Es un arbusto perenne que puede alcanzar los dos metros de alto. Por ser una planta de zona intertropical, no resiste heladas o inundaciones y necesita del sol para crecer. Su período de crecimiento es de hasta un año y obtiene raíces de aproximadamente 10 cm de grosor, si la raíz tiene más de ese tiempo pasa a ser dura e incomible.
Existen variedades generadas por el aislamiento geográfico. En la selva se produce la yuca amarga considerada altamente venenosa y en los altiplanos, la yuca dulce mínimamente venenosa. La planta no necesita de suelos muy nutridos y es resistente a la sequía.
En Venezuela se producen y cosechan ambos tipos. La amarga se utiliza en la elaboración de las tortas de casabe y naiboas en la selva amazónica, y de este además se extrae la toxina para el “Yare” y la yuca dulce que se utiliza como acompañante o ingrediente en diversas preparaciones.
La cáscara es dura y no comestible por lo que se debe pelar antes de usar, la pulpa es firme y una vez pelada se oxida rápidamente, al momento de la cocción se hace suave y dulce.
La yuca es una fuente de carbohidratos complejos lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar estables, además es fuente de calcio y vitamina C, una vez cocida su digestibilidad es de hasta 75%, si bien tiene poca proteína, contiene los aminoácidos esenciales Metionina, Cisteína y Cistina.
Si estás en un régimen de entrenamiento, la yuca es ideal para obtener energía de larga duración, por lo que la puedes comer antes de una carrera o del trabajo de resistencia como un pre-workout.
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