Los familiares de los mineros presuntamente asesinados el pasado viernes, fueron apoyados por vecinos de Tumeremo, estado Bolívar, y cerraron la entrada al pueblo. Exigían a los cuerpos de seguridad del Estado que les entregaran los cadáveres de sus allegados. «A diferencia de los demás exterminios que se han conocido en la zona, este sí tiene dolientes», especificó De Grazia al explicar que en los otros casos, no se atreven a delatar.
Los residentes de Tumeremo no han abierto el paso a la localidad a pesar de que la comisión prometida por el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, compuesta por el Ministerio Público (MP) y militares, intentó llegar a un acuerdo con los familiares para que cesaran la protesta. A cambio, la Fiscalía prometió investigar los hechos.
Foto: Fabiola Ferrero
El parlamentario reiteró que el asesinato de los 28 trabajadores hizo que el «pueblo se pusiera firme al lado de los familiares» y detalló que los tumeremenses saben dónde están los cuerpos descuartizados porque no es la primera vez que sucede, pero que no se atreven a hablar.
Casi detienen a los sobrevivientes
Solo dos sobrevivientes osaron comparecer ante los fiscales designados por el MP, los abogados Merving Ortega y Marcos Hernández. El parlamentario no reveló los nombres de los testigos.
De Grazia contó que mientras declaraban, la GNB irrumpió en el sitio y pretendía llevárselos detenidos. «Los fiscales se los sirvieron en bandeja de plata a la Guardia Nacional», dijo. No obstante, los familiares y vecinos «casi queman el sitio para protegerlos y evitar que se los llevaran», relató el diputado de la Unidad.
Todo esto sucede en el marco de la puesta en funcionamiento del Motor Minero, uno de los 14 programas del Gobierno para activar todos los sectores de la economía. El proyecto no ha sido bien detallado. Sin embargo, ya comenzaron el proceso de devolver las minas a sus antiguos dueños como la canadiense Gold Reserve. «Quiero ver cómo van a entregar esas minas que acumulan más de 10 mil hombres armados«, señaló el legislador.
Dame mi parte de la torta
Los funcionarios policiales son muy temidos en el sur del país. De Grazia aseguró que existe una «sociedad cómplice entre las bandas criminales que operan las minas ilegales y la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía del Estado Bolívar y demás organismos que «custodian» el área. Es imposible que las armas de las que se valen los delincuentes pasen desapercibidas, dijo el diputado.
La Guardia ejecuta sus acciones en la rica zona minera del país bajo la máxima de «Dame mi parte de la torta». «El oro, los diamantes y el coltán se los llevan por los caminos verde oliva», afirmó el legislador. Es sospechoso, continuó, que en esa zona del país haya cinco bandas criminales y siete cuerpos de seguridad del estado -como el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), el Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas (Cicpc), la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía del Estado Bolívar (PEB), entre otros. «Todo lo que sucede ahí, pasa con el visto bueno de los militares», insistió.
Aparte de las acciones de los policías y la Guardia, el gobernador de la entidad, Francisco Rangel Gómez, aseguró en el canal Venezolana de Televisión (VTV) que no hubo masacre en Tumeremo, que eso era una cocción de De Grazia. El mandatario regional insistió en que se produjo “un enfrentamiento” entre bandas por el control de la minería ilegal en la zona, que no dejó heridos.