Venezuela

"Queremos vivir", exigen pacientes trasplantados frente a la sede del Seguro Social

Ante el riesgo y la angustia de perder sus órganos trasplantados, pacientes crónicos se concentraron este jueves en las inmediaciones de la sede del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), en el centro de Caracas, para exigir medicinas y tratamiento.

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Natasha Albarrán teme por su vida: su hermano le donó el riñón hace 14 años y hace seis meses que no consigue los medicamentos CellCept, Rapamune y Prednisona para su tratamiento en las farmacias de alto costo del Seguro Social.

Confiesa que resiste gracias a donativos de conocidos o allegados. «Estamos bastante alarmados por la situación. Vivo de los donativos de los compañeros porque por mi cuenta no puedo comprar medicamentos», expresó la comerciante a El Estímulo.

Explicó que este miércoles adquirió Micoflavin en seis millones de bolívares gracias a una amiga que le prestó el dinero. «Es un medicamento genérico y solo me dura 12 días. ¿Después qué hago?», se preguntó la madre de dos hijos.

Con la consigna «Queremos vivir» y ante la ausencia de una respuesta por parte del Gobierno nacional, los enfermos crónicos salieron a las calles este jueves para exigir su derecho a la vida, además de medicamentos y soluciones eficientes ante la grave crisis de salud. Alrededor de 20 personas se concentraron en las inmediaciones del Seguro Social para plantearle sus demandas al actual presidente del instituto Luis López.

«No nos moveremos de aquí hasta que nos atiendan», gritaban. Denunciaron que desde hace ocho meses las farmacias del Seguro Social no dispensa los inmunosupresores necesarios para su tratamiento y que al menos 30 pacientes están en riesgos de perder sus órganos.

Hace cinco años que Ramón fue Chabiel fue diagnosticado con insuficiencia renal y dos meses después su hijo le donó el riñón. «Cinco años estuve bien, ahora estoy en peligro de perder el riñón por la falta de medicinas. No se justifica que mi hijo haya hecho ese gran sacrificio, ese gran amor y por la medicina yo pueda perder ese riñón y hasta la vida”, dijo.

Iradia Barona viajó sola desde el estado Guárico para asistir a la convocatoria de este jueves. Es trasplantada renal desde hace 24 años y, tras la escasez de medicamentos, «vivimos de la caridad de los amigos». «Hemos tenido crisis pero no tan aguda como ahora. Le pedimos al Gobierno que agilice el intercambio de inmunosupresores. Tenemos miedo, pero estamos aquí porque no queremos morir».

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