Al primer tipo de cambio no se accede desde el 15 octubre de 2014, última subasta, y el segundo cesó operaciones el 11 de febrero, tras la publicación de un nuevo convenio cambiario que crea un tercer mecanismo de libre flotación y que en su primer día de operaciones situó el precio del dólar en Bs 170.
Los licoreros se ajustan a las normas del gobierno, pero prevén una caída en las ventas.
El incremento en la alícuota a las bebidas alcohólicas –que excluye sólo a la cerveza- fue anunciado el 24 de noviembre con la publicación de la Gaceta Oficial de fecha 18 de noviembre- y algunas de las ventas se adelantaron durante los últimos días de noviembre. Hubo locales que triplicaron las ventas diarias, dijeron a Elestimulo.com algunos de los consultados.
“Tuvimos un noviembre como si fuese 24 o 31 de diciembre, las personas hacían colas para comprar las bebidas para la temporada navideña”, dijo el encargado de una licorería ubicada en Los Palos Grandes.
La Gaceta estipula un plazo de 90 días para la vigencia –a partir de hoy- del alza en el impuesto, “pero la gente no lo sabía y anticipó las compras para evitar pagar más y como había plata (pago de aguinaldos y utilidades), aprovechó la ocasión.
Pero en enero la historia es otra. “Las ventas cayeron entre 30% y 35% en contraste con igual mes de 2014”, dice el dueño de una licorería de El Paraíso, en el suroeste caraqueño, y quien atribuye el comportamiento a la escasez de materias primas para la producción nacional y al precio del dólar paralelo, disparado en comparación con las tasas oficiales.
Los consumidores sentirán el impacto del nuevo dólar. En el primer semestre del año pasado cualquier whisky no pasaba de Bs 2.000, ahora alcanzan hasta Bs 4.600 y no tenemos de 12 años ni 18”, comentó al Estimulo.com, el dueño de una licorería en el oeste de la ciudad.
“Con un dólar a Bs 170 los precios se irán a las nubes”, dijo otro comerciante de esa zona. “Soy realista, las ventas no serán como antes, pero confío en que la gente acostumbrada a consumir bebidas alcohólicas, no deje de hacerlo. Lo que ocurrirá es que cambiarán su hábito y adquirirán productos menos costosos”.
De oeste a este, las licorerías registran caída en sus ventas y las expectativas no son alentadoras en la mayoría de estos establecimientos.
El problema no será el impuesto, sino la devaluación del bolívar y la falta de materias primas para la elaboración de las bebidas nacionales, coincide la mayoría.
Las licorerías obtienen mejores resultados con la cerveza, bebida que concentra el 70% de las ventas, afirma el presidente de la Asociación de Licoreros de Caracas, Carlos Salazar.
“Este comportamiento se da por igual en los más de 85.000 expendios en todo el país”, dice a modo de aclarar que la venta de cerveza no se reducirá por el aumento del impuesto, ya que este rubro fue exceptuado de la medida y mantendrá la alícuota en 15%. Pero hay otros factores que pudieran afectar su distribución como la menor cantidad de botellas para su envase.
Salazar señala, por ejemplo, que los requerimientos mensuales de Cervecería Polar son de 900.000 cajas al mes y Venvidrios –Owens Illinois antes de la expropiación- solo le suministra 600.000 cajas.
80% de la mercancía que manejan las licorerías promedio es producción nacional y el resto, importada. Pero la elaboración de bebidas locales incluye algún ingrediente importado en algunos casos.
Las importaciones del sector son de $140 millones anuales, pero en 2014 recibieron menos de $40 millones, afirmó Salazar.
El dirigente mostró preocupación por la devaluación del bolívar que más que triplica la tasa de Bs 50 del Sicad II.
«Las licorerías que consigan mercancía van a vender», comentó el gerente de un establecimiento en La Castellana.
Ante la escasez de insumos y el costo que supone un tipo de cambio de Bs 170, Salazar insiste en pedir a las autoridades una extensión del horario de trabajo desde las 9:00 am hasta las 9:00 pm -algunos municipio tienen autorización hasta las 7:00 pm- para compensar el efecto que tendrán en las ventas los altos precios de las bebidas.
El aumento en el impuesto y la devaluación de la moneda traerán más inflación y un deterioro del poder adquisitivo, sostuvo Salazar.
Con información de Samuel Paspirgelis
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