Venezuela

De: Cliver Alcalá Para: Nicolás Maduro y Diosdado Cabello

Con sus declaraciones de reciente data respecto a la realidad nacional, Cliver Alcalá Cordones pasa a engrosar la lista de jerarcas chavistas que, frente al significado de esta crisis, se ha decidido a hablar en castellano.

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Alcalá integra la reciente lista de buscados por el gobierno estadounidense, pero asegura que trabaja con estos para realizar operaciones contra Maduro

Hay personas que desconfían de la matriz e intenciones del declarante, afirmando que se hacen a destiempo, o insinuando que pueden obedecer a alguna desavenencia personal de monta doméstica. En el trazo grueso, dentro del marco general de la situación actual, si es esto o no cierto, poco importa. De lo afirmado por Alcalá Cordones deberíamos extraer, pienso, las implicaciones de su mensaje. El Mayor General Alcalá Cordones tuvo un enorme poder hasta hace muy poco tiempo; ha formado parte del estamento cívico militar dirigente de este país, y ha emitido unas declaraciones de una enorme claridad y crudeza, que desmienten, en toda la línea, la estrategia discursiva de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Aristóbulo Istúriz y otros dirigentes políticos responsables de la crisis nacional.

Ha afirmado el militar, entre otras cosas, que la perspectiva de un Referéndum Revocatorio podría funcionar como una solución política viable, y que no debería mortificar al PSUV. Ha dicho, también, que si la guerra económica existe es porque ha sido fabricada dentro del antro de nexos e ilegalidades existentes en el propio gobierno. Alcalá Cordones ha sido el primer alto miembro de la nomenclatura chavista que  pueda recordarse se ha atrevido a plantear, en público y con todas sus letras,  los alcances en torno a los negocios del diferencial cambiario; la corrupción en la importación de comida; los negocios de las Fuerzas Armadas; la dolorosa sangría de divisas y los daños patrimoniales que se produjeron en la orgía de la corrupción chavista. Sus alusiones al ministro de Alimentación, Carlos Osorio, no fueron nada indirectas.

Dio, de pronto, en poco párrafos, Cliver Alcalá Cordones, con el verdadero relato de la catastrófica situación nacional.  En una línea relativamente similar, con las variaciones del caso, han venido emergiendo voces adicionales en el universo chavista, demandando cambios, objetando la marcha del país, pidiendo transparencia, cuestionando la autoridad de Maduro, aceptando mentalmente la posibilidad del Referendo, preocupados, seguramente, por el destino final de la revolución chavista.

Son voces que por ratos despiertan a la realidad. Miguel Pérez Pirela, uno de los formadores de opinión más populares en el chavismo, coincide con Alcalá Cordones en torno a la hipótesis de la consulta nacional, que no descarta, y ha llegado a asumir en algunas entrevistas que el gobierno y Maduro tienen una responsabilidad objetiva en esta crisis.  Esto es lo que hace tiempo desarrolla Nicmer Evans, Haider Barreto, los conductores del portal Aporrea, y muchos de sus articulistas.   Eustoquio Contreras se ha pronunciado exigiendo mejoras y demandando rectificaciones. Miguel Rodríguez Torres ha objetado en estancamiento en la lucha contra la inseguridad y ha hablado de la necesidad de gobernar para todos.

La fila del desencanto no es tan escueta como algunos suponen. La integran también, hace rato, pidiendo transparencia, exigiendo honestidad, cuestionando la doble moral del equipo de gobierno chavista y exigiendo responsabilidad política, Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro, e incluso, sin negar su responsabilidad intransferible en el actual caos económico, Jorge Giordani. No quieren pasarse a la oposición. Nunca lo harán, y eso a la MUD probablemente tampoco le interese.  No se trata de eso. Lo que importa es que, sin abandonar sus posiciones, han roto, al menos en parte, las filas del silencio que enloda al grueso de la sociedad de cómplices del chavismo.

Sobre las diferencias políticas de todos los ciudadanos, en un momento como este, debería primar la idea del bien común, la noción de la eternidad del proyecto nacional venezolano como un horizonte colectivo. El testimonio que están prestando estas personas con sus declaraciones de esta hora tiene su valor. Lo que están afirmando desmiente la impostura de José Vicente Rangel, Jorge Rodríguez, y otros mentirosos impresentables de carácter histórico. 

Son personas que están engrosando un espacio en torno al cual, en la Venezuela de la reconstrucción, dentro de las diferencias, quizás, podría llegarse eventualmente a coincidir en el marco de la reconstrucción institucional del país.

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