José Antonio Casanova, cocinero destacado por sus artísticas propuestas, y la asesora gastronómica Mónica Sahmkow, asumieron la elaboración de dos menús de degustación donde cada plato es una sorpresa gustativa y visual
Refinadas técnicas de alta cocina clásica conviven con la vanguardia en los sofisticados platos del menú propuesto por Atrio Restaurante, bautizada como cocina moderna local y ejecutada por el cocinero venezolano José Antonio Casanova.
La blanquísima sala del restaurante, enclavado en El Hatillo, fue concebida como un lienzo en blanco. Allí la historia, la cultura, el arte y la literatura venezolana se trasforman ante los ojos del comensal en platos cargados de sabor e historias. La mantelería de hilo irlandés y las refinadas vajillas, copas y cubertería anuncian al comensal una experiencia elegante.
José Antonio Casanova asumió, junto a la asesora gastronómica Mónica Sahmkow, el reto de desarrollar los dos menús de degustación que ofrece, en la actualidad, Atrio Restaurante: el corto de 7 platos o el largo de 12 elaboraciones.
Inspirados por pintores, poetas y músicos venezolanos, los cocineros dedicaron casi un año a la curaduría que les permitiera seleccionar cada pieza y su vinculación con la despensa nacional, investigando y probando para desarrollar platillos que expresaran el espíritu que se quería pero sin descuidar el sabor y el respeto a los ingredientes.
Las culturas precolombinas tienen presencia con los dos primeros platos de la degustación. Entre ellos resalta el Tartar de avestruz, que incluye una celebración del pan ancestral venezolano: el casabe, en esta oportunidad decorado con la imagen de un motivo tradicional de la cestería de los yekuana, etnia establecida en el sureste de Venezuela y en la frontera de Brasil.
El uso de colores y dibujos en este y otros platos se hace considerando el sabor y textura que cada ingrediente incorpora conjugando belleza y el resultado en boca.
En las mesas de Atrio, el tradicional Vuelve a la vida llega impregnado del espíritu de Alejandro Otero con el homenaje a los Coloritmos, serie de pinturas donde Otero buscó resonancias rítmico-cromáticas en los años 40 y 50. El plato se trasforma en un cinética explosión de colores y texturas que armonizan con los intensos sabores del mar Caribe, como el coco y los frutos del mar.
El maestro Armado Reverón, llega desde El Castillete en Macuto con un plato inspirado en el llamado periodo blanco, donde este color cobra fuerza en la paleta del pintor, transformándose en una representación luminosa y de síntesis atmosférica.
Casanova combina los ingredientes del Hervido de pescado en un arriesgado Monocromático de mero aleta amarilla, donde, no podía ser de otra forma, domina el blanco, las espumas y las texturas cremosas -que poco a poco se van pintando con algunos de los otros elementos del plato-, proponen una experiencia lúdica donde la luz y la imaginación son protagonistas
El momento dulce de la experiencia sorprende con la Luna de Cabudare del compositor venezolano Juan Vicente Torrealba. Es un delicada luna llena de merengue cítrico de naranja que resguarda la granita de cocuy y el cremoso de dulce de paleta, tan popular en la ciudad de Carora, en el estado Lara.
Todo va sobre un praliné de frutos secos con sutiles toques de sal marina para equilibrar sabores y texturas de la preparación y sorprender al comensal.
Armando Sánchez, gerente de Atrio Restaurante, explica que al presentar el pasado mes de noviembre el proyecto Zaguán Cocina de paso, quisieron ofrecer un adelanto de lo que proponen en este nuevo local: “Usando la metáfora de los espacios de las viviendas coloniales, con Atrio, los invitamos a pasar al siguiente nivel de nuestra casa”. Sánchez, además, guía a los comensales por el recorrido de las degustaciones con un equipo de sala entrenado para completar la experiencia.
Olga Palau, socia comercial de Sánchez, comenta que el concepto de Atrio Restaurante fue creado para ofrecer una propuesta culinaria competitiva a nivel internacional, cuidando cada detalle a fin de valorar la gastronomía venezolana.
Ubicado en la Calle 2 de mayo con calle Sucre en El Hatillo, Atrio Restaurante cuenta con 36 puestos en sala. Pero, por las medidas de bioseguridad requeridas actualmente, solo ocupa la mitad del aforo. Funciona estrictamente por reservaciones a través de su cuenta de Instagram @atrio.rest o al número directo: 0424.155.25.47.
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