“El tren ejecutivo de Ford Motor de Venezuela había anunciado un proyecto para el ensamblaje de 10.000 camiones 350, impulsando un mecanismo de exportación hacia México, Colombia y Bolivia. Ese proyecto se detuvo hasta el momento por causas ajenas a la voluntad de ellos. Desconocemos cuáles fueron las razones para que se detuviera la producción. Eso iba a ser a partir del 16 de enero y se había convocado a todos los trabajadores a asistir a la empresa”, dijo Eliécer Cohén, secretario general del sindicato.
Ahora continuarán asistiendo un promedio de 100 trabajadores administrativos que solamente acuden para labores puntuales. El resto, unos 1.500, permanecerán a la espera de respuestas y de un cronograma de labores para este 2017.
Las vacaciones colectivas de las ensambladoras por lo general abarcan el primer trimestre del año, pero en esta ocasión no saben cuál será la fecha para volver a la planta.
Cohén precisó que en 2016 solamente lograron producir 2.157 unidades y este año están en cero producción. Dijo que incluso podrían no ensamblar vehículos si la situación se mantiene.
Sobre el supuesto arranque de la planta en el mes de abril, el vocero sindical expresó que se trata de un mensaje en redes sociales de un directivo de la empresa a nivel de Suramérica, pero para ellos no puede ser considerada información oficial. “Nosotros no nos podemos llevar por redes sociales, no somos junta directiva de redes sociales”.
Jhonatan Lugo, secretario de Finanzas del sindicato, llamó a las autoridades gubernamentales a dar respuesta a los trabajadores que están angustiados por la situación.
“Hacemos un llamado a las autoridades pertinentes, como el ministro de Trabajo y el de Economía y Finanzas, porque hay una gran incertidumbre en el sector automotor con respecto a qué va a pasar con las ensambladoras que laboran aquí en Venezuela. Nosotros en reiteradas ocasiones hemos tenido reuniones directas con ejecutivos que manejan informaciones precisas y simplemente no hemos tenido una respuesta que nos pueda decir hacia dónde va este barco de la industria automotriz”, dijo Lugo.
– 510 trabajadores menos –
Ante el panorama de incertidumbre que los rodea, los sindicalistas lamentaron que desde el 15 de diciembre de 2016 y hasta la fecha, se haya producido la renuncia de 510 trabajadores, aunque reconocieron que es una cifra extraoficial.
Cohén señaló que la empresa elaboró un proyecto para facilitar el retiro de empleados. “Queremos dejar claro que la junta directiva sindical rechaza que los trabajadores se estén retirando, eso es voluntario, por libre albedrío. Entendemos la necesidad y precariedad por la que estamos atravesando. De una u otra forma la empresa tiene una directriz, una estrategia y una de ellas está enmarcada en la precariedad y desesperación de los trabajadores”.
De igual manera refirió que hay trabajadores que se han ido del país, mano de obra calificada que busca nuevos empleos. Además destacó que otros de los que optaron por el retiro, son trabajadores que tienen un negocio constituido y necesitan recapitalizarse o mejorar la infraestructura y adquirir mercancía.
“Muchos también se han ido por la incertidumbre de no tener en detalle un cronograma claro y concreto respecto al arranque de producción para el año 2017, se estima que la producción no arranque inclusive este año, eso es preocupante”.
Sin embargo, los trabajadores insisten en negociar un nuevo contrato colectivo ya que el anterior venció el 10 de octubre.
– Sindicatos paralelos –
Los voceros explicaron que observan con preocupación cómo van apareciendo nuevos sindicatos paralelos en algunas de las plantas de vehículos en el país. Dijeron que el anterior secretario general del sindicato de Ford, Gilberto Troya, se ocupó de crear una nueva instancia, a pesar de haber perdido las elecciones celebradas en mayo del año pasado.
En este sentido, Elianne Alcalde, secretario de Organización del sindicato, dijo que estos nuevos sindicatos –con minúscula participación- aparecen justo en el momento de las discusiones de nuevos convenios laborales.
“El objetivo de ellos es detener las negociaciones internas que traemos con la empresa y detener o sabotear el contrato colectivo que ya está en línea o por concretarse”, dijo Alcalde.
Incluso, los voceros afirmaron que el ex secretario Gilberto Troya habría solicitado a la empresa el pago de 30.000 dólares y la entrega de dos camiones modelo Super Duty para hacer efectiva su renuncia. Se oponen a este chantaje en caso de ser cierto. “Aquí nadie es más que nadie y se debe tener un respeto recíproco para cada uno de los trabajadores”, manifestó Cohén.
– Convenio dual y productividad –
Respecto al convenio de venta dual en bolívares y dólares de los vehículos ensamblados en la planta de Ford, el secretario general del sindicato indicó que hasta el momento se mantiene en pie.
“Eso es un convenio que firmó Ford Motor de Venezuela con el Ejecutivo nacional y en el que estaban aplicando el sistema dual. Obviamente ellos alegan, aunque no me corresponde a mí decirlo porque soy vocero es de los trabajadores, que los concesionarios no están aportando los dólares para el ensamblaje de vehículos”.
Sin embargo, las cifras hablan por sí solas. Jhonatan Lugo destacó que en la planta de Ford pueden producir 35.000 unidades por año, pero en 2016 la cantidad de carros ensamblados apenas superó las 2.000 unidades.
“Lamentablemente nosotros debemos hablar y expresar que en Venezuela las ensambladoras hemos tenido una debacle. Desde octubre hasta la fecha no tenemos un panorama de producción ni hemos tenido la producción que antes estas ensambladoras hacían”.
También cuestionó que si la situación está difícil por qué hay importación de vehículos en el país. “Nos preguntamos por qué vemos que a los muelles llegan importaciones de vehículos, se supone que estamos es para reactivar la producción nacional. Aquí estamos esperando con los brazos abiertos para trabajar. Queremos trabajar y producir”.
Alcalde solicitó al gobierno que realice una investigación o intervención a Ford Motor para determinar por qué existe un paquete de 10 millones de bolívares y un arreglo doble, que ofrecen a los trabajadores para que renuncien, cuando no tienen dinero para impulsar la producción. “Incluso hay informaciones de que en los muelles tienen materiales, pagando mora de almacenaje, entonces de dónde sale ese dinero”.