Opinión

El objetivo vinotinto de Sanvicente

Más allá del fastidio que dejan las cuatro derrotas en cuatro partidos, el norte del seleccionador y su cuerpo técnico sigue siendo el mismo que cuando tomaron las riendas del equipo nacional. ¿Cuál es esa meta? Intentaremos descubrirla en estas pocas líneas.

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Una vez consumada la caída ante Bolivia, quise recordar que con el cambio de seleccionador no se gestaba una simple sustitución; la llegada de Noel Sanvicente traía como consecuencia inmediata una modificación en el modelo de juego, o mejor dicho, en la identidad del equipo nacional. Esa metamorfosis, compleja como toda modificación profunda, no tiene una fecha exacta que señale el inicio de la adecuación de sus protagonistas a este nuevo caparazón. Esto dependerá de la claridad del mensaje que se pretende instaurar, de la voluntad de los intérpretes y, entre otras cosas más, de la flexibilidad de quienes proponen semejante giro de tuerca.

Comprendido entonces el modelo de juego como la manera a través de la cual un equipo intentará someter al rival y conseguir la victoria, hay que preguntarse cuál es el camino para llevar a cabo este proceso. Si atendemos el consejo del entrenador español Dani Fernández, lo primero que hay que procurar es que los futbolistas que integran el equipo dejen de lado su ego a favor de un bien superior. ¿Por qué? Porque cada futbolista está obligado a comprender que, en su zona de influencia, debe jugar al fútbol, con o sin pelota, pensando siempre en qué es más conveniente para ese colectivo del cual es parte.

Pero además, para la creación de una identidad, el futbolista está en la necesidad de comprender el fútbol. Más allá de lo que la prensa y algunos mal llamados especialistas han querido vender, este juego no tiene etapas defensivas ni ofensivas; el fútbol es uno solo y como tal debe ser entendido. El caso de Juan Arango, expuesto hace un par de días en esta web, ayuda a comprender esto que, por ejemplo, fue una de las bases de Arrigo Sacchi al mando de su inolvidable AC Milan. Trabajo de equipo, para el equipo y con el equipo.

“Como estamos hablando de un deporte de equipo, empecemos con lo que une al equipo: el juego. ¿El juego de qué es fruto? De las ideas y del trabajo. Y sin ideas, ni trabajo, no tienes el juego. Si no tienes el juego te fías solo de las individualidades, y nunca ninguna individualidad tendrá la potencia de un equipo”. Arrigo Sacchi para www.elenganche.es

Siguiendo el consejo del maestro italiano podemos concluir que el desarrollo de un modelo de juego, de una identidad, pasa por tener ideas claras y la dedicación necesaria para trabajar más allá del cansancio. Esas mismas bases fueron utilizadas por alguien con ideas muy diferentes pero que también ha pasado a la historia de este deporte. Me refiero al argentino Carlos Salvador Bilardo, un entrenador caracterizado por estar en constante búsqueda de la excelencia.

Ahora bien, llegado este momento usted puede estar preguntándose qué demonios tiene esto que ver con la Vinotinto y cómo ayuda a explicar las cuatro derrotas en cuatro partidos bajo el mando de Noel Sanvicente. Para aclararlo hay que repasar nuevamente el objetivo de esta nueva conducción: el cambio de identidad, y para ello es pertinente volver al magnífico entrenador italiano y su charla con la web www.elenganche.es para encontrar otro consejo más:

“Yo creía en las ideas y en el trabajo y para hacer esto necesitaba tener personas fiables, personas que tengan entusiasmo, generosidad, una cultura de la profesionalidad, perfeccionistas, y buscamos este tipo de personas. Luego, que fueran funcionales al proyecto técnico que teníamos en mente y que fueran complementarios entre ellos”.

Tras los primeros pasos seguramente son muchas las conclusiones que han podido obtener Sanvicente y su equipo de colaboradores. Cuando deslizo la posibilidad de que ha llegado la hora de tomar decisiones antipáticas me refiero a que se acerca el momento de seleccionar a los futbolistas óptimos para llevar adelante este proyecto y dejar en el camino a quienes no comulguen o no se sientan cómodos con la nueva personalidad que está intentando desarrollar la Vinotinto.

La meta de Sanvicente y de la FVF es el Mundial de Rusia 2018, pero el entrenador nacional sabe que hay que adoptar medidas que aligeren la carga que significa la ausencia de horas/entrenamiento a las que estaba acostumbrado en su paso por el fútbol de clubes. No hay tiempo que perder, mañana puede ser demasiado tarde.

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