La redoma de Petare se conoce por ser un sitio donde siempre se consigue lo que no hay en los anaqueles de los comercios formales, pero con sobreprecio. Pero desde que la severa escasez, producto de los controles de precio y de cambio, se convirtió en un negocio para muchos, los precios de los tradicionales buhoneros de Petare palidecen ante tanta competencia informal.
El mercado de Chacao ha entrado en ese negocio del arbitraje, donde los precios de los productos escasos se venden entre 50% y 150% más caros que en los que se encuentra en los buhoneros de Petare, que ya los expenden con ganancias de más de 4.600%.
Los consumidores se quejan de la situación económica que vive el país y de las supuestas medidas oficiales para atacar el problema.
Cada día el faltante de bienes en los establecimientos formales es mayor. Y para tener acceso a ellos solo hay dos formas de hacerlo: En una cola frente a un local formal en la que hay que permanecer al menos 6 horas o acudir a los bachaqueros, revendedores que comercializan los productos en las calles o detrás del mostrador, aseguran los consumidores.
En un recorrido realizado el 12 de abril por los puestos del mercado de Chacao y la redoma de Petare, El Estímulo pudo constatar el diferencial de precios de productos regulados de la cesta básica, artículos de aseo del hogar, cuidado personal y hasta anticonceptivos, que existe entre ambos lugares.
En Petare, municipio Sucre, hay una gran cantidad de hombres y algunas mujeres que exhiben los productos en el piso en plásticos. Cuando un transeúnte muestra interés por algún artículo le dicen el precio, si no hay reacción positiva, se inicia el regateo, proceso en el que se puede lograr que bajen el precio.
Pero en el mercado de Chacao la historia es otra. A pesar de que los precios son más altos que en Petare, no existe la posibilidad de pedir descuento.
Mientras un champú -regulado en 32,96 bolívares- en Petare cuesta 800 bolívares, en el mercado de Chacao se consigue, de la misma marca y tamaño, en 1.200 bolívares, es decir, 50% más caro. Las toallas sanitarias y los protectores diarios de costar 500 bolívares en los bachaqueros de la calle, suben a 1.200 bolívares en los bachaqueros de mostrador, como los definió María de los Ángeles Fernández, consumidora de Chacao.
Para adquirir cualquier producto sin hacer cola hay que pagarlo con sobreprecio a los bachaqueros. “Todos son bachaqueros, unos están en la calle y otros detrás de un mostrador. El precio justo es una fantasía del gobierno. En el mercado de Chaco al menos, te sientes más segura”.
En la redoma de Petare el paquete de papel higiénico de 4 unidades cuesta 400 bolívares, pero en Chacao piden 1.000 bolívares. La pasta dental sube de 500 a 800 bolívares la pequeña y de 1.200 a 2.000 bolívares la grande, de un lugar a otro.
Una comerciante del mercado de Chacao contó que la mayoría de los productos que ellos comercializan se los compran a revendedores informales, debido a que los proveedores no les despachan asegurando que no tienen mercancía. “Nadie vende a precio regulado. A lo que te cuesta hay que sumarle los gastos para ganarle y poder reponer los artículos. Ese es el trabajo”.
La diferencia en el precio de los pañales y en la fórmula para niños es significativa. Un paquete de pañales talla grande con 20 unidades sube de 1.300 a 2.800 bolívares, lo que representa 115,3% más. La fórmula para bebés, pequeña, cuesta 1.200 y la grande 3.000, sin embargo, en Chacao se incrementa su precio a 2.000 y 5.000 bolívares, es decir entre 150% más costosos.
Por el lavaplatos en pasta los bachaqueros de calle en el municipio Sucre cobran entre 500 y 600 bolívares, mientras que los de mostrador en el municipio Chacao cobran entre 1.500 y 800 bolívares. El suavizante pasa de 1.200 a 1.800 bolívares.
Sin embargo, las opciones de productos que se pueden adquirir en Petare es mayor. Hay jabón Dove a 450 bolívares, afeitadoras dos unidades por 1.200 y distintas marcas de anticonceptivos a 1.500 bolívares.
– Del No hay al sobreprecio –
En algunos puestos ubicados en el primer piso del mercado de Chacao exhiben avisos que dicen “No hay: leche, café, ni harina”, en otros anuncian: “No hay huevos”.
La oferta de alimentos esenciales es limitada. Pero los que se consiguen se pueden adquirir a precios exorbitantes. El café entre 2.500 y 3.800 bolívares el medio kilo. El azúcar cuesta 1.200 el kilo. Mientras que en Petare el café se consigue en 1.200 y el azúcar en 800 bolívares.
Otros productos que hay en el mercado son mayonesa a 800 bolívares, salsa de tomate a 1.200, atún entre 1.100 y 3.000 bolívares, mientras que la margarina y aceite los venden a 1.000 y 900 bolívares respectivamente.
En Petare ofrecen productos básicos de gran demanda: El arroz a 800 bolívares el kilo, harina de maíz a 900, harina de trigo en 600, pastas alimenticias a 700 bolívares.
Pedro García, consumidor, aseguró: “Los precios de los alimentos están por las nubes y seguirán subiendo mientras no se tomen medidas para bajar la inflación. Por ahora, para comer, nos toca ir de un lugar a otro. Bachaqueamos para nuestro propio consumo”.
Recientemente el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León señaló que los bachaqueros son la válvula de escape al desabastecimiento, para agregar que se han convertido en los distribuidores alternativos a los canales formales.
Estudio del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) muestra que en promedio los precios retroceden levemente en febrero gracias a la estabilidad del tipo de cambio y la contracción de la demanda y del consumo. Es una deflación puntual, pero en dos meses la inflación acumulada es de solo 3,7%.
Una familia promedio de tres miembros requiere $517,79 dólares mensuales para pagar lo que vale el consumo de una canasta básica de 61 bienes y servicios, recoge estudio de Cedice Libertad.
El ministerio de Comercio y la Superintendencia encargada de fiscalizar el mercado divulgan lista de bienes con precio máximo de venta al público.
