Ambos requieren de mucha fuerza de voluntad. Para algunos es más facil cuidar lo que ingieren que asistir regularmente al gimnasio o viceversa. Sin embargo, un cheat meal puede costar el entrenamiento de un par de días y es que cuando se busca la pérdida de peso o tonificar, la práctica de ejercicios o deportes acerca un 30% a la meta mientras que la alimentación aporta el otro 70% restante y da ese gran empujón que se necesita para despedirse de esos kilitos de más.
Como medio que apuesta a la gastronomía, a la buena mesa y al placer de comer, invitamos a nuestros lectores a prestar atención a lo que llevan a sus bocas y no dejarse seducir por presentaciones o ataques de ansiedad ya que, como reza el dicho “eres lo que comes”.
Tampoco hay que quitarle mérito, pero es importante aclarar que la famosa frase “no pain no gain” pierde sus efectos si no va acompañada de una dieta rica en proteínas, vegetales e incluso carbohidratos. La clave está en alimentarse de forma balanceada y hacer ejercicio cardiovascular cinco días a la semana. Eso si, sin necesidad de excederse o amanecer con dolores en el cuerpo gracias al entrenamiento, más bien hay que tener cuidado con esto y asesorarse antes de ganar una lesión.
Beneficios
Una correcta alimentación le brindará al cuerpo los nutrientes necesarios para su funcionamiento y la energía para cumplir con los retos del día. En cualquier dieta es obligatorio y casi religioso tomar abundante agua para hidratar y desechar las toxinas.
Una rutina de ejercicios que combine varias alternativas y trabaje las distintas partes del cuerpo permite liberar estrés, oxigenar, activar las células, tonificar los músculos, mejorar la resistencia y vitalidad de la persona.
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