«Estamos en contacto con las autoridades del Gobierno de Ecuador para verificar si efectivamente estos grupos son venezolanos, pero además, si estos grupos son promovidos y financiados desde el Gobierno, desde la Embajada que representa a Nicolás Maduro», dijo en rueda de prensa Valero, miembro de la comisión.
«Eso, por supuesto, es muy grave», añadió.
El pasado lunes, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, acusó a su antecesor, Rafael Correa, y a su homólogo, Nicolás Maduro, de activar un plan de desestabilización en Ecuador a propósito de las protestas que se registran en ese país a raíz de las medidas económicas adoptadas por el Gobierno, entre ellas la eliminación del subsidio a los combustibles.
Moreno dijo entonces que lo que ha sucedido en el país en los últimos días no es una manifestación de protesta frente a una decisión del Gobierno de eliminar los subsidios a los combustibles.
«Hay -dijo- una intención política organizada para desestabilizar el Gobierno y romper el orden constituido y romper el orden democrático», señaló.
Para Moreno, quienes han generado actos de violencia extrema son individuos externos pagados y organizados y dijo que no es coincidencia que varios líderes del Gobierno de Correa hayan ido a Venezuela hace algunos días para preparar el supuesto plan de desestabilización.
Correa ha negado estar detrás de un plan desestabilizador y ha pedido a Moreno convocar elecciones en las que, dijo, se presentaría como candidato «si fuera necesario».
Maduro, por su parte, se burló de las acusaciones de Moreno, a quien le sugirió revertir las medidas económicas que han motivado las manifestaciones.
La Policía ecuatoriana detuvo a 17 personas, la mayor parte de ellas venezolanas, con información sobre la movilización (los movimientos) del presidente y vicepresidente, reveló la ministra ecuatoriana de Gobierno, María Paula Romo, cuando se cumple una semana de las masivas protestas.
Y adjunta una fotografía en la que se aprecia a los detenidos arrodillados en el piso, con las manos contra la pared y custodiados por policías fuertemente armados.