Destacados

Maduro prepara a Nicolasito, su futuro “heredero bolivariano”

En las más férreas dictaduras los autócratas salen del poder por enfermedad, vejez o la muerte, como acaba de ocurrir con la salida de Raúl Castro y otros dirigentes del Partido Comunista con promedio de 90 años de edad y 60 en el poder. Pero cuando dan ese paso suele aparecer “el sucesor” que se ha ido forjando de la mano del autócrata. ¿Se encamina Venezuela a un modelo en donde impera la sucesión por encima del voto elector?

nicolasito maduro guerra
Publicidad

Nicolás Maduro Moros contempla mantenerse en el poder indefinidamente, o el menos por muchos años más, a pesar de no contar con el respaldo popular ni del electorado venezolano. El heredero de Hugo Chávez se afianza tras años de complejas jugadas dentro de la nomenklatura chavista. Y ya cuenta hasta con Nicolasito.

Algunos analistas políticos observan que en el efecto el actual líder civil de la llamada revolución bolivariana ya tiene hasta su propio sucesor en ciernes para un futuro muy, muy lejano. Se trata de su único hijo varón, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, a quien llama “Nico”, y a quien está formándolo decididamente como heredero y delfín al estilo de las más férreas dictaduras históricas.

Califican a Nicolasito el “Kim Jong-un tropical”, o el heredero bolivariano de esta futura Corea del Norte tropical, aislada, bien armada y gobernada por un cúpula cerrada con grandes negocios familiares.

Por ahora, en esta inducción en el poder Nicolasito tiene cada vez más roces estratégicos y de alto gobierno, así como cada vez más apariciones públicas.

Según algunas fuentes, asiste a unos incipientes encuentros que, bajo la intermediación de gobiernos extranjeros, buscan un posible diálogo entre el chavismo y grupos opositores por una salida pacífica, constitucional y negociada al largo conflicto político y humanitario que atraviesa Venezuela.

Chávez impuso estilo en la sucesión

Cuando el 8 de diciembre de 2012 Hugo Chávez designó como heredero del trono de la revolución a Nicolás Maduro Moros, no solamente implantó un sucesor. Además abrió el camino al concepto del “heredero” en la política venezolana y en la continuidad del proyecto político personalista salidos de los cuarteles militares.

A partir de ese momento, y dada la pérdida del apoyo popular de la revolución, en el chavismo nadie podría pensar que en adelante la vía para alcanzar la máxima jerarquía en la carrera política sería por el favor del voto popular, sino más bien por la mano, o el índice, del líder máximo.

Ahora le toca a Maduro asegurar su nuevo sucesor de una buena vez.

Antes de que Chávez ratificara la decisión que se había fraguado en La Habana, con la anuencia de los hermanos Castro, de ungir a Maduro, la idea de ser visto como el candidato idóneo enfrentaba a un grupo de aspirantes de la cúpula chavista.

Confianza y poder

Unos pocos de ellos tenían el privilegio de ser recibidos en el entorno presidencial cuando el mandatario se hacía sus tratamientos contra el cáncer. Desfilaban por el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), el exclusivo hospital de Cuba, donde se atienden sólo los altos jerarcas cubanos.

Otros dirigentes como el capitán Diosdado Cabello a la distancia movían sus piezas para preparar el posible camino a la Presidencia. Los hijos de Chávez no contaban con las credenciales, ni tuvieron el tiempo necesario para ser preparados para el puesto, aunque esa posibilidad sí se especulaba acerca de María Gabriela. Sólo su hermano Adán Chávez contaba con esa posibilidad.

Mientras Hugo Chávez convalecía, en todos los aspirantes al trono había un punto en común: era indispensable lograr el visto bueno del soldado revolucionario. Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Adán Chávez, Elías Jaua y Nicolás Maduro, tenían claro que su decisión y el aval de los hermanos Castro sería el elemento clave para ocupar el sitial que dejaría el máximo líder de la revolución.

Ya desde varios años atrás dentro del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se comprendía que para aspirar a un alto cargo valía más ser un favorecido de Hugo Chávez que los votos de las bases del partido.

“Dedazo” por encima del voto

En los procesos internos del PSUV, algunos de los más votados por las bases terminaron fuera del partido. Otros, como Diosdado Cabello, quien no alcanzaba los votos, fue designado como vicepresidente del PSUV.

El partido no hace elecciones desde 2008, cuando fue escogida la Dirección Nacional. En ese entonces, varios de quienes hoy constituyen la cúpula gubernamental no fueron favorecidos por el voto de las bases.

Esa fue una elección de segundo grado, el 9 de marzo de 2008 y sufragaron 79.448 delegados, en representación de 5 millones de militantes. Para esa elección fueron vetados algunos líderes como Juan Barreto, ahora disidente y jefe de la organización REDES.

Diosdado Cabello quedaría como suplente. Igualmente le ocurrió a Freddy Bernal, el actual gobernador impuesto a la fuerza en el estado Táchira tras perder las elecciones.

Bernal, un ex policía, también es coordinador nacional de los CLAP (el programa oficial de racionamiento de alimentos básicos).

También entraron Tareck El Aissami, actual ministro de Petróleo. Maduro y Héctor Rodríguez (gobernador del estado Miranda) son de los pocos de la cúpula que recibieron el respaldo de las bases.

Los dejados en el camino

Varios dirigentes electos aquella vez están fuera del partido: Rafael Ramírez, Héctor Navarro y Ana Elisa Osorio por exigir mayor participación de las bases. Igual destino tuvieron Rodrigo Cabezas, Antonia Muñoz, Mario Silva y María León.

Si bien Maduro y Cabello coinciden en evitar que las bases o el voto electoral se interpongan en los planes de la cúpula dirigente, la vieja aspiración de Cabello a la sucesión parece estar alejada de los planes del jefe actual, Nicolás Maduro.

Cabello figura para la óptica de ciertos analistas como el número dos en el poder. Pero su último cargo de importancia fue en la ya eliminada Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Actualmente ocupa el cargo de segundo vicepresidente del PSUV.

Solo una vez pudo saborear -y por muy poco tiempo- el título de “Presidente de la República”: fue el 14 de abril de 2002 por unas horas. Fue mientras esperaba el regreso de Chávez quien había sido sacado del poder por las violencia generada durante el «golpe de estado» o «vacío de poder» del 11 de abril.

Andanzas de Nicolasito

Nicolás Maduro Guerra, conocido como “Nicolasito” ha tenido una carrera ascendente guiada por la mano presidencial de su padre y el aval de su madrastra Cilia Flores.

A los 23 años recibió un cargo creado para él como jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia de la República. Era 2014 y el cargo era para vigilar los recursos del Estado.

Desde allí está presente en los eventos más importantes del gobierno: estuvo en la Asamblea Constituyente (ANC) creada por Maduro para aniquilar las funciones del parlamento opositor. Desde entonces se reúne frecuentemente con militares del alto mando, quienes le obedecen.

Desde finales de 2020 es parte de la Comisión de Diálogo de la Asamblea Nacional, creada por el régimen para lidiar con quien acepte alguna forma de negociación de alto nivel.

Flautista del chavismo

Es diputado de la nueva Asamblea Nacional (Congreso) electa en diciembre de 2020 y que no es reconocida por las democracias occidentales y es vicepresidente de Formación de la Juventud del PSUV. También fue nombrado en 2014 coordinador del proyecto de la Escuela Nacional de Cine y posee su propio espacio multimedia “Maduro Guerra Live” en redes sociales.

En su perfil de Twitter, @nicmaduroguerra se describe como “músico (flautista), economista y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela. Defensor de la verdad de Venezuela”.

Nicolasito formó parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela entre 1998 y 2004. Estudió Economía Social en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA).

Pero no toda la carrera guiada por su padre, el Presidente, ha sido de aciertos. Al lado de su desempeño político se ha reseñado en medios informativos y es de dominio público una serie de situaciones que indican que el camino hacia el poder implican altos riesgos para el aspirante.

El 23 de julio de 2020 el Departamento del Tesoro sancionó a los hermanos Santiago José Morón Hernández y Ricardo José Morón Hernández, a quienes acusa de brindar apoyo a Nicolás Maduro Guerra en “actividades corruptas de miembros del régimen ilegítimo de su padre, Nicolás Maduro Moros” según la Orden Ejecutiva (EO) 13692 de la OFAC, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro.

También sancionó al propio Nicolás Maduro Guerra.

Oro de arco minero

“Estados Unidos está comprometido a atacar a las personas que facilitan y habilitan este régimen corrupto mientras continúan ignorando el bienestar del pueblo venezolano… Santiago y Ricardo está siendo incluidos por haber asistido, patrocinado o proporcionado materialmente apoyo financiero, material o tecnológico, bienes o servicios o apoyo a la corrupción pública por parte de altos funcionarios dentro del Gobierno de Venezuela”, refiere el Departamento del Tesoro.

“Por separado, Maduro Guerra, Santiago, Ricardo y sus aliados más cercanos son figuras centrales en la industria del oro de Venezuela. Maduro Guerra está acusado de realizar transacciones ilícitas, incluida la venta de oro extraído en Venezuela y enviado desde el Banco Central de Venezuela, que fue incluido por la OFAC el 17 de abril de 2019 de conformidad con la EO 13850, según enmendada. Santiago y Ricardo supervisan el mecanismo financiero del esquema de oro ilícito”, dice el comunicado del Departamento del Tesoro.

Las sanciones compartidas

Nicolasito pocas veces se ha dejado ver en compañía de los hermanos Morón; pero ante el comunicado de la OFAC, al conocer estas sanciones, el mismo 23 de julio escribió en su cuenta de Twitter:

“Solo puede sancionar quien tiene autoridad, es necesario que exista un delito probado. Estados Unidos no tiene pruebas para demostrar la venta ilícita de oro por parte de los hermanos Morón. Lo único que tiene son medios a su servicio que dejan de lado la rigurosidad y ética para dedicarse a difundir mentir”.

Simpatías por el diablo

A finales de julio de 2019 Nicolasito Maduro Guerra, acudió a Pyongyang como comisionado nacional de Formación Ideológica del PSUV a un congreso de las juventudes comunistas. Desde el amplio auditorio en donde se concentraron los jóvenes del Partido del Trabajo de Corea del Norte, para ratificar el apoyo a Kim Jong Un, cuya gigante foto se destacaba en medio del auditorio, Maduro Guerra, en compañía de Fidel Madroñero, ancla del programa “Zurda Konducta” de VTV, expresó: “Somos embajadores y portadores del mensaje”.

En video en Instagram @maduroguerra: “En Corea del Norte estuvimos llevando a cabo una agenda de hermandad, de paz entre los pueblos. Una lucha justa por la soberanía e igualdad de los pueblos. Seguimos recorriendo caminos para afianzar los lazos de hermandad con el mundo, para consolidar un abrazo fraterno de los venezolanos para todas y todos aquellos que día a día trabajan por la construcción de un mundo más humano”.

Escuela coreana

Kim Jong Un está en el poder desde 2011 como líder supremo. Ya van 10 años de mandato. Pero además de ese cargo es comandante supremo del Ejército Popular de Corea del Norte; secretario general del Partido del Trabajo de Corea, presidente de la Comisión Militar Central y presidente de la Comisión de Defensa Nacional.

A eso suma el cargo de comandante supremo del Ejército del Pueblo Coreano y miembro del Presidium del Comité Permanente del Politburó del Partido del Trabajo de Corea. Su abuelo, Kim Il Sung, estuvo en el poder desde 1948 hasta que murió a la edad de 82 años en 1994. Su padre, Kim Jong Il, murió a los 69 años en diciembre de 2011.

Nicolasito Guerra Maduro en su mensaje de apoyo a Kim Jong Un refería: “La lucha del pueblo coreano es justa. Y más que eso, es humana. Y como tal, es nuestra también. Esta visita es histórica, porque nos permite aprender de ustedes, de su modelo de resistencia, de su modelo de sociedad. Un mundo más justo, más humano, sí es posible, lo vamos a construir juntos”.

Los negocios en las sucesiones

Cuando se habla de sucesiones en las dictaduras, no sólo es un asunto de nombres. Detrás operan los intereses económicos y políticos de quienes han de heredar. La llegada de Maduro al poder favoreció a una cúpula que hoy parece inamovible. Ese cogollo no sólo ostenta los principales cargos políticos sino que además controla y vigila los principales movimientos financieros del país.

Desde que fue ungido como heredero, Nicolás Maduro fue dejando de lado a importantes figuras del chavismo, civiles y militares y fue favoreciendo a otros. Igualmente dio un vuelco en los proyectos económicos en donde fueron cambiando los rostros del poder y de quienes están detrás del trono.

En noviembre pasado, cerca del cierre de la campaña que inevitablemente lo llevaría a ser electo diputado, Nicolasito Maduro Guerra le decía a la agencia Efe que no le molesta que le llamen «Nicolasito» o «Madurito». Afirma que nunca pensó que terminaría convertido en político.

«La política se interesó por mí, la vida me llevó a hacer política (porque) yo siempre estuve pegado a mi papá, adonde él iba, yo iba a con él», dijo.

Economista a la medida

Antes de entrar en la arena política, Nicolasito obtuvo un grado como «economista social». El plan de estudios de esta carrera fue diseñado por el mismísimo Hugo Chávez, en un supuesto intento por poner a la gente y no a los números en el centro de esta ciencia social.

Recientemente, con el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba se produjo una nueva transición del poder. Las tres principales figuras históricas de la revolución: Raúl Castro de 89 años, José Ramón Machado Ventura, de 90, y el comandante Ramiro Valdés Menéndez, de 88, dejan el Buro Político luego de 60 años.

Pero al frente queda Miguel Díaz-Canel (61 años) como máximo líder y pieza clave de esta cúpula que se consolidó tras la salida de Fidel Castro en 2006 y el ascenso de su sucesor, su hermano Raúl Castro.

El mayor de los Castro llevó a cabo un proceso en donde empoderó a sus más fieles seguidores tras la muerte de Fidel en 2016.

Cambios de confianza

Al igual que ocurriera con el ascenso de Maduro, Raúl Castro hizo importantes cambios desde que comenzó su dinastía y eliminó a figuras de confianza de Fidel. Los cambios no sólo fueron en lo político, sino en especial en los negocios y empresas que se manejan desde el Estado.

Entre las primeras bajas estuvo Carlos Lage, mano derecha de Fidel, quien ocupaba la vicepresidencia del Consejo de Estado y fue destituido en 2009. Su trágico destino lo condujo a desempeñarse como supervisor de la campaña contra el mosquito Aedes aegypti del Departamento de Epidemiología del policlínico 19 de Abril, municipio Plaza, en La Habana.

Otros dirigentes de confianza de Fidel también desplazados fueron: Felipe Pérez Roque (ex canciller), Carlos Velenciaga, Otto Rivero y Fernando Ramírez de Estenoz. Lage y Pérez Roque publicaron cartas en el diario “Granma” en la que admitieron sus “errores” y renunciaron a sus cargos. En otras palabras, pidieron perdón por disentir.

En familia

A Nicolás Ernesto Maduro Guerra, Nicolasito, algunas fuentes le atribuyen injerencia y conducción en importantes nuevos negocios que se están generando en Venezuela.

De la misma manera que ocurrió en Cuba con el manejo de Raúl Castro, con el nuevo poder de Maduro desde 2013, importantes proyectos económicos son asignados a “empresarios” de confianza. También se forjan alianzas internacionales, se crean nuevas firmas locales o en paraísos fiscales y en países aliados.
Cientos de estos casos han sido develados en importantes trabajos periodísticos y en denuncias e investigaciones iniciadas en el exterior.

Estos cambios también generan enfrentamientos y rivalidades internas entre quienes están en la actual cúpula y beneficiados del pasado. De allí casos sorprendentes de figuras que han estado del lado del chavismo durante muchos años y sorpresivamente terminan en el exilio y con expedientes en el Tribunal Supremo de Justicia como Rafael Ramírez, Luisa Ortega Díaz y Clíver Alcalá.

Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 23 de abril de 2021.

Publicidad
Publicidad