Por el contrario, de manera ocasional se consigue una marca, en una sola fragancia y apenas se pueden adquirir dos por persona después de varias horas en una cola.
Desde septiembre del año 2014 el gobierno no realizaba un ajuste de precios para el jabón de baño. Fue en mayo de este año cuando la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, publicó la providencia administrativa Nº 054/2016 con un alza en los precios que se ubicó entre 1.317% en la presentación más pequeña de 10 gramos y 1.037% en la de 160 gramos.
Sin embargo, el jabón de baño sigue ausente y en su lugar los jabones artesanales de glicerina ganan espacio en los estantes de los establecimientos y constituyen una opción al alcance de los consumidores.
En una perfumería ubicada en Santa Mónica, Marisela Jiménez contó que era la segunda vez que compraba jabones artesanales. “Probé el de Aloe vera, porque no había ningún jabón de marca conocida ni de otra y me llevé una grata sorpresa. Me encantó, me dejó la piel hidratada y ahora estoy llevando el neutro para mi hija”.
En el tercer pasillo de la perfumería, en la parte superior de uno de los estantes, se podía escoger entre tres tipos de jabón de glicerina. Había de Aloe vera, azufre y neutro. La única presentación era de 90 gramos y costaba 795 bolívares. Además de la glicerina la sencilla etiqueta señala que contienen aceite de coco, sodio de palma, ácido esteárico, alcohol, vitamina E y fragancia.
Jiménez manifestó que los jabones no son económicos, pero son los que se consiguen y además son de buena calidad.
Con el aumento realizado por la Sundde el jabón de baño de 90 gramos, el mismo peso del que ella compró, pasó de 6,87 a 90,16 bolívares, lo que representó un aumentó de 1.212%. No obstante, el precio del jabón artesanal es 781,7% más alto que el del jabón de baño tradicional.
Una de las vendedoras de la perfumería contó que cuando llegaron estos jabones los clientes no los compraban o llevaban apenas uno, pero después de dos semanas y ante la escasez de los tradicionales se los comenzaron a llevar. “La glicerina la recomiendan los dermatólogos por eso a la gente les están gustando”, expresó.
– Más comercial –
Andrea Suárez, directora de Delicious Amaliot, empresa especializada en la fabricación de jabones, señaló que la demanda de sus productos se ha duplicado este año.
Además de sus jabones de barra, temáticos y saponificados que vende a 1.500 bolívares, está lanzando al mercado un nuevo producto que calificó como más comercial y de consumo masivo. Dijo que se llama Roraima, tiene fragancia a rosa y cuesta 400 bolívares, es decir 343,6% por encima de los regulados.
Considerando la situación económica del país y la caída del poder adquisitivo de la población “creé un producto cuyo precio es accesible al bolsillo porque la decisión de compra actualmente está atada al precio y no a la calidad”, afirmó.
Según Suárez, la oferta deficitaria de productos de higiene personal genera un nicho de mercado que ella está tratando de empezar a satisfacer.
La expectativa con el nuevo producto es distribuirlo en todo el país. Por ahora los venderá en Puerto Ordaz y en Maracay en dos cadenas de farmacia y en Caracas se podrán adquirir en el Instituto de Previsión de la Fuerza Armada Nacional (Ipsfa).
Señaló que el principal reto es conseguir la materia prima. Además, sortear el alza de precios.
Para fabricar los jabones requiere de aceite vegetal para la saponificación (transformación de un cuerpo graso en jabón) y este es el insumo más difícil de conseguir. Experimentando lo sustituyó con manteca vegetal y obtuvo un buen resultado, así que ahora cuando no encuentra aceite la incluye en la fórmula.
Indicó que 25 litros de aceite vegetal subió de 6 bolívares a 5.000 bolívares en dos años. Otro ingrediente que utiliza es la soda cáustica. El costo de 25 kilos aumentó de 25.000 a 53.000 bolívares, 112% más.
El kilo de glicerina, pasó de costar 1.500 a 6.500 bolívares, 333% más en 7 meses.
Antes viajaba a Maracay a buscar los ingredientes, pero ya los precios de los proveedores son similares a los de Caracas, aseveró.
Asegura que tiene inconvenientes para empaquetar los productos. “El papel de las etiquetas es importado y el precio se duplicó, pero para la marca es fundamental cuidar la presentación, para que la gente la recuerde”, dijo.
A pesar de las dificultades, Suárez asegura que mientras pueda conseguir la materia prima seguirá produciendo porque hay demanda.