Entrevista

¿Quién es la niña Ovomaltina?

Muchos son los comerciales que han quedado registrados en el "top of mind" de los venezolanos. Con tan solo decir una marca, somos capaces de repetir el slogan sin gran dificultad; si no que lo diga Ovomaltina La crema de cacao con extracto de malta dice “Sabe a golosina pero tiene vitaminas” y en una época, hubo un comercial que marcó pauta por lo sencilla pero pegajosa de su mensaje.

Fotos: cortesía Andreína Innocenti
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Su protagonista: una niña muy linda llamada Andreína Innocenti, que ya a los tres años había grabado un comercial y a los siete años fue la seleccionada para este comercial.

En exclusiva para Bienmesabe, aquella niña creció y compartió con nosotros anécdotas sobre esa grabación y lo que está haciendo hoy en día.

Bienmesabe: ¿Cómo llegas a ser la imagen de esta cremita?

Andreína Innocenti: A los tres años hice un primer comercial que creo salió al aire pero nunca se llegó a vender el producto. Cuando tenía siete años empecé a hacer danza y a mi casa llamaban para avisar cuando había un casting.

Un día llamaron a mi mamá y le dijeron que había uno para Ovomaltina a lo que ella me comentó: están haciendo un casting para Ovomaltina, ¿quieres ir? A lo que respondí “claro mamá, ese comercial de Ovomaltina lo voy a hacer yo”.

Total que fuimos al casting y quedé preseleccionada. Después de un tiempo volvieron a llamar y mi mamá me dijo que tenía que tener claro que solo una persona iba a quedar.

Para esa época mi mamá tenía ocho meses de embarazo pero me vio tan convencida de que el papel era mío que ni de broma me dijo si nos íbamos o no de las pruebas. Estuvimos hasta el final y a los tres días me llamaron para decirme que el papel era mío. Y así fue. Andreína se visualizó tanto que quedó seleccionada para ser la niña Ovomaltina.

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La grabación duró dos días. Dos días en los que comió más producto de lo que la marca calculó, dice ella entre risas.

Entre los recuerdos de ese comercial, sucedió que el día del casting, Andreína tenía su dentadura completa pero como es de esperarse, a los siete años el Ratón Pérez está de temporada y uno muda los dientes de leche.

En el segundo casting le faltaba un diente y cuando llamaron para avisar que sería ella el talento, le faltaban tres. Llamaron de la agencia para decir que correrían con los gastos para colocar el diente que faltaba y la mamá aclaró que ya no sería uno sino tres.

BMS: ¿Cómo fue el pago en esa época? y perdón por preguntar

A.I.: Me regalaron una caja de Ovomaltina. Pero en ese momento comí tanto producto que la llevé al colegio para que se las comieran mis amigos. Recuerdo que el pago sonaba a mucho en esa época. Eran como 20.000 de los viejos trimestralmente.

Mi mamá lo puso en una cuenta para ahorrarlo en mi futuro. Cuando llegó «mi futuro» esa plata no valía nada aunque me ayudó a pagar como la tercera parte de un pasaje a Chile porque tengo mucha familia allá. Andreína hizo luego varios comerciales: helados, zapatos, cuadernos, jamón endiablado para untar pero claramente ninguno marcó tanta pauta como el dulce postrecito.

Innocenti agrega: «el comercial de Ovomaltina estuvo ranqueado al mismo nivel de Pocetas MAS”. Y comparte: “nunca pensamos que esa publicidad iba a gustar tanto y que lo repetirían en años siguientes.

Mi mamá cada vez que veía una nueva temporada, llamaba a la agencia”. Al cumplir los trece años, Andreína requería de ortodoncia y la mamá aprovechó esa oportunidad para intentar alejar a su hija de un mundo tan duro y complicado como el del espectáculo.

Un brinco al otro lado del charco ANDREINA INNOCENTI, OVOMALTINA, VENEZUELA, TALENTO VENEZOLANO, COMERCIAL, PUBLICIDAD

La pequeña adolescente creció y estudió odontología en la Universidad Central de Venezuela, y aunque su madre intentó alejarla del mundo del arte, la sangre la llamaba a volver a las tablas. Danza profesional y coreografía formaron parte durante muchos años de su vida y de su formación profesional.

Andreína se empató con su novio ingeniero quien también está inclinado al arte y hace fotografía. Un día decidieron irse a Sidney, Australia por seis meses para estudiar inglés y ya llevan dos años y medio del otro lado del mundo. “Ambos trabajamos: soy asistente en un consultorio odontológico, también soy personal trainner aunque no soy @saschafitness, doy clases de pilates. Somos felices y constantemente, además de nuestros empleos, buscamos espacio para las artes».

BMS: ¿Sabías que salió una versión Maxi de la cremita?

A.I.: ¿Y qué pasó que no me han llamado para hacer la versión Maxi? A mi no me han llamado. Yo sé que otra marca hizo un comercial de embutidos con una niñita y hace años cuando ella creció, lo volvieron a hacer pero aparecía también su hija (risas).

BMS: ¿Cuando te preguntan que qué quieres que te lleven de Venezuela, pides Ovomaltina? A.I.: Te confieso que eso no lo pido pero sí encargo Pirulin o ahora lo que se consiga. Cheese tris, platanitos. Caja llena de cosas divinas, los Carré, chocolates del Rey, Toronto. (vale acotar que en esta pregunta, el novio de Andreína le soplaba parte de las chucherías que pedían).

BMS: ¿Volverías a tu país? A.I.: La verdad estamos súper tranquilos y súper felices. Estar en Venezuela está en el fondo de nuestro corazón.

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