Economía

Panaderías de Táchira recurren al mercado negro para mantener operaciones

La falta de materia prima mantiene en jaque a la industria panadera tachirense que ha tenido que reducir la elaboración de su producto principal.Los panaderos del estado Táchira viven lo que catalogan como “la peor crisis de producción” en los últimos tiempos, debido a la falta de materia prima para la preparación del principal producto de sus comercios: el pan.

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Por Rosalinda Hernández C.

Milagros Ferreira, propietaria de una panadería de San Cristóbal, comentó a El Estímulo que desde el pasado mes de mayo no se les despacha harina de trigo.

“Este mes no nos ha llegado nada de harina por lo que hemos tenido que comprarla en el mercado negro. Esto ha reducido en 40% la producción de pan y pastelería en el negocio”, señaló.

Un día normal, dijo Ferreira, se consumen entre seis y siete bultos de harina en la preparación del pan. Sin embargo, la reducción en la producción viene decayendo desde hace poco más de dos años.

“Tenemos días en los que con suerte podemos llegar a preparar 3 o 4 sacos de harina, pero hay otros en los que apenas un saco debe alcanzar para pastelería y pan”, precisó la comerciante panadera.

– “Compramos revendidos” –

El pan andino que se caracteriza por diferentes sabores e ingredientes en su presentación, se ha visto limitada en su variedad en los últimos meses por la escasez de insumos, teniendo capacidad humana y maquinaria instalada para preparar grandes cantidades.

Comprar a revendedores en el mercado negro es la opción para los comerciantes que con empresas de más de 20 años de tradición, insisten en mantenerse en el mercado.

“Compre está semana 20 bultos revendidos, en 25.000 bolívares cada uno, cuando el precio normal por saco no pasa de 7.000 bolívares”, resaltó Ferreira.

– El pan por las nubes –

Los tachirenses no solo tienen que lidiar a diario con la ausencia de uno de los principales productos de la mesa andina, ahora lo racionan y solo venden dos canillas por persona.

Aunado a la escasez de insumos y el racionamiento para la venta del producto se suman los incrementos mensuales que ha sufrido el producto que entre un mes y otro supera el 30% y 40%.

“Tratamos de mantener precios accesible y que el costo de una cosa compense otra para dar la posibilidad al cliente que siga llevando pan a su casa. La gente a pesar de la situación sigue buscando el pan como uno de los principales complementos de sus comidas”, dijo el portugués Acacio Dos Santos, panadero en la población de La Fría.

El corte eléctrico no programado, señaló el panadero, ha perjudicado seriamente la producción. “No tenemos una hora fija para el corte aquí en La fría. A veces se va en la mañana y llega luego del medio día por lo que la faena se extiende y no sale pan sino hasta después de las tres de la tarde”.

– Azúcar: ¡No hay! – 

Otro de los grandes ausentes en los laboratorios panaderos de la región andina es el azúcar, ingrediente infaltable para la preparación pastelera y el popular camaleón andino.

“No hay pan dulce hoy, tampoco polvorosas, ni tortas, el azúcar se acabó y en reemplazo tuvimos que comprar glucosa que la están vendiendo en el mercado negro a precios muy locos”, vociferaba Dos Santos a un cliente que pedía acema de bocadillo y queso.

El comerciante se considera “privilegiado” por estar en una zona limítrofe con Colombia. Gracias a eso dice que su comercio se mantiene abierto.

“Afortunadamente nos encontramos cerca de la frontera con Colombia y de allí todo lo que necesitamos para la preparación del pan llega a La Fría. Es más costoso, claro, pero se consiguen los productos y eso nos permite trabajar”, aseguró Dos Santos.

“Entre 80.000 y 150.000 bolívares nos están vendiendo un bulto de azúcar colombiana. Lo compramos pero a riesgo que en el proceso de movilización lo perdamos por no contar con las guías y documentos legales para la movilización”.

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