La hoy campeona olímpica Yulimar Rojas recibió buenos consejos y en 2015 se fue a una plaza en donde podía entrenar y codearse con las mejores, dejándose ver por empresas que invierten a cambio de la alta exposición que los atletas le brindan a sus marcas.
En su país natal existe una sola empresa que apoya decididamente a los atletas más connotados (Empresas Polar). Las demás firmas privadas que pudieran apoyarle luchan por sobrevivir en un entorno económico conflictivo como el de la recesiva economía de Venezuela. El gran dinero nunca iba a llegar por ahí.
Llega al top y tu cuenta bancaria te acompañará
En los deportes globalizados el patrocinio privado está en función de resultados y esos resultados se logran compitiendo.
Es una mezcla en la que necesitas ganar en tu entorno siendo juvenil, ser visible fuera de él al competir regionalmente, acceder a competir con los grandes, y mantenerte.
Así como en el fútbol hay ligas locales, en atletismo una competición clave es la Liga Diamante, la cual paga cada año desde US$60.000 al ganador de cada disciplina.
Yulimar Rojas, triunfando en la Liga Diamante.Lea aquí: Premios en Liga Diamante 2018
Comencemos con $100.000
Por otro lado están las empresas como Nike, la cual paga al menos $100.000 al año a los deportistas que estén en el Top10 en disciplinas como el atletismo.
Yulimar llegó no sólo al top, ella se convirtió en el Top, su cuenta bancaria acaba de despegar.
Lea aquí: Forbes | Unos atletas hacen dinero y otros sufren
El entorno define muchas cosas
Hay países como Filipinas que ofrecen dinero de verdad (US$660.000) si un atleta alcanza la gloria olímpica, casi como una recompensa por haber triunfado pese a una muy débil estructura competitiva local. Es obvio que será espasmódica la hazaña de Hidilyn Díaz en Tokio2020, la filipina que ganó su categoría en halterofilia.
Lea aquí: A Hidilyn Díaz su recompensa le espera en Manila.
En otros país, como Cuba el gobierno es el encargado de financiar los eventos deportivos amateurs y la preparación de los atletas para las competiciones. Allí es el jerarca del Partido Comunista el que decide qué se impulsa más (atletismo, halterofilia, boxeo, béisbol) y qué permanecerá relegado (fútbol , natación, baloncesto). Para el atleta exitoso de ese país el político es el primer rival.
Allí el Estado les garantiza cierta diferenciación del resto de la masa popular a los atletas olímpicos, éstos renuncian a ser millonarios para conformarse con ser asalariados y dependientes de los políticos que controlan el Poder.
En pos del libre mercado
Muchos atletas cubanos se maravillan con sus posibilidades en los países con mercados libres y al retirarse emigran (aunque muchos lo hacen en plana actividad y desertan de sus delegaciones).
Entre los retirados está Iván Pedroso, entrenador de Yulimar Rojas en España.
Lea quién es Iván Pedroso
En Cuba, aunque su modelo olímpico se evidencia como decadente, el Estado le sigue garantizando unos mínimos a los atletas. En la Venezuela actual el apoyo es exiguo y también subordinado a la política.
El deporte amateur venezolano, incluso mucho del profesional, depende del gobierno y desde el año 2013 no se realizan los Juegos Nacionales, principal semillero de cualquier país. Aun más duro, muchos atletas venezolanos ni siquiera pudieron asistir a las pruebas clasificatorias del ciclo olímpico porque no se les asignó presupuesto para boletos aéreos.
Yulimar hizo bien yéndose.
Hay otro modelo
En EEUU el gobierno no apoya el desarrollo deportivo amateur o profesional. No se usa el dinero de los contribuyentes en eso, se considera que es estrictamente algo privado.
Las federaciones son las encargadas de organizar eventos, buscar donaciones y patrocinio para obtener el dinero que sus atletas necesitarán para entrenar y competir.
La Federación de Remo de EEUU (US Rowing) hace hasta rifas para ir a competir.
Incluso, las federaciones tienen tiendas en línea para que el público compre artículos con el sello federativo: Aquí Tienda de Federación de Atletismo de EEUU
Dos campeones, dos consejos, dos decisiones, dos destinos.
Yulimar despegó. Caso distinto el del también venezolano Rubén Limardo, campeón olímpico de Esgrima en Londres 2012 que escogió quedarse en su país, entró en la política y salió electo diputado.
Pero Limardo no dispuso de los recursos ofrecidos por el gobierno para prepararse adecuadamente para Tokio 2020 y hoy honradamente trabaja en una actividad paralela al deporte en Varsovia, Polonia, donde reside.
Limardo se entrena mientras se lo permite su oficio obligado como repartidor de pizzas.
Hoy Yulimar Rojas es una atleta cuyo capital se encuentra en torno a US$1 millón.
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