Venezuela

Día de la Mujer en Venezuela: mucho por hacer, nada que celebrar

El Día Internacional de la Mujer, antes llamado “Día de la Mujer Trabajadora”, fue institucionalizado en 1975 por la ONU para conmemorar la lucha de la mujer por su participación, -en igualdad de género con el hombre-, en la sociedad y para abogar por su desarrollo íntegro como persona. Se celebra en todo el mundo el 8 de marzo.

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FOTO Andrés Gerlotti

En medio de la crítica situación económica, social y política que atraviesa el país, las mujeres son las más afectadas, y a la vez son las principales guerreras en la lucha diaria para enfrentar el acelerado deterioro de la calidad de vida de la familia venezolana.
No es una fecha para celebrar porque no hay nada que celebrar, sino una fecha para inspirar nuevas luchas.
Más allá de las cadenas de felicitaciones vía redes sociales, de los discursos, tarjetas y ramos de flores en una fecha a veces mal interpretada en una sociedad esencialmente machista, en realidad el Día Internacional de la Mujer es un fecha rebelde, de reivindicación, que recuerda la necesidad de luchar contra las enormes injusticias de género que han enfrentado las mujeres -el verdadero sexo fuerte- a  lo largo de la historia mundial.
En Venezuela, la falta de alimentos y medicinas (y sus altos precios cuando aparecen), la escasez de medicamentos, la violencia criminal –mal llamada inseguridad- el desempleo abierto, los salarios de miseria, el colapso de la atención en los hospitales públicos y el deterioro de las escuelas, así como la desintegración de las familias por la emigración forzada o no de algunos de sus integrantes, son algunos de los problemas que afectan a todos, pero principalmente a las mujeres, en sus roles de abuelas, madres, hijas, esposas, nietas y hermanas.
Muchos estudios de expertos en diferentes áreas han tratado la situación actual general de la mujer en este momento crítico en Venezuela.
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En El Estímulo buscamos algunas opiniones de amas de casa que a la vez son líderes en sus comunidades y también enfrentan el día a día de una Venezuela hostil.
Visitamos a dos líderes comunitarias de barriadas en Petare, municipio Sucre, del estado Miranda, en la Gran Caracas. Una de ellas es opositora al Gobierno de Nicolás Maduro, simpatizante del partido Primero Justicia y espera por un pronto cambio de gobierno.
Nuestra otra entrevistada es militante del Partido Socialista Unido de Venezuela, Psuv, y ha jurado defender lo que califica como “el legado” del ex presidente Hugo Chávez. Ella apoya con toco al gobierno de Nicolás Maduro.
Nada que celebrar
Betty Díaz, nació y creció en Petare, donde siempre ha desarrollado programas sociales en los barrios Unión, El Carpintero, Vuelta El Beso y El Carmen, donde habita desde hace más de 30 años. Pertenece a Primero Justicia, uno de los partidos con más fuerza entre los adversarios al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Las mujeres venezolanas no tenemos nada que celebrar, en estos tiempos cuando se ha desmejorado nuestra calidad de vida y la de nuestra familia”, sentencia.
“Son tantos los problemas que estamos padeciendo, especialmente por la falta de alimentos. Las personas están pasando hambre, especialmente los niños, muchos de ellos han dejado de ir a la escuela ya que sus padres no tienen para darles alimentos. Por otra parte tenemos que los productos que se puede conseguir tienen un alto costo y con el salario mínimo que devengan los trabajadores no pueden pagarlos. Enfermarse en Venezuela y más si se es pobre, es toda una tragedia, la infraestructura hospitalaria se encuentra en el piso y no hay medicamentos”, señala Díaz.
El problema de la inseguridad en Venezuela, fue sufrido en carne propia por esta líder comunitaria, cuando hace 10 años le asesinaron a uno de sus hijos.
“A mi hijo me lo mataron para robarlo en la zona de El Marqués, así como yo son muchas las madres que han sido víctima de la violencia desatada. Nuestros jóvenes emigran a otros países en busca de una mejor vida y nada se les puede criticar, aquí, por ahora, no tienen oportunidades. Diariamente se van desintegrando muchas familias y creo que pronto tendré que despedir a mis otros dos hijos”, señala Betty Díaz.
En cuanto a las políticas sociales del gobierno de Maduro, señala no estar de acuerdo con la asignación de bonos, con la regaladera de dinero.
“En Venezuela lo que hace falta es que la gente se prepare, que vuelvan a tomarle amor al estudio, al trabajo. Siento que actualmente la mujer venezolana tiene una baja autoestima, nosotras seguimos siendo la cabeza de los hogares y los graves problemas nos agobian”, señala.
Indicó que se hace necesario reactivar el aparato productivo del país, para comenzar a producir nuevamente los alimentos que consumimos en Venezuela y que se dejen a un lado los negocios que tienen algunas personas con la importación masiva de la comida (especialmente para ser distribuidos por los comités encargados del racionamiento, los llamados Clap).
Para ayudar a los niños de su comunidad Betty Díaz se ha propuesto ahora crear un comedor popular, para asegurarle el almuerzo a 60 pequeños “El presidente Nicolás Maduro, necesita de gente como yo, que le duela el país, que quiera ver a Venezuela libre de pobreza. Yo le invito a caminar los cerros, para que conozca de primera mano lo que padece la gente humilde, algunos son militantes de su partido, pero que al igual que los demás pasan el trabajo parejo”.
Tengo la esperanza
Rocío Rodríguez es vecina del sector La Línea, en Petare Sur. Es vocera del Consejo Comunal Asovelinea 4, militante del Partido Unido de Venezuela, defienden el legado del expresidente Hugo Chávez y promete lealtad a Nicolás Maduro.
“Yo considero que desde que comenzó la revolución la mujer venezolana ha sido dignificada, ha logrado tener puestos de importancia en la política tanto a nivel nacional, como internacional. La mujer ha sido pieza fundamental en organización comunitaria, en el desarrollo de los programas sociales implementados por el presidente Nicolás Maduro, para mejorar nuestra calidad de vida”, dice Rodríguez,
Rocío ha sido madre 4 veces y tiene tres nietos, no desconoce que en Venezuela hay graves problemas con la distribución de alimentos, con la inseguridad, con la falta de medicamentos, con la atención en los hospitales, por la falta de dinero en efectivo, entre otras situaciones.
“Pero la mayoría de estos problemas son causados por la guerra económica, por el cerco que algunos nos tienen. El presidente Nicolás Maduro ha implementado algunos programas sociales para atender la crisis, como los bonos, las ayudas económicas, beneficio que llega especialmente a las mujeres, a las madres, a las personas de la tercera edad y con alguna discapacidad”, señala.
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También defiende las misiones educativas (programas sociales del chavismo), en donde –asegura- las mujeres han tenido una gran oportunidad de graduarse en distintas carreras.
“Tenemos que resaltar la Misión Vivienda en donde miles de familias han logrado obtener un techo propio, el impulso de las unidades socioproductivas y la serie de leyes que amparan a las mujeres, que defienden sus derechos”, agrega.
Dice tener una fe inquebrantable en que Venezuela saldrá de la crisis, pero que se requiere que las autoridades no solo luchen contra los enemigos internacionales. “También es necesario realizar un examen interno de nuestro proceso, hacerle la guerra a las personas que sabotean, a los corruptos, a los delincuentes, a los enemigos de la patria que la quieren ver destruida”, sentencia.
Un futuro incierto
La doctora Deisy Oviedo, Coordinadora del Postgrado de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Central de Venezuela, ha llevado a cabo una serie de estudios sobre la situación de la mujer venezolana y la crisis actual.
Cita resultados de las investigaciones que ilustran cómo la calidad de vida de las mujeres ha desmejorado en los últimos años. El futuro tampoco no es nada alentador.
“Se estima que en el 85% de los hogares venezolanos el rol de jefe de familia corresponde a las mujeres, que para enfrentar la crisis han tenido que buscarse varios empleos o redoblar su jornada laboral con el objetivo de tener nuevos ingresos, que nunca le alcanzan para adquirir los alimentos necesarios para la manutención de su familia”, dijo Oviedo.
Señala que la mujer en nuestro país es la que le ha tocado realizar los grandes sacrificios “además de tener que trabajar por un salario que no alcanza para cubrir sus necesidades, tiene que hacer las largas colas para tratar de adquirir los alimentos y deja de comer para asegurar que los integrantes de su familia puedan tener un plato de comida”.
Indica que en Venezuela las mujeres están sometidas diariamente a la violencia institucional por parte del Gobierno, cuando no existen las condiciones necesarias para que puedan tener el acceso de los alimentos, a los medicamentos, a una buena atención médica, cuando fallan los servicios públicos básicos como son el agua, la electricidad, el gas doméstico y la seguridad, entre otros.
“La mujer venezolana es sometida a una discriminación cuando le exigen presentar el carnet de la patria para poder acceder a cualquier servicio público, cuando este es un derecho que tienen todos los ciudadanos, sin ninguna distinción”, indicó Oviedo.
Explicó que los casos de violencia de género, los casos de violencia intrafamiliar van en aumento, se estima que Venezuela es uno de los países con la tasa más alta de violencia, se calcula que el 40% de las mujeres venezolanas ha sido víctima de algún tipo de violencia, es decir 4 de cada 10 mujeres.
“Igualmente Venezuela se encuentra entre los países con mayor número de mujeres asesinadas por sus parejas, las cifras son aportadas por Organizaciones No Gubernamentales, pues las autoridades no presentan datos desde el año 2011. En el año 2016 se conoció que por los menos 169 mujeres fueron asesinadas por sus parejas, cifras que van en aumento, pero lamentablemente no todos los casos salen a la luz pública”, dijo Oviedo.
La desintegración de la familia por la partida de alguno de sus miembros hacia otros países es otro de los graves problemas que deben enfrentar las mujeres venezolanas.
“Se habla mucho de los casos de los madres que tienen que ver partir a sus hijos, pero son considerables los casos en los cuales es la mujer que parte a otras latitudes en busca de mejores ingresos para mantener a sus familias, dejando la crianza de sus hijos a tercera personas como son los abuelos o tíos, que en muchos casos no reúnen las condiciones para atender y asegurarle un buen futuro a los pequeños”, señala.
Para la doctora Deisy Oviedo, la futuro de la mujer venezolana se mantendrá bastante conflictivo, pues en un futuro cercano no se vislumbran mejoras en las áreas socio económicas en el país.]]>

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