Deportes

Brasil 2 Venezuela 3: saber competir

El mayor aprendizaje que deja la práctica deportiva es que lo más importante es aprender a competir, porque quien se prepara para ello tendrá la oportunidad de ir en búsqueda de la victoria. Competir primero para triunfar. La selección vinotinto sub-17 ha encontrado en la disputa deportiva una zona de confort tan familiar y tan propia como para remontarle y ganarle un partido a la misma Brasil y a la misma vez recordarnos que los límites nos los ponemos nosotros mismos.

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A propósito de los Juegos Olímpicos Londres 2012, el periodista español y ex atleta olímpico Martí Perarnau escribía una hermosa descripción acerca del significado de esta competición:

“Los Juegos tienen más derrotados que ganadores. Normal, no en vano los Juegos son la vida y en la vida perdemos muchas más veces que ganamos. Los Juegos son un soplo de esperanza porque incluso perdiendo, nos demostraron que vale la pena competir”.

La selección que conduce Ceferino Bencomo se adhiere perfectamente a esa afirmación, sólo que en su caso, los chicos no se dejaron ir jamás, a tal punto que superaron una desventaja de dos goles por cero y así transformar una casi segura derrota en una hermosa victoria, la primera oficial de nuestra selección sobre un combinado brasilero.

Mi labor no es vender tickets de lotería ni adivinar el futuro cercano de este grupo de muchachos. Me encantaría verlos triunfar, pero por ahora me deleito y celebro con esta demostración que dignifica al deporte, lo aleja de la mentira del “pongan huevo” y nos recuerda justamente que el fútbol es una actividad magnífica en la que durante noventa minutos NADIE SABE QUÉ VA A SUCEDER.

Eso es el fútbol y eso es el deporte. Incertidumbre pura y dura. También son, el fútbol y el deporte en general, fabricas de ejemplos positivos que deben ser aplaudidos y copiados. Ojalá no bajen la guardia y el miércoles, ante Colombia, sigan mostrando que no hay imposibles. Y nosotros, espectadores de lujo de esta maravillosa muestra bien podríamos recordar, ahora que se celebra la victoria, una de las grandes enseñanzas de Marcelo Bielsa:

«Yo quiero que me quieras para poder ganar, no quiero que me quieras porque gané”.

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