Economía

VIDEO |Compras nerviosas en abastos y gasolineras ante llegada del Madurazo

Luego de los nuevos anuncios económicos de Nicolás Maduro que elevaron el sueldo a 180 millones de bolívares, el pueblo venezolano salió este sábado a las calles a llenar sus despensas y otros a dejar el tanque de la gasolina al tope ante la incertidumbre que genera el silencio presidencial sobre el costo que tendrá el combustible en un futuro próximo.

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FOTOGRAFÍAS: DANIEL HERNÁNDEZ | EL ESTÍMULO

A horas de que arranque el paquete de medidas económicas, conocido popularmente como el Madurazo o el paquetazo, los venezolanos de diversas ciudades del país se volcaron en comercios antes de que se sienta el impacto inflacionario, constataron reporteros de El Estímulo en recorridos por Caracas y Valencia.

Entre las medidas anunciadas por Maduro figura un aumento del salario mínimo del 2.400%, una devaluación de la moneda del 96%, el aumento de cuatro puntos en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la inminente subida en el precio de la gasolina.

Los economistas estiman un impacto directo en los precios entre seis y diez veces de lo registrado. Sin embargo, el ministro de Información, Jorge Rodríguez, descartó ese temor que se siente en los comercios visitados.

Largas colas de vehiculos en ciudades como Valencia, Maracaibo, San Cristóbal, Cojedes, Caracas y Nueva Esparta se registraron ante la incertidumbre que arroja el silencio oficial sobre cómo se aplicará el anunciado aumento del combustible.

En varias estaciones ubicadas en el este y oeste capitalino, los vehículos esperaban para llenar los tanques ante la mayor incertidumbre: cómo se pagará un tanque de gasolina a partir del lunes con  la llegada de la reconversión monetaria, que contempla quitar cinco ceros a la moneda local.

Un ejemplo es lo que ocurrirá con la gasolina de 91 octanos, la de mayor consumo, que cuesta Bs 1 desde hace años y antes de que se desatara la hiperinflación. Como la moneda de más baja denominación será de 0,5, suponiendo que se mantuviera el precio equivalente dentro del nuevo cono monetario, harían falta dos para completar la correspondencia entre las monedas vieja y la nueva.

«Esto es una locura. Aquí se hace todo improvisado. Prefiero hacer mi cola ante lo que pueda pasar la próxima semana. Vienen días difíciles», aseguró Esteban Castillo, un jubilado de 75 años de edad, que hacía una cola en la estación San Ana ubicada en el sector de El Cafetal.

En el estado Carabobo (centro) se reflejó en las bombas de la urbanización Prebo en Valencia y en La Granja en el municipio Naguanagua. El desespero es real y las colas superan los 20 vehículos. Las ubicadas en la Autopista Regional del Centro vivieron el mismo resultado.

Como Carabobo están los estados occidentales Yaracuy, Aragua y la capital venezolana. Nuevamente las estaciones de servicio son el escenario de la frustración ciudadana ante decisiones que no terminan de convencer a la población. Esta vez no se trata de escasez, si no de un deseo incontrolable de estabilidad que hasta los momentos el gobierno no ha sabido otorgar.

-Comercios cerrados y mercados abarrotados-

Muchos venezolanos acudieron a los supermercados y abastos populares para prevenir el golpe inflacionario. Maduro aumentó 60 veces el salario mínimo, que usará como referencia el patrón del petro, una moneda virtual que aspira sustituir al dólar en la economía madurista. Cada trabajador pasará a ganar 1.800 bolívares soberanos, el equivalente de 180 millones de bolívares actuales, de acuerdo al anuncio presidencial. Muchos ven esto como un acelerador de la hiperinflación que tomó a la economía venezolana.

«¿Hasta cuándo tenemos que aguantar? Este hombre (Maduro) cómo que no se ha dado cuenta que cada que viene un aumento, el sueldo se vuelve sal y agua. Este debe ser el único país donde un aumento de salario causa tristesa», expresó con amargura Ana de Domínguez, una ama de casa de 67 años de edad.

Muchos compradores abarrotaron desde tempranas horas los mercados municipales de Quinta Crespo y Guaicaipuro a la caza principalmente de hortalizas y legumbres que sienten ser más baratos que la carne o los huevos, cuyos precios se han disparado con la hiperinflación.

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En Quinta Crespo, Ada, una jubilada de 70 años, dijo que sintió un frío cuando escuchó a Maduro anunciando que «tenía la fórmula» para sacar a Venezuela de la crisis económica. Está convencida que los precios subirán, aunque el ministro de Información, Jorge Rodríguez, lo negó en una rueda de prensa este sábado.

«Este hombre es un incapaz. No sabe qué hacer y yo espero lo peor porque mi jubilación no me alcanza para nada», expresó.

En el sector de Chacao, en el este capitalino, muchas tiendas no abrieron ante los cambios que suponen los precios con la reconversión y el brutal alza salarial. En el centro comercial Sambil el ambiente en las tiendas era de día feriado.

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