Venezuela

Cómo la Fuerza Armada chavista es el verdadero poder en Venezuela

La Fuerza Armada Nacional transformada por Hugo Chávez, con la asesoría de Cuba, en brazo armado de la llamada revolución bolivariana, pasó a ser durante el período de Nicolás Maduro un poder en sí mismo que tiene bajo su control absoluto al menos el 80% de Venezuela y a toda la población civil.

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Foto: EFE/Miguel Gutiérrez

Su estructura es el régimen en sí mismo, desde PDVSA, pasando por los nueve ministerios más importantes, 52% de las gobernaciones de los estados, las industrias básicas, los negocios de las importaciones y distribución de alimentos, así como el poder territorial.

Sin embargo, los acontecimientos del pasado 30 de abril y las recientes confesiones de quien fuera el jefe de la inteligencia del Gobierno, revelan que no es una organización monolítica y que dentro de sus filas existen grupos en lucha de poderes, descontento y malestar económico. Pero también hay oficiales inclinados a la búsqueda de un camino hacia la institucionalidad democrática.

Hay 190 militares presos en las cárceles de Venezuela, la mayoría de ellos por oponerse al régimen de Nicolás Maduro. El balance de nuevos detenidos, presentado por el fiscal de la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, por los pronunciamientos del 30 de abril, es de 233 presos, de los cuales gran parte son militares, mientras la caza de “conspiradores” se ha desatado en todo el país.

Al menos 25 militares lograron refugiarse en embajadas al conocer que las guarniciones comprometidas no saldrían a respaldar la llamada «Operación Libertad», al caerse las negociaciones. Unos 500 militares han cruzado la frontera hacia Colombia desde los sucesos del 23 de febrero durante la operación en Cúcuta para el ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela. Adicionalmente desde hace dos años se incrementaron las deserciones de uniformados de los cuatro componentes huyendo de la situación económica del país, del descontento con el Gobierno y las deplorables condiciones de las guarniciones. No hay cifras oficiales de desertores y de solicitudes de baja, pero algunas fuentes estiman que ya superan los 5 mil militares.

Luego de los acontecimientos del 30 de abril, Nicolás Maduro sorprendió al país con una cadena televisiva a la seis de la mañana desde el Patio de Honor de la Academia Militar de Venezuela, ubicada en Caracas. Desde allí, rodeados por el Alto Mando Militar pidió lealtad a la institución armada. ‟Estamos en combate” resaltó Maduro y pidió desarmar cualquier conspiración. En el evento, que incluyó una caminata con personal de tropa, se puso en evidencia la negociación cuando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, admitió al lado de Maduro: ‟Me querían comprar″, refiriéndose a los negociadores de Estados Unidos.

Lo confesado desde el exilio, por quien fuera el jefe de inteligencia de Venezuela hasta ese día 30 de abril, el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, señalado como una de las cabezas de la Operación Libertad, para la salida de Maduro, revela que hay disposición dentro de la FANB para que Maduro salga del poder, aunque se desconoce quiénes son y el número exacto de quiénes se inclinan por esa opción.

A pesar de haberse identificado con el proceso chavista y de ser de los originarios del golpe del 4 de febrero, Cristopher Figuera representaba una corriente de cambio expuesta en su carta de renuncia, en la que cuestionó la alta corrupción de la cúpula gobernante y clamaba por un cambio en el país.

Al mismo tiempo revela que entre los negociadores estaban, además del jefe del SEBIN, el propio ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, junto al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, así como los voceros del Departamento de Estado de Estados Unidos: Mike Pompeo, Elliot Abrams y John Bolton. Además incluye también al mayor general Iván Hernández Dala, jefe de Contrainteligencia Militar. En las arremetidas después de los sucesos fue destituido el jefe de la Policía Nacional, el general Carlos Pérez Ampueda.

Indagaciones con especialistas del sector militar, consultadas para este escrito de El Estímulo, indican que cercano al mediodía del 30 de abril, las negociaciones con los representantes de Estados Unidos, a través de militares asilados en ese país, se cerraron abruptamente, dado que las demandas para acceder a una salida de Maduro del grupo negociador en Venezuela eran inaceptables tanto para EEUU como para la dirigencia opositora.

Para la transición, exigían ser la mayoría en la junta de gobierno que debía extenderse al menos por un año, antes de nuevas elecciones, más solicitudes vinculadas a la suspensión de sanciones de altos personajes inmersos en lavado de dinero, en las que se cuentan cientos de millones de dólares en cuentas congeladas.

El general Cristopher Figuera en su carta de renuncia y en declaraciones desde el exilio asegura que “Maduro es prisionero de grupos de poder que le mienten”. “El solo interés de esos grupos es mantenerse en el poder, seguir disfrutando del poder”.

De allí que el peso en el régimen pareciera que no solo descansa en el sector militar, sino que dentro de la estructura política existe un grupo que toma decisiones y que pudo haber actuado para bloquear o cerrar el acuerdo en la salida de Maduro. Ello se desprende de lo señalado por el ex jefe del SEBIN en sus dos cartas indicando que “muchos de los que rodean a Maduro forman parte de una cooperativa, una sociedad de cómplices”.

El adelanto del pronunciamiento un día antes del 1 de Mayo ocurrió por las filtraciones que apuntaban a que ese sector radical del gobierno pensaba tomar acciones contra los militares que estaban en las negociaciones, como en efecto ocurrió con la destitución de Cristopher Figuera, quien inmediatamente fue sustituido por el general Gustavo González López, a quien señalan como un hombre de confianza de Diosdado Cabello.

González López había estado en ese cargo como jefe del SEBIN pero fue removido por Maduro en octubre de 2018, por varios sucesos irregulares entre los que se destaca lo ocurrido el 27 de octubre de 2018, cuando en horas de la noche un comando a su cargo, detuvo el grupo de escoltas de la Guardia Presidencial en la autopista Francisco Fajardo de Caracas. Igualmente se le atribuyó la responsabilidad de la muerte del concejal opositor, Fernando Albán, que según la versión oficial se suicidó lanzándose del décimo piso de la sede del SEBIN en Plaza Venezuela mientras estaba bajo arresto en ese cuerpo de inteligencia.

A partir del regreso de González López se desató una feroz represión en contra de los disidentes y de las concentraciones civiles.

En respaldo al apoyo del ex jefe del SEBIN el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence anunció este martes 7 que ‟Estados Unidos está retirando todas sus sanciones al general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, con efecto inmediato”, durante un discurso en la Conferencia de las Américas, que se celebra anualmente en el Departamento de Estado, en Washington.

Pence confió en que el anuncio aliente a otros militares venezolanos “a seguir el ejemplo del general” Figuera.

Cuba y las FANB

A semejanza de Cuba, la Fuerza Armada Bolivariana fue estructurada de manera que al menos 80% de la economía del país esté controlada por los militares. De manera que el peso político sobre la FANB se ha ido reduciendo en la medida en que la institución armada ha cobrado fuerza por sí misma con el control económico y el control territorial por encima del poder civil.

A partir de agosto de 2007, con la reforma de la Ley Orgánica de la FANB se incorporan aspectos similares a las Fuerzas Armadas Cubanas como las Regiones de Defensa Integral (REDI). Tras esa medida se profundiza la incorporación de oficiales cubanos como asesores en la FANB, a nivel del CEO (Comando Estratégico Operacional) , y se envía a oficiales venezolanos a seguir cursos de Estado Mayor en Cuba con la inducción del cambio de doctrina militar.

En 2008 se establece el Grupo de Cooperación Estratégica dirigido por un general de las Fuerzas Armadas de Cuba cuya función fue asesorar la nueva organización de la FANB y revisión de los nuevos planes operacionales.

En la actualidad existen siete regiones estratégicas de Defensa Integral, que a su vez encuadran 24 Zonas Operativas de Defensa Integral, cuatro Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima Insular y 99 áreas de Defensa Integral desplegadas a todo lo largo de los 335 municipios del país.

De allí que es el sector militar el que domina todo el territorio por encima de las autoridades civiles como gobernadores y alcaldes, respondiendo solo a las instrucciones del Comandante en jefe de las FANB, a través del Presidente de la República y el Alto Mando Militar. Todo ese proceso estuvo dirigido al control militar por encima de la sociedad civil y los poderes regionales y al control interno en materia de seguridad. Por esa razón muchas veces hemos visto actuar a los componentes militares ejecutando acciones como el control de manifestaciones por encima de las autoridades civiles locales como gobernadores y alcaldías.

Los cambios en Cuba

A partir de la caída de la Unión Soviética en 1991 y en consecuencia, la desaparición del soporte económico de la revolución cubana, especialmente en el área militar, los Castro se vieron en la necesidad de hacer cambios radicales en su economía. Uno de los aspectos más dramáticos de aquel momento al que Fidel Castro identificó como “período especial en tiempo de paz”, era la sobredimensión de sus fuerzas armadas y la imposibilidad de mantenerlas operativas.

Los efectos de la crisis económica, muy parecida a la que vive hoy Venezuela, fue la aparición de un fuerte mercado negro, la pérdida de valor del peso cubano y la posterior ‟dolarización″ de la economía. El presupuesto de defensa alcanzaba los 1.149 millones de pesos, pero para 1996 había descendido a 497 millones de pesos. Pero esto no se debe entender como una simple reducción del 58%, el peso fue devaluado. La reducción real tuvo un impacto cercano al 70%. Para 1992 la reducción de las Fuerzas Armadas Cubanas pasó de unos 300.000 afectivos a 172.000; además del despido de aproximadamente 27.000 técnicos. Es de resaltar que la crisis económica afectaba los privilegios económicos de los que gozaba la cúpula militar y en consecuencia ponía en peligro la lealtad de sus líderes. Las deserciones incluyeron militares hasta en sus aviones de combate.

En la reducción de la fuerza militar, los Castro dejaron una minoría de oficiales de aproximadamente 30%, profundamente comprometida, en la mayor purga histórica que enfrentara ejército alguno y volcó el presupuesto de Defensa sobre ellos de manera de mantenerlos lejos de las carencias del resto de la sociedad.

Con el otro 70% de la oficialidad creó las Regiones Integrales de Defensa y las Zonas de Defensa (similares a las creadas ahora en Venezuela) que no tenían realmente que ver con la defensa, sino con la producción económica. Envió a la mayoría de los cuadros a las “zonas de desarrollo”, es decir, donde estaba el dinero. Ideas que sintetizó Castro en la siguiente expresión: “tanta importancia o más, tienen los frijoles como los cañones”. Al personal menos comprometido lo envió a sus casas.

De esa manera la alta oficialidad cubana pasó a manejar y a desarrollar las 40 empresas más importantes de Cuba que van desde la industria azucarera, transporte, comunicaciones, pesca, energía y minería, como el Grupo de Administración Empresarial (GAESA) hasta empresas financieras como la Corporación CIMEX.

Para 1993 Cuba poseía la fuerza aérea más grande del continente sur con 240 aeronaves. En la actualidad Venezuela posee una Fuerza Armada con 250.000 hombres, con un contingente de altos oficiales tres veces mayor a sus similares en el continente. Todo ello en el contexto de un país hiperinflacionario, con la mitad de sus ingresos, sin medicinas, sin alimentos y productos a los cuales solo hay acceso a través del mercado negro o del dólar paralelo.

En Venezuela, no menos de 80% de la economía está manejada por el sector militar y la alta oficialidad que fue separada de la institución militar para atender las empresas del Estado. Así que siguiendo el modelo de las divisiones del área militar, mayores generales, almirantes, generales y coroneles se integraron a las empresas más importantes del país, pertenecientes al Estado.

Al igual que en Cuba, los altos oficiales están en una suerte de “Divisiones Industriales” en metalmecánica, en minería, en energía, en finanzas, alimentos, entre otras.

La estructura financiera

Los mas importantes ministerios del poder público son manejados por militares. Según los datos recogidos por la ONG Control Ciudadano, entre los años 2013 y 2017, 52% de las gobernaciones del país son presididas por miembros de la FANB. Estos militares dejaron el uniforme y cargos en la administración pública para incursionar en la vida política en las filas de Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). De los gobernadores actuales, 9 provienen del Ejército; uno de la Armada y dos de la Aviación.

Nueve de los más importantes ministerios, entre ellos, Defensa; Relaciones Interiores; Industrias; Alimentación; Petróleo; Vivienda y Agricultura y Tierras, están en manos de militares.

Los órganos de seguridad y Policía Nacional los dirigen militares y las principales industrias del país, como PDVSA, las empresas básicas y minería están bajo el mando de militares.

Adicionalmente la FANB opera directamente 22 empresas militares en las que se cuentan la fabricación de armas y municiones; construcción; producción primaria; transporte; producción y venta de vehículos; telecomunicaciones; banca y finanzas; minería; medios de comunicación, entre otras ramas de la industria.

Las Fuerzas Armadas Cubanas manejan los seis ministerios mas importantes; el Instituto de Reservas Estatales; la Corporación de Aviación Civil; el Grupo Electrónica de Cuba; el sector turístico; la industria militar; los centros comerciales; naviera; el Departamento Ideológico del Comité Central y sus más importantes generales son miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba. En total manejan unas 40 empresas e institutos del Estado.

El concepto militar implantado desde Cuba, es opuesto a lo que establece la Constitución Bolivariana aprobada en tiempos de Chávez que mantenía la autonomía de la FANB y la independencia, opuesto a la parcialidad política. Los altos jefes militares venezolanos, incluyendo al ministro de la Defensa se declaran abiertamente “chavistas, socialistas y antiimperialistas” afianzando un concepto en el que son parte integrante y fundamental de la estructura de poder, no solo en el ámbito ideológico, sino también económico y territorial.

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