¿Cómo afecta al ciudadano común la caída en los precios de la deuda?

El gobierno de Nicolás Maduro honró este año el pago de sus compromisos a acreedores externos, pero sacrificó sus obligaciones en dólares con el sector privado, incrementando los niveles de escasez de bienes y servicios.
El Poder Ejecutivo da prioridad a la deuda financiera externa para mantener abiertas las fuentes de financiamiento internacionales, pero el mercado petrolero le jugó una mala pasada para la cual no se preparó, a pesar de haber contado en los últimos 15 años con ingentes recursos provenientes de los elevados precios petroleros.
Bancas de inversión ya advierten una alta probabilidad de que Venezuela caiga en default (cesación de pago) en 2015. La pronunciada caída del valor de la cesta venezolana del crudo (más de 40% en seis meses) y que esta semana arrastró los precios de los bonos de la República y de Pdvsa (en promedio 30% menos), disparó el riesgo país hasta 2.798, lo que imposibilita que Venezuela salga a los mercados internacionales a buscar financiamiento por lo oneroso que resultaría colocar nueva deuda: tendría que pagar una sobretasa de 28%.
“Venezuela paga la deuda externa para tener una garantía de que los inversionistas sigan colocando dinero. Pero ya no es una cuestión de querer sino de capacidad de pago”, dijo Anabella Abadí, analista de la firma ODH Consultores.
En la medida que los precios del petróleo y en consecuencia los de la deuda sigan cayendo, la economía en su conjunto padecerá los efectos negativos.
“Esto significa que habrá menos dólares y todos los ciudadanos lo sentirán en sus bolsillos”, señaló José Ignacio Guarino, socio de G&G Investment Consulting.
“La caída en los precios de la deuda nos afecta a todos por igual y el desempeño económico en 2015 estará aún más comprometido por los controles y las distorsiones que crean», apuntó.
La menor disponibilidad de recursos colocará al gobierno en el dilema de pagar deuda o importaciones. “Si paga deuda las compras externas caerán aún más, acentuando los niveles de escasez e inflación”, señaló Abadí.
Los consumidores observarán una mayor reducción de la oferta en los anaqueles de cualquier comercio, no sólo por la disminución de importaciones sino por una menor producción local afectada por la falta de divisas para adquirir insumos y materias primas para el procesamiento de bienes.
Los precios seguirán en alza en tanto sean menores las cantidades de productos a ofrecer y los mercados negros continuarán en auge.
Los efectos no sólo se verán en el mercado de consumo, sino en el laboral. Guarino advierte que se darán negociaciones patrono-empleados y regresarán las llamadas “cajitas felices”, que son liquidaciones atractivas para reducir la nómina, que es el sector por donde empiezan a recortarse gastos importantes.
“Se replicará la medida utilizada por la industria automotriz de enviar a sus trabajadores de vacaciones forzadas, se eliminarán los cursos de formación continua, se contratarán servicios por honorarios profesionales”, adelanta Guarino.
La caída en los precios de la deuda se reflejará en un aumento de la tasa de desempleo afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
El presidente Maduro ha reiterado desde octubre que los programas sociales no se verán afectados a pesar del derrumbe del petróleo que ha comprometido las finanzas del gobierno. Más recientemente anunció que el gobierno reducirá gastos suntuarios en 20%.
Abadí indica que el gobierno puede sostener los proyectos sociales, pero lo hará con dinero inorgánico (billetes que imprime el BCV sin respaldo en dólares). El gasto social se ejecuta en bolívares, pero sin la contraparte equivalente en divisas, las monedas y billetes que se inyecten a la economía atizarán el alza en los precios.
Distintos firmas de análisis económico proyectan una inflación de tres dígitos para 2015.
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