Así fue la brutal incursión de la policía en La Vega en enero que no sirvió de nada
El operativo fue de tal magnitud que la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, le dedicó un capítulo en su más reciente informe. Causó 14 muertes "selectivas" y decenas de casas allanadas, Sin embargo su eficacia fue nula. Lo demostraron los hechos violentos del 7 y 8 de julio
El 7 y 8 de julio, el horror tomó forma de guerra focalizadaen el oeste de Caracas con ráfagas de disparos, explosiones, estallido de granadas, muchas balas perdidas entrando a las casas e inocentes civiles muertos por el ataque de las bandas armadas que viven en La Vega.
Esos dos días fueron el clímax del terror, pero el conflicto armado siempre se hacía sentir, aunque en menores proporciones. En los últimos seis meses, los vecinos del oeste de la capital venezolana sufrieron noches de insomnio por la cercanía de las balas y la etérea presencia del Coqui (ahora Koki), el líder de las bandas de delincuentes, al que el gobierno de Nicolás Maduro busca y busca y nunca captura.
Para Michelle Bachelet, la Alta Comisionada, se trató de «la mayor operación de seguridad realizada durante el período de la investigación» y resaltó la desproporcionada fuerza empleada.
650 ejecutores de la violencia
A La Vega fueron 650 policías (imagínense ese contingente), con sus trajes de protección cubriendo todo el cuerpo, con máscaras y armas largas. Todos funcionarios de varias unidades de la Policía Nacional Bolivariana, incluidas las temidas Fuerzas de Acciones Especiales y la Dirección de Investigaciones Criminales, se desplegaron en La Vega, con especial énfasis en la Cota 905, entre el 6 y el 9 de enero de 2021.
«En el transcurso de esta operación, según se reporta, habrían resultado muertos por la acción de las fuerzas policiales al menos 14 hombres jóvenes, entre los que había por lo menos dos adolescentes», refirió Bachelet en su informe del 1 de julio de 2021, emitido apenas seis días antes del conflicto armado.
Igual no sirvió de nada. El Koki volvió a aparecer pocos meses después, devolviendo la violencia con creces. El gobierno de Maduro, como si nunca antes lo hubiera enfrentado, lo tachó esta vez de agente de la oposición. Esa excusa también la aprovechó para meter preso a Freddy Guevara, un joven político que siempre le ha sido incómodo y al que otorgó amnistía hace nueve meses, después de 3 años asilado en la Embajada de Chile.
Según el informe de la ACNUDH, parte de esas muertes fueron causadas por «el uso selectivo de la fuerza letal por parte de la policía». Las balas llegaron directo al pecho, abdomen o la cabeza. Otros murieron por «balas perdidas» de los enfrentamientos.
Pero, punto importante: de los 650 agentes, ninguno murió. Eso también lo dice el informe sobre tortura en Venezuela de Michelle Bachelet. «Eso plantea dudas sobre la proporcionalidad de la fuerza empleada», dice ACNUDH. Y, aunque «saluda» el hecho que el Ministerio Público inició una investigación, recrimina también que, más de tres meses después, no hay ninguna detención.
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