Quien se califica como presidente obrero le ha asestado dos golpes al salario, el primero, fue rebanarlo paulatinamente víctima de una devastadora inflación, causada por su delirio económico y la gigantesca corrupción, y el segundo, expropiárselo al trabajador a partir del 01/09/2018, al convertirse en el tirano del tabulador, al pasar del tripartismo social al monopartismo del dictador, que define unilateralmente sin consultar con nadie, solo con su capricho.
Veamos el efecto causado por la nefasta medida en diferentes sectores de la economía. Comencemos con el sector privado, al aumentar el salario mínimo a 180.000.000, hoy 1800 soberanos, implosionó las escalas salariales, ya que esta cantidad la ganaba solo los presidentes y vicepresidentes de empresas privadas, el resto de la nómina pasó a devengar el mismo monto. El resultado es la pérdida de cientos de miles de empleos, ya que un gran número de pequeñas y medianas empresas, no han podido con esta carga de costos y han bajado sus santamarías.
En Pdvsa ha causado estupor y rabia no sólo en la nómina contractual, también en la profesional y supervisoria, ya que durante el mes de septiembre la paga semanal o quincenal, se remite al denostado decreto de 450 bs. S, o 900 bs. S, en cada caso. Entre tanto ven como sus compañeros, trabajadores directos de las transnacionales, cobran en dólares. Por tanto se preguntan, si Maduro quiere tanto a los obreros, ¿por qué no sigue el ejemplo de las empresas mixtas que extraen petróleo en Venezuela: ENI, Statoil, Repsol, Total, Rosneft, Chevron, China Petroleum, entre otras, quienes pagan la jornada laboral, bonos en sólidos billetes verdes?
Con referencia a Guayana, los trabajadores de Ferrominera, Venalum, Sidor, Alcasa, han iniciado movilizaciones en defensa de su tabulador actual, que establecía en promedio 7 salarios mínimos entre el primer nivel y el nivel superior de la escala, y ahora se ven reducidos a solo salario y medio.
Si nos referimos a los profesores universitarios, la nueva situación no puede ser peor, este sector de trabajadores, ha sido el único que acordó en 1982 un acuerdo con el Estado, denominado las Normas de Homologación, que luego se convirtieron en blanco de ataque de todos los gobiernos con el objetivo de desaparecerlas, sólo la valentía y la perseverancia de la Fapuv las ha logrado mantener, para verlas hoy extinguidas con esta nefasta medida del Madurazo.
Estos son solo algunos ejemplos que hemos citado, del movimiento telúrico que sacude a todo el mundo del trabajo, que está derivando en la desmotivación generalizada de todos los trabajadores, que le determina al Gobierno Nacional retirar el cuestionado salario igualitario e iniciar de inmediato la discusión de todos los contratos colectivos vencidos, algunos con más de 15 años en el sector público, que comprende a casi 4.000.000 de trabajadores y reconocer a los sindicatos.
Se está levantando una polvareda producto de un mandatario irracional que ha pretendido acabar con todo, por subestimar al pueblo trabajador, que no está dispuesto a entregar sus conquistas laborales en nombre de una revolución que no existe.