Economía

Venezolanos hacen largas colas en Cúcuta para retirar remesas

Los venezolanos no solo buscan comida y medicamentos en la fronteriza población de Cúcuta. Las remesas que envían los familiares que han emigrado cada día van teniendo mayor demanda en la ciudad colombiana, al punto que se agota el dinero en algunas agencias de Western Unión.

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Frontera Colombia

La ciudad de Cúcuta se ha convertido en el centro casi obligado de los venezolanos que, desde distintas ciudades de Venezuela, se desplazan a diario a través de la frontera con Táchira no solo para adquirir alimentos y medicinas, sino también para retirar las remesas familiares.

“Cúcuta es ahora mi centro de negocios”, explicó José Suárez de 56 años y padre de una ingeniera venezolana que hace poco menos de un año migró a Santiago de Chile.

Una vez al mes, Suárez se desplaza desde San Cristóbal hasta Cúcuta para cobrar la remesa (dinero en encomienda) que le envía Tibisay, quién luego de renunciar a un organismo del Estado, viajó a Chile “en busca de un mejor futuro”, aseguró su padre.

Luego de esperar unas 10 horas en cola, José Suárez logró que le entregaran en la agencia Western Unión, ubicada en el Centro Comercial Ventura Plaza de Cúcuta, el equivalente en pesos a 200 dólares americanos.

“Mi carro tiene los cauchos lisos y a cada rato tengo problemas y debo estar vulcanizándolos. Mi hija me dijo: ‘papá tranquilo, yo le resuelvo con algo que le mande para que compre los cauchos’ y eso es lo que pienso hacer ahora, comprar aquí mismo en Cúcuta los cauchos”, narró el venezolano.

– Los Western no son suficientes –

A pesar que en el casco central de Cúcuta existen cinco agencias de Western Unión, las mismas no parecen ser suficientes en quincenas y final de mes, fechas en las que se abarrotan de tal manera que el efectivo (dinero en pesos) se acaba.

Apresurada, Inés Sandoval entró cerca de la una de la tarde a la agencia de encomiendas monetarias y con pasaporte venezolano en mano pidió al vigilante de seguridad un ticket para acceder al servicio, luego que lo recibió, lo besó e hizo una señal de agradecimiento al cielo.

“Vengo desde San Cristóbal pero el tráfico y ese cruce de frontera me retrasó. Esta es la cuarta agencia que visitó y gracias a Dios me dieron número, en las otras ya no estaban repartiendo porque se les acabó la plata. La gente en la cola es mucha”, comentó la mujer que esperaba cobrar la remesa que envía mensualmente su hijo desde Ecuador.

Con más de 10 horas esperando un turno y ante la amenaza del cierre de frontera, algunos venezolanos en las filas comentaban “tocará quedarse por aquí”. Otros decidieron entregar el número y regresar al día siguiente porque no contaban con dinero para un hospedaje.

Los que ya son “clientes frecuentes” del servicio cuentan con una tarjeta VIP que los ayuda a realizar el trámite de reclamo de dinero de forma más rápida.

“Mi hijo me envía dinero mensualmente desde Bogotá. Para evitar hacer tanta cola que a veces toca regresar al día siguiente, opté por la tarjeta de cliente preferencial”, explicó Jacinto Nieto, habitante del municipio fronterizo Pedro María Ureña, que apenas duró una hora en cola.

– La plata queda en Colombia –

Según datos suministrados por el Departamento de Población de Naciones Unidas, la cantidad de venezolanos que han salido de Venezuela en los últimos 15 años ha sido de 233.097 personas, sin contar el movimiento de ciudadanos con doble nacionalidad.

Más de 606.344 personas residen en 67 países diferentes y más de la mitad de ellos salieron entre los años 2000 y 2015, principalmente a Estados Unidos y España, en busca de mejorar su calidad de vida.

Las remesas que actualmente están llegando a Colombia provienen en un alto porcentaje de venezolanos que, una vez instalados en el exterior y con empleo, buscan solventar la situación de los familiares que aún viven en Venezuela.

“Mi hermana me envía 50 euros mensuales, ese dinero lo usamos para la compra de pañales desechables y uno que otro medicamento aquí en Cúcuta para una tía que está parapléjica desde hace tres años. Si no fuera por esta ayuda, en realidad no podríamos sostener los gastos de nuestra tía”, relató Carmen Colmenares en la cola de una de las agencias de Western Unión.

Para José Rozo, ex presidente de Fedecámaras Táchira y economista, las políticas que aplica el gobierno nacional han sido dirigidas a destruir la economía.

“Se han dedicado a asfixiar la economía interna pero fortalecer a la internacional. Aquí el mayor beneficiario con esta apertura fronteriza es Colombia y no solo por las compras que hacen los venezolanos allá, sino también por las remesas que están llegando a través del servicio de Wester Unión a los venezolanos que tienen parientes en el exterior y envían dinero”, precisó.

De acuerdo a Rozo, es un fenómeno de “economía anti nacionalista” que está influyendo en los vecinos.

Al sumarse los 100 o 200 dólares que envían quienes están en el exterior a sus familiares en Venezuela, el resultado son millones de dólares que se quedan en Colombia, explicó el economista.

“Los venezolanos van a retirar sus codiciados pesos que también se quedan allá porque con ellos se hace mercado y regresan aquí cargados. Es el negocio más inútil que ha aplicado un gobierno que carece de sentido común”, sostuvo.

Si en realidad el gobierno es nacionalista como se ha vendido al pueblo, debería aplicar una normativa para que esas remesas lleguen a Venezuela y sean reconocidas al menos a 2.000 bolívares por dólar para que quienes las reciban se puedan suplir de ellas, añadió.

“Uno cuenta esto que sucede con las remesas de los venezolanos en Colombia en cualquier parte del mundo y seguro se ríen. Es evidente que estos ingresos, que son enviados en dólares y entregados a los venezolanos en pesos, lo que hacen es engordar la economía colombiana”, apuntó.

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