Once estudiantes universitarios haitianos se mantienen en huelga de hambre desde el domingo 13 de octubre para pedir la renuncia del presidente Jovenel Moise, en medio de las protestas antigubernamentales que se producen desde hace un mes.
Los estudiantes, que pertenecen a varios centros educativos, públicos y privados, se encuentran concentrados en una clase de la Facultad de Derecho y Económicas de la Universidad del Estado, ubicada a un centenar de metros del Palacio Presidencial.
Los jóvenes, nueve hombres y dos mujeres, pasan el tiempo tumbados sobre mantas o sobre un fino colchón en el suelo de la clase, consumiendo solo agua y, en algunos casos, el suero intravenoso que les proporcionó este jueves, 17 de octubre, la Cruz Roja.
Un estudiante que los acompaña dijo a EFE que otros cuatro huelguistas fueron retirados de la clase el pasado martes por el Centro Nacional de Ambulancias, porque su condición médica se había deteriorado rápidamente.
«Somos claros en nuestras reivindicaciones. Nuestra demanda como estudiantes es que elegimos que no vamos a comer hasta que el presidente de la República entregue la llave del Palacio Nacional. Estamos listos para sacrificar nuestras vidas por el cambio de nuestro país. Estamos en huelga indefinida hasta que el presidente renuncie», dijo a EFE el joven, que pidió mantener el anonimato.
Agregó que los estudiantes «con su título en mano, sufren dificultades para entrar en el mercado laboral» y por ello quieren otro sistema que sea «inclusivo» y promueva «la igualdad social».
En la clase hay pupitres desvencijados, ventiladores rotos, una pizarra llena de ecuaciones matemáticas de la última clase de Economía y carteles escritos a mano en las paredes, con mensajes en creole en los que expresan sus reivindicaciones.
Entre otras, piden una investigación del caso de corrupción Petrocaribe, que ha salpicado a miembros del Gobierno de Moise, o que se haga justicia por el asesinato de un periodista en las últimas semanas.
«Abajo el sistema que hace que la juventud viva como cucarachas», dice uno de los carteles.
Las universidades, así como las escuelas, llevan un mes cerradas debido a las protestas antigubernamentales que mantienen el país prácticamente paralizado.
Este viernes se registraron nuevas protestas multitudinarias en el barrio de Tabarre, cerca del aeropuerto, y en la zona popular de Delmas, lugar habitual de concentraciones de las últimas semanas, en las que los activistas exigían la renuncia de Moise.
Las protestas se desencadenaron por el desabastecimiento de combustible, un problema ya resuelto, y que disparó el descontento popular, producido por la honda crisis económica y política que vive el país más pobre de América.