El 22 de abril de 2016 la sala del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -convertida en brazo legislativo del gobierno de Nicolás Maduro- acordó suspender de forma cautelar varias disposiciones del reglamento de funcionamiento interno de la Asamblea Nacional, tras una acción iniciada en el año 2010 por parlamentarios de oposición pero, que había sido engavetada hasta el momento de la sentencia.
De igual manera en los pasillos del Parlamento, los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ya saben sobre esta posible sentencia de la Sala Constitucional, sin embargo se muestran cautelosos sobre lo que pudiera ocurrir ante esta decisión.
El 26 de abril, los diputados del oficialismo abandonaron sus curules en el hemiciclo de sesiones luego que el diputado Pedro Carreño diera lectura a la sentencia del TSJ, que suspendía el reglamento, aludiendo que no se podía llevar a cabo la sesión porque la misma no se había convocado 48 horas antes.
El presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup contentó: “nuestro reglamento no puede ser modificado caprichosamente con principios que no están establecidos en la Constitución”, por lo que ese día el parlamento legisló igualmente.
Se espera que la decisión se dictada en cualquier momento, de hecho, si en la oposición juramentan a los diputados de Amazonas, publicarán la sentencia, dijeron las fuentes.
Los principales exponentes del chavismo han dado indicios en sus redes sociales de la trama contra la Junta Directiva de la :
«La asamblea está en desacato abierto a la constitución y a la sentencias del TSJ», escribió el presidente Nicolás Maduro en su cuenta en Twitter.
“Si la AN no acata las sentencias del TSJ está en violación flagrante y desacato”, escribió recientemente Pedro Carreño también en, el terreno donde más se ventila públicamente la guerra institucional en Venezuela.