Venezuela

Paradojas

Las contradicciones que habitaban en la sociedad venezolana se confrontaban con educación, no sólo en la escuela, en los medios, desde la clase política, y económica.

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Marcha en la Avenida Libertador
Foto: Carlos Hernández

La mayor sorpresa del 1 de septiembre fue comprobar que estamos en un carril que parecía utópico: sacar a gritos a un gobierno milico y comunista. No hay precedentes pero siempre hay una primera vez. No todos los entendíamos. Pero creo que ahora todos lo sabemos.

También hay gente que no entiende que este no es un proceso en el que tener la razón importe. Estamos luchando  contra un régimen fanatizado y arrinconado, sin prurito para cagarse en la leyes, usar el narcotráfico como recurso, el petróleo como usufructo y las armas para eliminar a su propio prójimo. María Corina no lo entiende. O no lo ha querido entender.

Tampoco quieren entender otros que la capacidad del chavismo para hacerle tres trompetillas a la institucionalidad: vaciaron a la AN de poder, se hicieron un TSJ inventado, impusieron un gobernador en Miranda, y una autoridad metropolitana. Qué nos hace pensar que habrá revocatorio o elecciones regionales, e incluso presidenciales, y que si las hay, se buscarán una pamplinada legal para vaciar los resultados de poder?

Los objetivos no son los eventos. Los eventos son herramientas. De lo que se trata es de sacar a una mafia ilegal y violenta del poder, sin armas. No luce fácil, pero luce imparable. Es un gobierno inviable en lo interno, en lo logístico, en los práctico, en lo económico, en lo político. Lo único que los fortalece es no tener salidas.

Al otro lado, un pueblo cansado. Pero ah, no un pueblo víctima. Es un pueblo que ha sido responsable de toda la desgracia que está viviendo. Para engañar se necesita un engañado, y en este caso, muchos engañados protagonizaban la viveza de tener sin ganárselo, de robar, de humillar al otro.

Las contradicciones que habitaban en la sociedad venezolana se confrontaban con educación, no sólo en la escuela, en los medios, desde la clase política, y económica. Y no hicimos sino profundizarlas.

Pero eso ya pasó. Estamos peor. Muchísimo peor. Peor que nunca antes. El tema es asumir responsabilidades. El señor humilde, la que se las dio de viva, el que cambió un voto por una lavadora, la de las importaciones chimbas, el cómplice. Asumir y aprender. Y hacer tu parte. Nadie va a decírselo a nuestros compatriotas? Es demasiado impopular ser honesto? No vale la pena el riesgo?

Siempre es complicado escribir desde Miami. Pero más complicado haberse quedado sin raíces, viviendo eternamente en una cultura que no es tuya, sin tus amigos, rezando para que tu madre esté bien, para que tus sobrinos estén sanos, para que un día tus hijos puedan visitar Venezuela con alegría.

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