Venezolanos se protegen con inversiones inmobiliarias en el exterior

Desde el 9 y hasta el 12 de marzo en el Hotel Tamanaco se desplegarán alrededor de 7o stands con más de 100 proyectos inmobiliarios en 1.200 metros cuadrados que copará la 7ma edición de ExpoHábitat Internacional. El evento, con cuatro ediciones en Caracas, una en Bogotá y la más reciente en el Zulia, ha reunido más de 35 mil visitantes.

Luis Armando Plaz, presidente de Hábitat GDC y vocero de ExpoHábitat, explica que la mayor cantidad de expositores proviene de Estados Unidos, concretamente Miami y Orlando, ya que son los principales destinos de inversión de los venezolanos. Le sigue Panamá, otro de los mercados más demandados.

La exposición tiene como objetivo reunir potenciales inversionistas y presentarles los principales proyectos de negocios internacionales de propiedades residenciales, comerciales y oficinas en Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, Colombia, Aruba, Curazao, República Dominicana, México, Chile y Argentina.

El evento reunirá también a más de 200 asesores del área de bienes raíces, financiera, franquicias, migratoria, legales y de inversión, y contará con la presencia de conferencistas nacionales de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, los economistas Luis Vicente León y Asdrúbal Oliveros, y del hombre de medios Pedro Penzini, así como de otras latitudes como República Dominicana, Costa Rica,  Panamá y Estados Unidos.

Plaz asegura que, a diferencia de lo que podría pensarse, el público de la exposición no se ha reducido y que este año contarán con la misma cantidad de proyectos y expositores de las ediciones anteriores. “¿Qué es lo que se busca en un país con una economía inflacionaria? Que el dinero no se devalúe. Esto se presenta como una oportunidad de inversión”, indica.

“El venezolano siempre ha tenido sus ahorros en dólares», dice al tiempo que señala que estadísticas de la asociación de corredores de bienes raíces de Florida indican que el año pasado hubo una inversión en el área inmobiliaria por 6,2 mil millones de dólares, de los cuales 868 millones de dólares corresponden a inversionistas venezolanos.

El mercado inmobiliario interno se ha desplomado en los últimos meses, pero el venezolano sigue apostando por el sector de bienes raíces. «El inmueble en Venezuela vale hoy un tercio menos de lo que debería valer, debido a que ya que no hay seguridad jurídica y mucha oferta y poca demanda. Sin embargo, es un riesgo hacer la inversión aunque valga la mitad. El inversionista no busca el riesgo, sino estabilidad. Prefiere tener una menor rentabilidad pero con un menor riesgo. Para invertir aquí hay que apostar porque eso cambie», explica Plaz.

Plaz explica que el problema en cuanto al mercado inmobiliario en Venezuela y en general todo tipo de inversiones es la falta de incentivos. «Hubo momentos en los cuales Venezuela fue un paraíso de inversión, ahora las garantías se han perdido»  y mientras que todos los países tienen planes para inversionistas que les ofrecen múltiples ventajas incluyendo visas, en Venezuela no existen.

Plaz refiere que ahora todas las inversiones son globalizadas. «Si en todos los países se hacen exposiciones así ¿por qué Venezuela no puede tener una exposición a la altura? El inversionista no ve cuál es el destino, sino la calidad de su inversión, lo que le interesa es la rentabilidad de su dinero».

La intención de ExpoHábitat es poner a disposición del público local la mayor cantidad de alternativas posibles a la hora de tomar la decisión de invertir afuera. “Cuando se hace una inversión en un proyecto inmobiliario en el extranjero, de hacer una buena elección, se consigue una revalorización del proyecto al comprar en pre construcción; segundo, se protege el patrimonio de la devaluación y tercero, puede generar incluso una renta en moneda dura con una renta fija mensual en dólares”, señala Plaz.

Otro aspecto que considera importante es el costo de oportunidad. La posibilidad de invertir ese dinero en una propiedad estable. «Eso es lo que pasa en los mercados internacionales, cuando alguien compra una propiedad en Estados Unidos siempre valdrá mas o menos lo mismo excepto por eventualidades como lo fue la crisis inmobiliaria de 2008».