«Ford anunció que canceló los planes para la nueva planta en San Luis Potosí, México», informó la firma en un comunicado.
Por otra parte, la empresa se propone añadir 700 puestos de trabajo e invertir $700 millones en un plazo de cuatro años para ampliar su planta de Flat Rock, en Michigan (norte de EEUU), para la producción de automóviles eléctricos y sin conductor.
El director ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo a la cadena CNN que la empresa analizó todos los factores antes de adoptar una decisión, «incluyendo aquello que vemos como un ambiente más positivo a la manufactura bajo el presidente electo Donald Trump».
Pero apuntó que la empresa «no hizo un trato con Trump». «Lo hicimos por nuestro negocio», añadió.
Fields dijo que el director de la firma, Bill Ford, habló con Trump en la mañana de este martes. El presidente electo había criticado a Ford anteriormente y en la misma jornada criticó violentamente a la competidora General Motors por importar vehículos desde México.
«Es literalmente un voto de confianza en algunas de las políticas que ha estado diseñando y es la razón por la que tomamos esta decisión de invertir aquí, en Estados Unidos, y en nuestra planta en Michigan», dijo Fields.
El ejecutivo añadió que mantuvo una conversación con el vicepresidente electo, Mike Pence, quien «se mostró muy contento con la noticia y con la decisión de hacer inversiones en Estados Unidos».
«Esto es bueno no solo para Ford, sino para Estados Unidos y para los trabajadores estadounidenses», expresó.
Fields apuntó que la decisión de concentrarse en los automóviles eléctricos es parte del compromiso ya manifestado por la firma de invertir $4.500 millones en desarrollar ese tipo de vehículo.
«Nuestra visión es que la electrificación va a crecer. Queremos ser líderes en eso», señaló.