Rodolfo Agrella: el diseño es plural
Las artes, el diseño y el proceso creativo han sido parte de toda su vida. Para Rodolfo Agrella las vajillas, más que piezas bonitas son objetos utilitarios que deben cumplir su función, pero deben tener un diseño atractivo y contemporáneo que busca rescatar las tradiciones de antaño Estudió primaria y bachillerato en un colegio liberal de Valencia cuyo enfoque era hacia el lado artístico. Al graduarse, se muda a Caracas y comienza sus estudios de Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela y durante este período se va un año a Milán a estudiar en el Politécnico de Milán con personas de distintos países y diferentes trasfondos culturales que influyen muchísimo en él. Al regresar a Venezuela y finalizar su carrera, comienza a trabajar con unos de sus profesores. No solo se dedica a la arquitectura, sino que también se enfoca a la parte gráfica de la empresa. Después de mucho tiempo, decide trabajar por su cuenta y empieza a tocar varias puertas, pero ninguna se abrió. Para ese momento se celebraba la feria más importante de Milán y en el Salone Satellite, en 2011, es reconocido por la prensa extranjera gracias a su línea de utensilios Addo, junto a Téneo que es la galleta de casabe y las lámparas Philo. Luego, empieza a diseñar vajillas e inicia con la Serie C, inspirada a partir del manual de Carreño. En un boceto previo la serie constaba de manteles, copas pero el producto final terminó constando de las piezas de la vajilla y los cubiertos. Al investigar sobre la realización de estos productos, descubre que lo más fácil de elaborar eran las vajillas. Así, se enfoca en ellas para luego poder fabricar el resto de los productos. Motivo Agrella no se define como un artista. Empezó a diseñar objetos utilitarios gastronómicos por dos razones: para retomar los modales y las buenas costumbres con un toque contemporáneo donde se pueda tomar el tiempo para consumir el alimento y para trabajar con la psiquis de la gente. Su diseño está destinado al uso del objeto más que el objeto en sí. La idea es generar un tema de sobremesa: alargar toda la experiencia, poder conversar, recuperar todo lo que la vida contemporánea y la comida rápida han hecho que se pierda de los modales y las buenas costumbres.