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En defensa del "señor Bergoglio"

Me parece injusto de buenas a primeras saltar a conclusiones sin tener todos los elementos de juicio en la mano. Además, este Papa ha dado muestras de gran valentía y gran decisión.

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Castro
Foto: AP

Y finalmente, Francisco llegó a Cuba. Un cubano amigo mío –que sufrió como tantos las penurias del comunismo y el exilio- estaba indignado por la actitud “complaciente” del Papa ante los Castro. “Para mí ése ya no es el Papa; de ahora en adelante es simplemente el señor Bergoglio”, escribió. Y él no es el único. Hay muchos indignados. Puedo entender esa indignación que sienten quienes esperaban que el Papa se pronunciara enfáticamente sobre los derechos humanos de los disidentes, los exiliados y la situación política de la isla, o que por lo menos se hubiera quejado de tener que dar la misa bajo la efigie de un asesino como el Che Guevara.

Pero como dijo el Padre Federico Lombardi, SJ, “no todo en la visita del Papa son discursos públicos; también hay asuntos que se tratan en privado”. Y es así. El Papa Francisco tuvo mucho que ver en el acercamiento de Cuba a los Estados Unidos. Juan Pablo II fue uno de los artífices de la caída del Muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética y jamás lo vimos dando discursos incendiarios. Todo lo contrario, todo en él era paz y amor. Y para acabar con el comunismo se necesitaba mucho más que paz y amor… pero en público no se veía.

La Iglesia Católica tiene dos mil años. Ha sobrevivido a todos los gobiernos de ese periodo. El Papa es jesuita y los jesuitas tienen casi quinientos años sabiendo cómo se bate el cobre… Entonces me parece aventurado decir que la visita papal no sirvió, porque no sabemos qué temas trató el Papa en las reuniones privadas que tuvo con los déspotas del Caribe.

Mi hermano menor tiene una fantasía (que tal vez hasta no lo sea). Dice él que cuando eligen a los presidentes de los países más importantes del mundo, los convocan a una reunión en el Vaticano donde además del papa está Bill Gates, Warren Buffet y otras personalidades que stricto sensu manejan el mundo y le dicen “siéntate ahí para contarte cómo son las cosas…” Esto lo traigo a colación porque la Iglesia, como Estado, tiene las mejores herramientas para alcanzar sus propósitos. Lo que no hace es porque no lo quiere hacer y punto. No porque no pueda.

Me parece injusto de buenas a primeras saltar a conclusiones sin tener todos los elementos de juicio en la mano. Además, este Papa ha dado muestras de gran valentía y gran decisión. Primero, abordando el tema de los curas pedófilos. Luego, trayendo la Iglesia del medioevo al siglo XXI poniendo en el tapete temas como el divorcio y la homosexualidad. Pensar que no va a abordar las tragedias que ha traído el comunismo a Cuba es darle muy poco crédito.

También hay que considerar que –paradójicamente- no todo es concordia y afecto en la sede del Cristianismo. Ahí se encuentran las mismas miserias que en el resto del mundo, porque el clero está formado por humanos. Y en esta visita a Cuba, la ultraderecha católica está “pescando en río revuelto” y aprovecha esta oportunidad para desprestigiar al Papa jesuita.

Yo creo que hay que esperar para saber si la visita de Su Santidad a Cuba fue un éxito o un fracaso. Rescato dos frases suyas de antología, la primera de la misa en La Habana y la segunda de la reunión que tuvo con jóvenes cubanos vía satélite tres días antes de llegar a Cuba:

“Nunca el servicio es ideológico… no se sirve de ideas, se sirve a las personas”.

“Un buen líder es aquel que es capaz de generar otros líderes. Si un líder quiere sostener el liderazgo, es un tirano”.

Ideologías, tiranías… Para mí, el Papa sabe muy bien lo que está haciendo.

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