visitamos por primera vez.

En esta localidad de 8.984 habitantes, «descubrimos» la Iglesia de San Felipe con un inesperado deslumbrante altar barroco y la Casa Museo y Cuadrería Cesarini, perteneciente al notario y coleccionista Giuseppe Cesarini (1895-1977), además de la interesante intimidad de la casa, se aprecia una significativa exposición de pintura, escultura y gráfica contemporánea de la región. La mayoría con la autoría de Anselmo Bucci (1887-1955), coterráneo y amigo del notario, que fue uno de los fundadores del grupo «Novecento», corriente artística de principios del siglo XX de la que el artista se alejó cuando el fascismo quiso atraerlo a su ideología. La colección posee, además, obras de Giorgio Morandi y Marino Marini.

Altar de la Iglesia de San Felipe. Fossombrone

Entre las mayores atracciones de Fossombrone están algunos de sus paisajes, como el Puente de la Concordia sobre el río Metauro, la Marmitta dei Giganti (Caldero de los Gigantes) profundas depresiones que nacen de erosiones fluviales de glaciares derretidos y forman pozos en las rocas y la paradisíaca reserva natural de la Gola del Furlo, una garganta situada entre los montes Pietralata y Panaguccio, creada por la fuerza erosiva del río Candigliano, afluente del Metauro.

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