Esta joven de Río Chico tenía un sueño que le llegó a parecer imposible de cumplir hasta que Diageo le dio una oportunidad. No la desperdició: durante 3 meses se levantó a las 3 am para poder llegar a clases. No faltó a ninguna. Fue de las mejores y hoy trabaja en lo que le apasiona
Rosángel Delgado no sabía lo que era ser bartender hasta que un día vio un video en Youtube. Quedó enganchada en la manera cómo los mixólogos combinaban sabores y hasta colores, con su maestría al agitar la coctelera, la precisión en la decoración y, sobre todo, con el resultado final: el coctel.
Desde ese momento, Rosángel supo que quería ser bartender y siempre miraba videos y buscaba información. Pero el sueño no se cumplía: intentó dos veces hacer cursos pagados de coctelería y no le alcanzaba el dinero. Por otra parte, su familia se oponía: «¡Eso es oficio de hombres!» o «¿Y qué vas a hacer si te toca lidiar con un borracho a las 2 de la madrugada?».
Las dificultades para financiar un curso y las dudas de su familia la desanimaron. «Llegué a pensar que, por mucho que quisiera, quizás la coctelería no era para mí, e hice planes para irme del país». Tenía una bebé de poco más de un año y debía generar ingresos.
Pero todo cambió un día de enero de 2023 cuando estaba revisando su Facebook.
«Prácticamente de la nada, me salieron las postulaciones para el programa de Diageo Venezuela. Y pensé que era la última oportunidad de intentarlo porque, además, a la tercera va la vencida».
Esta plataforma de formación gratuita se llama Programa Bartender-Auxiliar de Bares de la plataforma social y educativa Aprendiendo para la Vida y es una iniciativa de responsabilidad social de Diageo Venezuela. A través de ella, la casa de licores busca formar en un oficio a bachilleres de entre 18 y 40 años, de sectores económicamente vulnerables. A muchos de ellos, los más destacados, los ayudan también a ingresar a equipos de coctelerías de restaurantes, bares, e incluso, barras móviles.
Se postuló, la llamaron, fue a Caracas a la entrevista, la seleccionaron para formar parte de la cohorte 2023 y Rosángel se comprometió hasta los tuétanos con su sueño de ser bartender. No sería nada fácil.
Las clases del Programa Bartender-Auxiliar de Bares de Diageo Venezuela se dictan en Propatria, al oeste de Caracas, de 8.30 am a 12.30 pm por tres días a la semana y duran tres meses. A los jóvenes se les exige asistir a clases, hacer al menos 3 cursos de la página web de Diageo y presentar un coctel de su propia creación en un examen final.
Para llegar a la escuela, Rosángel salía de su casa en Río Chico a las 3 am, para agarrar un autobús que la trajera a Caracas. Llegaba a Petare, en el extremo este de la capital, cerca de las 6.30. Allí tomaba el Metro para atravesar de punta a punta la ciudad y llegar puntual a clases. A las 12.30, cuando terminaba la jornada, hacía el camino inverso. Llegaba cerca de las 7 pm a su casa.
Rosángel se levantó a las 3 de la mañana, 3 veces a la semana, durante 3 meses. Y nunca faltó ni a una clase a pesar que, muchas veces, «tenía solo lo justo para el pasaje», confiesa.
«Yo estaba decidida a demostrar que mi esfuerzo valía la pena«, dice orgullosa. Esa frase fue su mantra durante todo el curso.
Por eso, en vez de las 3 clases magistrales digitales obligatorias que el programa les exige, Rosángel hizo 18. Solo le faltaron 2.
«Los fines de semana, para poder tener dinero para los pasajes, trabajaba de recepcionista en un hotel. Y cuando no estaba en clases, trabajando o atendiendo a mi hija, estaba metida en la página de la Diageo Bar Academy«, cuenta.
Con el mismo empeño que le puso a sus clases, diseñó su coctel para la prueba final. Y fue el mejor de los 40 presentados.
«Por milésimas no quedé entre los 3 primeros del curso, yo fui la cuarta. Pero mi coctel sí fue el mejor, y eso es muy importante para mí», recuerda.
A su creación la llamó «Dream of 3» (Sueño de 3), por varias razones. Primero, porque para cumplir su sueño se levantó a las 3 am, 3 veces por semana, durante 3 veces. Segundo, porque 3 fueron las personas de su red de soporte: su hija, su papá (que cuidaba a su hija mientras ella estudiaba y trabajaba) y su hermano.
«Y, finalmente, porque a la tercera va la vencida«, dice, apelando a la cábala que invita a las persona a perseverar, aunque falle en los primeros intentos, y porque este fue su tercer intento por formarse como bartender.
Al crear Dream of 3, Rosángel Delgado se inspiró en el clásico Tom Collins, con algunas variaciones. Entre ellas, el uso de ginebra Tanqueray 10 de la casa Diageo, que es destilada con pomelo, limón y un toque de manzanilla. Rosángel eliminó el azúcar del coctel original, y la sustituyó por un jarabe de manzanilla. Luego agregó limón y soda. «Además, presenté un sobrecito con manzanilla y expliqué todos los beneficios que le aporta a la tierra».
Hoy, un año después de presentar su examen final y graduarse de bartender en la Academy Bar de Diageo, Rosángel se siente feliz. Primero que nada, está viviendo su sueño de ser bartender. Segundo, tiene trabajo: fue seleccionada como parte del equipo de Diageo, para sus distintas marcas, y también pertenece al staff de @OlmosDrink y @tuotrocantinero, además de hacer trabajos particulares para eventos. Sigue viviendo en Río Chico, pero ya tiene un lugar para quedarse en Caracas cuando lo necesita.
«Hay una cosa que me dijeron cuando estudiaba en el programa de Diageo, y a mí se me quedó grabada: Tu límite es el cielo y, sin embargo, hay quien ha llegado a la Luna. Y es lo que yo le digo a los muchachos que ahora se están formando, que crean en ellos y que hagan que su esfuerzo valga la pena», concluye.
El examen final de los jóvenes del Programa Bartender-Auxiliar de Bares 2024 se hizo la tercera semana de mayo en las instalaciones de Diageo Venezuela en La Castellana, Caracas. La intención era que los jóvenes se enfrentaran a lo que va a ser su futuro: una barra de cocteles de verdad.
Los evaluó un jurado multidisciplinario conformado por expertos bartenders, profesores de la Bar Academy, de Diageo y periodistas gastronómicos, entre otros. Se consideró la técnica, el aroma, el misanplas, el tiempo (su máximo era 5 minutos), y su desenvolvimiento, entre otros factores.
El equipo de bartenders de Olmos Drinks los asistió detrás del escenario. Entre ellos estaba Rosángel Delgado, viviendo esa experiencia por segunda vez, pero en esta ocasión desde otro punto de vista: el del esfuerzo que valió la pena, y el del sueño cumplido.
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