El Callao, un carnaval que celebra el mestizaje
Al son de los tambores metálicos del calipso, el carnaval de El Callao congrega anualmente a miles de personas en una fiesta que realza la fusión cultural de este pueblo minero del sur de Venezuela.
Con un siglo de historia, el festejo mezcla el folclore local con las tradiciones de los migrantes de las Antillas francesas y británicas que llegaron en el siglo XIX atraídos por la fiebre del oro.
Su escenario entre enero y marzo es El Callao, población de 20.000 habitantes en el estado Bolívar.
El desfile reúne a nacionales y extranjeros con las ‘madamas’, los ‘diablos danzantes’ y los ‘mediopinto’, hombres tiznados con carbón que piden dinero a los transeúntes a cambio de no mancharlos.
Con trajes multicolores, grandes turbantes y collares, las ‘madamas’ recuerdan a las antillanas de habla francesa e inglesa que atendían las casas de los jefes mineros, mientras que los ‘diablos’ resguardan la comparsa con látigos y enormes máscaras de cuernos y colmillos.
«Ahí va al ritmo del tambor, moviendo el esqueleto el carnaval de El Callao, este sincretismo hermoso que nos conecta con el gran Caribe», celebró este jueves el presidente Nicolás Maduro la designación de la festividad como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco.
Para Casimira Monasterio, investigadora de la cultura afroamericana, es «un reconocimiento a nuestros ancestros».
«Es la congregación de la comunidad de El Callao para encontrarse con el otro, y también es importante para el mundo afro porque el tambor nos reconcilia con nuestro cuerpo», declaró a la AFP.
La antropóloga destaca a las ‘madamas’ por su «voluntad de mantener a la familia y la comunidad, pues el pueblo queda en manos de ellas» cuando los mineros se van a trabajar.
Cree que la distinción a El Callao es una oportunidad para mostrar su arquitectura: «Es como si se hubiese trasplantado una población de las islas (caribeñas) a la selva venezolana».
Sin embargo, previendo un aumento del interés por el carnaval, Monasterio pide que las autoridades mejoren la infraestructura del pueblo y así la exaltación resulte provechosa.
