El trazado, que considerado el más rápido y de los mejores de América Latina, entró en desuso por la ausencia de campeonatos, situación que se ha agravado con la crisis del sector automotor.
En medio de la crítica situación económica que vive el país, ningún área queda indemne, incluso los deportes y, específicamente las competencias a motor. Muestra de ello es la información de la puesta en venta del Autódromo Internacional de San Carlos, Cojedes, el primer circuito de carreras inaugurado en el país y que varias glorias ofreció a los deportes venezolanos.
Desarrollado sobre una parcela de terreno de 854.573 metros cuadrados, de acuerdo con la publicación especializada La Guía del Motor, el autódromo es ofrecido en venta por 7.200 millones de bolívares, más de tres veces por encima del precio inicial de Bs. 2.147 millones pautado en agosto de 2015, cuando según páginas de ventas de inmuebles y propiedades, se colocó el anunciado por primera vez.
El autódromo, que consta de pistas para automovilismo, motociclismo, kart y motrocross, fue inaugurado en 1970 por iniciativa de Alberto Rodríguez, con el apoyo financiero de la Casa Boulton, y en su construcción se invirtieron 7,9 millones de bolívares.
El capital accionario de la empresa estaba divido entre Rodríguez, su madre y un socio externo, Francisco Morena. Una deuda que por 208.000 bolívares mantenía la empresa con la constructora devino en un juicio que se dirimió fuera de tribunales, para lo cual los Boulton solicitaron que incluir como garante a su amigo Fernando Baíz, miembro de una familia ligada al mundo de la velocidad.
“La promesa de Fernando fue que una vez que se pagara la deuda él me devolvería el 50% de las acciones que tenía en su poder, pero nunca lo hizo”, afirma Alberto Rodríguez.
Desde entonces, los Baíz figuran como propietarios del autódromo pese a no haber estado ligados a su construcción. “Pequé de confiado”, sustenta Rodríguez, cuyo nombre aún figura como propietario de una acción en la empresa y quien asegura desconocer el proceso de venta.
Mauricio Baíz, actual director del autódromo, ha mantenido estrechas relaciones con el gobierno, al punto de haber sido el encargado de presentar a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) la propuesta de convertir a La Carlota en un trazado de Fórmula 1; uno de los tantos planes presentados por Hugo Chávez para el futuro Parque Bolívar, que conectará al Parque del Este con la base aérea.
Gloria pasadas
Para el momento de su construcción, el trazado fue considerado como uno de los mejores y el más rápidos de América Latina, y gracias al despunte de pilotos criollos en el motociclismo mundial como Jhonny Cecotto y Carlos Lavado, fue homologado por la Federación Internacional de Motociclismo para albergar cuatro válidas del campeonato mundial de la especialidad entre 1976 y 1979.
San Carlos incluso fue alguna vez mencionado como posible circuito de pruebas de la Fórmula 1, condición que perdió luego que unas modificaciones en el trazado. Luego de eso, fue sede varias pruebas de motocross de talla regional, válidas para el campeonato mundial de la especialidad.
Más recientemente, durante la década de los 90 y 2000, San Carlos fue semillero de competencias nacionales como las fórmulas Ford 1600 y 2000, la competencia local Ferrari Challenge, Fórmula GT Junior, Fórmula Fiat Palio y campeonatos nacionales de karting.
Por entonces, Mauricio Baíz solicitó a la FIA la homologación del circuito para que se disputara una válida del Ferrari Challenge, petición que fue denegada por el mal estado en el que se encontraba el trazado.
“Mantener un circuito de carreras requiere de una fuerte inversión”, señala el comunicador especializado en los deportes de velocidad Alberto Hidalgo, cuya opinión trae a colación que los pocos y cada más con menos participantes campeonatos locales no aportaron los recursos suficientes para el mantenimiento del circuito cojedense.
La situación empeoró con la recesión que desde 2008 viene sufriendo el sector automotor nacional, cuya producción y ventas han venido mermando consecutivamente hasta llegar el año pasado al peor registro histórico tras vender apenas 17.585 unidades, una caída de 96% respecto al récord de 2007.
