Venezuela

Así muere de mengua la Universidad Experimental del Táchira

Nuevamente docentes, personal administrativo y alumnos de la Universidad Experimental del Táchira (Unet), salieron a la calle a protestar por mejoras salariales, el respeto a la contratación colectiva y el funcionamiento de los servicios estudiantiles (comedor, rutas estudiantiles) que garanticen el desarrollo pleno de la comunidad estudiantil

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FOTOGRAFÍA: ROSALINDA HERNÁNDEZ

Con pancartas y gritando consignas el personal universitario recorrió parte de las instalaciones de la Unet para continuar con la manifestación en las afueras de la casa de estudios, donde de manera intermitente cerraron el paso de la avenida Universidad en San Cristóbal.

Por varias horas los manifestantes permanecieron en la calle, mientras los pasillos y aulas de la universidad del Táchira se mostraban desolados. Las clases no han sido suspendidas pero a falta de comedor y de las rutas de transporte estudiantil, la mayoría de los universitarios optan por no asistir.

Yosben Jaimes, vive el fronterizo municipio Junín, es estudiante de ingeniería mecánica de la Unet y se levanta cada día a las 3:30 de la mañana, para aprovechar “la cola” que le da un vecino hasta San Cristóbal.

“Hoy me vine desde Rubio a las 4 de la mañana y llegue a la universidad pero no tenemos clase. Ahorita estoy pensando cómo voy a regresar a la casa porque no hay transporte”.

La misma situación la viven los miles de jóvenes de las universidades tachirenses, que sufren por el escaso transporte público presente en las calles de San Cristóbal.

Jesús Duque estudia el séptimo semestre de ingeniería mecánica y comentó lo difícil que se ha convertido ir a la universidad.

“La situación del transporte público, el comedor y la falta de rutas estudiantiles, es lo peor. Muchos estudiantes no tienen comida en sus casas y al menos con el comedor es mucho lo que resuelven pero ahora no tenemos…uno sigue aquí porque quiere preparase, ser alguien, pero ahorita es difícil seguir porque estamos viendo un semestre por año”.

Duque aseguró que irse del país tampoco está entre sus planes a corto plazo.

“Yo financio mi carrera y estoy ya en el séptimo semestre, para mí no es fácil ir a una universidad que sea privada. Tampoco quiero dejar botado el esfuerzo de seis años de mi vida aquí”.

Para el universitario que admite haber perdido hasta la fecha tres años en medio de paros y reclamos al gobierno por los recursos y presupuesto, la situación de la casa de estudios ha venido en franco deterioro desde hace un año.

“Hace un año teníamos comedor y rutas, ahora no. Venir a la universidad es un esfuerzo muy grande. Aunque tengo fe en que vendrán tiempos mejores para Venezuela. Los que seguimos aquí somos quienes vamos a sacar al país adelante. Soy positivo y creo que cuando la situación cambie el país se levanta de nuevo en unos cinco o seis años porque aquí hay muchos que trabajan para sacar a delante a Venezuela. En todo caso si las cosas se ponen difíciles yo no quiero emigrar sin tener un título universitario”.

El colapso

Para Oscar Pérez, delegado nacional de la Federación de Empleados Administrativos de la Unet, la casa de estudios superiores no escapa de la situación que vive Venezuela, “la universidad es un reflejo del colapso que vive el país. Cada vez son más los estudiantes que se van y los docentes que renuncian porque los sueldos son insuficientes para vivir”.

La universidad del Táchira vive un cierre técnico, aunque hacemos todos los esfuerzos para que continúe abierta, cada vez es más difícil salir adelante.

“La exigencia que hoy hacemos es la misma a nivel nacional: sueldos justos, condiciones laborales favorables”.

Por su parte, Fernando González, vicepresidente de la asociación de profesores de la Unet, explicó que los sueldos de los docentes universitarios han quedado “aplanados”.

“El menor de los sueldos quedó en 1.34 salarios mínimos y el de mayor rango, el de un profesor con 15 años de servicio y varios trabajos de ascenso, apenas llega a 1.74 salarios mínimos lo que representa una desmejora salarial muy grande”.

El sistema de salud del docente universitario fue catalogado por González como “una sentencia de muerte” porque la cobertura escasamente llega a 400 BS.

Los sueldos que devengan no son suficientes y se hacen esfuerzos grandes para continuar, -dijo el docente-

“Una prueba de ello es que cada vez que se deposita el fideicomiso, el personal debe recurrir a él, otros están endeudados con las tarjetas de créditos. La mística y la vocación por parte de la comunidad universitaria es lo que nos hace continuar aquí”.

Atropellados y sin respuesta

Los sindicatos universitarios sienten que les han vulnerado todos los derechos laborales ganados de buena manera años atrás.

Jorge Mora, presidente de la Asociación Sindical de Empleados Administrativos de la Unet, comentó a El Estímulo que “sentimos un atropello en contra de la educación superior. Nos cercenaron nuestros derechos y las convenciones colectivas fueron eliminadas”.

El representante gremial, señaló que el gobierno nacional los “asfixia” cada día más, desmejorando su calidad de vida.

La planta física de la casa de estudios superiores en el Táchira, se encuentra colapsada debido al escaso mantenimiento que tiene y el deterioro en sus instalaciones es palpable.

“El gobierno nos asigna un presupuesto que nos permita la operatividad normal de la universidad y es muy difícil funcionar de la manera que debe ser y esa es nuestra gran preocupación”.

El Secretario del Sindicato Obrero, Álvaro San Martin, fue precisó al declarar que necesitan respuestas “urgentes” en relación a la situación que vive la universidad.

“Convocar a más mesas de trabajo es dilatar la situación y si vamos a ir a un paro general debemos definirlo ya”.

Los trabajadores universitarios señalaron que van a continuar en la calle exigiendo los derechos laborales y contractuales. Además de solicitar condiciones y ambiente laboral favorable, incluyendo los servicios de transporte y comedor estudiantil.

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